«Firmamos un acuerdo con representantes de la pesca artesanal de Castro, Dalcahue, Puqueldón, Quinchao, Queilén y también Curaco de Vélez», señaló el ministro de Economía Luis Felipe Céspedes, nombrado este sábado «ministro coordinador».
Al menos seis localidades del archipiélago de Chiloé depusieron sus movilizaciones tras un acuerdo con el gobierno, después de dos semanas de protesta por el conflicto derivado de la marea roja que afecta a gran parte del borde costero de esa zona, informaron fuentes oficiales.
«Firmamos un acuerdo con representantes de la pesca artesanal de Castro, Dalcahue, Puqueldón, Quinchao, Queilén y también Curaco de Vélez», señaló a los periodistas el ministro de Economía Luis Felipe Céspedes, nombrado este sábado «ministro coordinador» por la presidenta Michelle Bachelet para terminar con este problema.
Tras la firma del acuerdo, Céspedes señaló que la rúbrica por parte de los pescadores artesanales refleja un nuevo ánimo en las conversaciones.
«Es un ánimo que busca soluciones y que nos permite trabajar en una nueva etapa, en donde tenemos que buscar respuestas y al mismo tiempo trabajar mirando hacia el futuro», añadió la autoridad.
Con respecto al resto de las comunas afectadas, Céspedes señaló que continúan las conversaciones y que «hay una absoluta voluntad de diálogo.
Los dirigentes de los pescadores artesanales y buzos de Quellón, Ancud, Quemchi, Maullín, Los Muermos y Calbuco aún movilizados por la marea roja retomarán durante esta jornada las negociaciones con el fin de procurar una salida al conflicto.
Son pescadores artesanales y buzos mariscadores que aún no aceptan la oferta de bonos del gobierno, a diferencia de lo que hicieron las otras seis localidades que conforman la isla grande de Chiloé, que debido a las protestas se encontraba prácticamente bloqueada del continente.
Si las conversaciones que se desarrollan en la ciudad de Puerto Montt (en el continente) fructifican, de inmediato finalizarán las protestas y los bloqueos y se permitirá el paso de camiones con víveres y combustible para enfrentar el grave desabastecimiento que sufre el archipiélago.
Desde hace dos semanas que los chilotes protestan por la prohibición de extraer marisco, la principal actividad económica del archipiélago, debido a las altas concentraciones de toxinas paralizantes detectadas en los invertebrados de la zona.
El consumo de mariscos contaminados por este fenómeno natural es nocivo para la salud humana y puede causar parálisis e incluso la muerte. De hecho, desde 1972 la ingesta de mariscos contaminados por marea roja ha causado la muerte de 23 personas en Chile.