PAÍS
Ciudadanía Inteligente: los programas muestran “proyectos de democracia profundamente contrastados”
Un informe de la Fundación Ciudadanía Inteligente identificó las diferencias entre los modelos de gobernanza en los programas presidenciales. Dentro de los principales riesgos identificados están la reducción del espacio cívico y un menor compromiso con los estándares internacionales de DD.HH.
En el marco de las elecciones presidenciales de este 16 de noviembre, la Fundación Ciudadanía Inteligente dio a conocer el informe “Democracia en Disputa: Índice Democrático de las Propuestas Presidenciales”, el cual advierte que, si bien existe un “piso democrático común” en temas como transparencia y lucha contra la corrupción, este es insuficiente para sostener una democracia saludable y no se traduce en un compromiso con la ciudadanía activa.
El estudio realizó un análisis comparado de los ocho programas presidenciales, identificando los distintos modelos de gobernanza que proponen los candidatos a La Moneda. Lo anterior mediante la clasificación de las propuestas según su enfoque en participación ciudadana, representación política, espacio cívico y transparencia.
En esa línea, se concluye que, más allá de las diferencias ideológicas clásicas, se configuran proyectos de democracia profundamente contrastados. Algunos buscan ampliar las capacidades ciudadanas y enfrentar desigualdades, mientras que otros privilegian el control, la autoridad y la securitización, lo que implica riesgos claros de reducción del espacio cívico y un menor compromiso con los estándares internacionales de derechos humanos.
En relación a los modelos de gobernanza identificados, los tres candidatos de derecha –José Antonio Kast (PREP), Johannes Kaiser (PNL) y Evelyn Matthei (UDI)– responden a una gobernanza “securitaria y tecnocrática”, donde los principales énfasis son orden, seguridad y gestión eficiente. El análisis advierte respecto a la priorización de la gobernabilidad sobre la participación, con riesgo de restringir libertades bajo el foco de la seguridad.
Principales hallazgos
Dentro de los aspectos más relevantes, se destaca que la mayoría de los programas concibe a la ciudadanía como un sujeto pasivo (solo votante), con un bajo compromiso con el espacio cívico y la protección de libertades como la de expresión y prensa.
Por ejemplo, en materia de participación, solo los programas de Jeannette Jara, Harold Mayne-Nicholls y Marco Enríquez-Ominami incluyen mecanismos concretos de participación vinculante.
El informe también advierte que la priorización de la seguridad en la mayoría de las candidaturas podría normalizar la militarización del orden público, restringir libertades o debilitar los controles democráticos, como en las propuestas que respaldan el uso ampliado de FF.AA. en seguridad interna, lo que podría normalizar la militarización del orden público.
Respecto a las referencias sobre derechos humanos, estas son asimétricas. Mientras Jara y Enríquez-Ominami los abordan desde la igualdad y memoria, candidaturas como Matthei y Kast los reducen a libertades individuales. Por otro lado, en los programas de Parisi y Kaiser no tienen significativa presencia.
Proyectos de gobernanza y riesgos democráticos
Para la coordinadora general de Ciudadanía Inteligente, Vanessa González, “el debate electoral de 2025 se trata, en esencia, de proyectos de gobernanza que difieren en su comprensión del vínculo entre Estado, ciudadanía y libertades”. En ese sentido, González advierte que es crucial que la ciudadanía mire a fondo qué modelo de democracia proponen realmente las candidaturas, “ya que algunos implican riesgos claros de reducción del espacio cívico”.
Respecto a los programas de quienes actualmente lideran las preferencias –Jeannette Jara y José Antonio Kast–, la cientista política afirmó que ambos programas reconocen los mismos problemas, como inseguridad, falta de respuesta a problemáticas sociales, desconfianza desde la ciudadanía, entre otros. “Pero sus respuestas implican riesgos distintos. Jara enfrenta el desafío de financiar un Estado social robusto sin perder estabilidad, mientras que el de Kast apuesta por una reducción drástica del Estado y la aplicación de medidas punitivas que podrían tensionar la cohesión social y el Estado de derecho.”
“En ese sentido, lo preocupante no son solo los diagnósticos, sino cómo se abordan. Las soluciones de Kast pueden reforzar lógicas autoritarias, mientras que las de Jara requieren una institucionalidad capaz de ejecutar sin caer en la burocracia ni en la frustración ciudadana”, señaló.
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