
Reforma al sistema político: va, pero trabas hacen pensar que no alcanza para estas elecciones
La reforma política que busca reducir la fragmentación en el Congreso enfrenta críticas y plazos ajustados. Diputados como Pamela Jiles prometen bloquear su avance, mientras otros, como Jorge Alessandri, insisten en tramitarla en junio. La falta de consenso y año electoral complican su aprobación.
El proyecto de reforma política, impulsado por senadores del PS, PPD, Evópoli, RN y la UDI, busca reducir la fragmentación en el Congreso estableciendo un umbral mínimo para que los partidos accedan a escaños. Sin embargo, enfrenta múltiples dificultades para implementarse en las elecciones de fin de año.
Tras un nuevo retraso en el Senado, la propuesta será revisada en la Cámara de Diputados recién el 2 de junio, en el mejor de los escenarios, dejando poco margen antes del 18 de agosto, fecha límite para inscribir pactos electorales y candidaturas.
El diputado Jorge Alessandri (UDI), nuevo presidente de la Comisión de Constitución de la Cámara , confía en avanzar con la reforma desde junio, pero reconoce las limitaciones temporales. Su postura choca con la de la mayoría de los integrantes de la Comisión de Constitución de la Cámara, donde 10 de 13 diputados consideran inviable aplicarla este año.
“Es bastante difícil o improbable que las mismas fuerzas políticas que contribuyen a la atomización, fragmentación, […] sean las que hagan un cambio del sistema, perjudicándose ellos mismos”, señaló Leonardo Soto (PS).
En tanto, Jaime Mulet (FREVS) fue categórico: “Es prácticamente imposible que esté sancionada y sea ley […] salvo que el gobierno le ponga suma urgencia, cosa que no creo”.
Pamela Jiles (independiente) calificó el proyecto como “antidemocrático” y prometió frenar su avance: “Voy a hacer todo lo que esté de mi parte para que esto no se tramite y que lleguemos a la fecha en que ya no se puede tramitar”. Jiles es una de los nombres que sería afectado con la aprobación de la ley.
Javiera Morales (Frente Amplio) consideró posible aprobar una reforma exprés si se enfoca en temas de consenso, como la equidad de género y el voto de extranjeros. Sin embargo, Marcos Ilabaca (PS) advirtió que tramitar esta reforma en un año electoral podría interpretarse como “una cocina política” orientada a los comicios.
Andrés Longton (RN) subrayó que, aunque el gobierno pusiera urgencia, los tiempos complican los acuerdos: “Es una mala mezcla”.
En la Cámara, el respaldo de la UDI, RN, Evópoli, PS y Republicanos suma apenas 72 votos, lejos de los 87 requeridos. Además, el umbral propuesto genera tensiones en las negociaciones de listas parlamentarias, ya que los partidos modificarían sus estrategias según su aprobación. Según Francisco Undurraga (Evópoli), “estos plazos se ven cortos, pero debe existir voluntad para dejar una estabilidad”.
El proyecto plantea que los partidos logren al menos un 5% de los votos o 8 diputados electos para mantener representación, junto con la pérdida de escaños para legisladores que renuncien a sus partidos. Pese al respaldo en el Senado y los esfuerzos de algunos diputados para agilizar su tramitación, el consenso necesario y el tiempo disponible hacen poco probable que esta reforma sea una realidad antes de las elecciones de fin de año.
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