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Pese a los más de 2 millones de trabajadores informales, Chile creció un 1% en productividad formal MERCADOS Cedida

Pese a los más de 2 millones de trabajadores informales, Chile creció un 1% en productividad formal

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El secretario ejecutivo de la Comisión Nacional de Evaluación y Productividad (CNEP), Rodrigo Krell, participó en la Reunión Ministerial sobre Productividad e Informalidad de la OCDE que se realizó en Lima, en la cual se analizó la situación de Chile con respecto al trabajo formal.


Resumen
Síntesis generada con OpenAI
La productividad formal en Chile aumentó un 1% gracias a la disminución de la informalidad laboral, que afecta aún a 2,5 millones de personas. El secretario ejecutivo de la CNEP, Rodrigo Krell, señaló que mejorar la productividad es clave para combatir la informalidad, pero advirtió que las políticas deben adaptarse a la diversidad de las empresas. Explicó que existen tres tipos de informalidad según su productividad y motivaciones, y propuso políticas que incentiven la formalidad más que castigar la informalidad.
Desarrollado por El Mostrador

La productividad formal en Chile aumentó un 1%, esto debido a la baja en la informalidad de independientes en un 2,5% y de asalariados en un 1,7%. La informalidad laboral del país afecta aproximadamente a una cuarta parte de los trabajadores, es decir, a 2,5 millones de personas.

La jornada en Lima estuvo marcada por la intención de Rodrigo Krell de evaluar nuevas estrategias para enfrentar esta situación que acompleja a América Latina. “El crecimiento de la productividad en sí mismo es una de las políticas más eficaces contra la informalidad”, observó el secretario ejecutivo de la CNEP.

En empresas repercute a cerca de 1,2 millones y la mayoría son de carácter unipersonal. Krell analizó que “las diferencias en productividad y condiciones de las empresas informales son factores clave: muestran que el diseño de políticas públicas para reducir la informalidad, deben adaptarse a dicha heterogeneidad, y contemplar criterios de focalización, secuenciación y complementariedad (…) Un enfoque único, aplicado a todos por igual, con las mismas herramientas, termina siendo ineficaz y de corto alcance”.

Por lo mismo, decretó como fundamental el reconocimiento de las diferencias entre las empresas informales, pues tienen diversos focos de productividad, tamaño y capacidad: “Un enfoque único, aplicado a todos por igual, con las mismas herramientas, termina siendo ineficaz y de corto alcance”. Por ende, las políticas deberían adaptarse a la realidad de cada una.

Para cambiar esta situación, Krell establece que no depende solamente del nivel de productividad, también tiene relación con el dinero que se debe gastar para comenzar en la formalidad. En Chile, existen tres tipos de empresas informales: “El primero, que representa cerca del 60 %, corresponde a actividades de muy baja productividad, en su mayoría casos de autoempleo precario que, de verse obligados a formalizarse, dejarían de operar; un segundo grupo, que abarca aproximadamente el 35 %, está compuesto por negocios viables que optan por mantenerse informales porque les resulta más rentable en contextos de débil fiscalización —el segmento conocido como los “oportunistas”—; y un tercero, que representa entre un 5 % y un 6 %, incluye a empresas productivas que enfrentan restricciones derivadas de regulaciones excesivas o mal diseñadas”.

Un análisis final a esta problemática es una interpelación a la gestión del Gobierno. El secretario ejecutivo de la CNEP, reflexionó que “necesitamos políticas públicas que atraigan a las personas hacia el empleo formal, más que castigar la informalidad, y en este punto, la flexibilidad puede ser un elemento relevante”.

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