PAÍS
Foto: AgenciaUNO
“La mesa está servida”: Gemines proyecta a Kast en La Moneda pero con 90 días para evitar colapso
La consultora advierte que la sorpresiva irrupción del PDG complica la construcción de mayorías en un Congreso fragmentado y sin liderazgos claros. Alerta que el republicano llegaría a gobernar con un apoyo electoral frágil, obligado a mostrar resultados inmediatos para evitar un rápido desgaste.
En su Informe Nº542, Gemines encendió las alarmas sobre el nuevo mapa político que dejó la elección del 16 de noviembre. Y el epicentro del análisis no está ni en los dos finalistas ni en la derrota del oficialismo, sino en el fenómeno que remeció todas las proyecciones: la explosiva votación de Franco Parisi y el Partido de la Gente (PDG).
La consultora encabezada por los economistas Alejandro Fernández Beroš y Tomás Izquierdo Silva no matiza: lo ocurrido con el PDG es, a la vez, “inesperado”, “amenazante” y un factor que puede bloquear la construcción de acuerdos en un Congreso ya hiperfragmentado. A partir del 11 de marzo, advierten, el PDG tendrá el poder de convertirse en partido bisagra, con capacidad para inclinar votaciones clave en la Cámara de Diputados. El problema —y aquí está el nudo del informe— es que no hay forma de anticipar qué votarán.
Un partido sin proyecto, sin cohesión y con un líder que no lidera
Gemines hace un diagnóstico demoledor: no existe claridad sobre cuál es la agenda del PDG, cuál es su proyecto, ni cuáles son las posiciones de sus parlamentarios frente a las urgencias nacionales. Tampoco se vislumbra cohesión interna ni una conducción sólida.
El texto es tajante: “No sabemos cómo piensan los parlamentarios electos por dicho partido, es muy poco probable que exista una cierta unidad en torno a un proyecto o incluso en torno a cómo abordar desafíos específicos. Tampoco parece probable que exista un real liderazgo de Franco Parisi, toda vez que no sabemos qué proyecto lidera”.
El informe afirma que Parisi, para alcanzar su alta votación, actuó como “populista de libro”: le dijo a cada público lo que quería escuchar, incluso cuando ello implicaba contradicciones entre una audiencia y otra.
De esa fragilidad emergen las preguntas que Gemines instala como advertencia mayor: ¿Cuánto durará la bancada del PDG? Hacia donde migrarán sus diputados. ¿Tendrá, ahora sí, Franco Parisi alguna capacidad de retener a “sus parlamentarios” electos?
El subtexto es claro: podría desarmarse rápidamente, dificultando aún más un escenario legislativo ya complejo.
Un país que quiere respuestas inmediatas y un sistema que no puede darlas
La irrupción del PDG es leída por Gemines como síntoma de un electorado cada vez más volátil, menos ideologizado y más impaciente. Gente que no se identifica con derechas o izquierdas, pero sí con “dolores” urgentes: seguridad, vivienda, salud, empleo.
Ese nuevo comportamiento ciudadano choca con un sistema político debilitado, fragmentado y sin incentivos para la disciplina interna. La consultora insiste: sin una reforma político-electoral que reduzca la dispersión, la gobernabilidad será casi imposible.
Kast y el desafío del “delivery”: apoyo blando, expectativas altísimas y 90 días clave
El informe también dedica un capítulo crucial a José Antonio Kast, a quien Gemines—consultora fundada en 1974 por Álvaro Bardón junto a otros Chicago Boys— describe como “muy probablemente” el próximo presidente de Chile. Y el mensaje es igual de crudo: llega con un apoyo frágil, condicionado y fácilmente reversible.
No hay —dice el documento— un proyecto compartido detrás del voto que lo llevará a La Moneda. Lo que existe es un movimiento pendular: un castigo al gobierno de Gabriel Boric en seguridad y crecimiento, y una decisión ciudadana de “darle una oportunidad” a Kast.
La advertencia es directa: “Si al corto andar no se registra un delivery medianamente adecuado, su apoyo político tenderá a desaparecer”.
Para evitar ese desplome, Gemines estima que Kast deberá operar con un cronograma quirúrgico:
- Armar un equipo técnico robusto, probablemente heredado de la candidatura de Matthei.
- Definir objetivos de corto plazo que no dependan del Congreso.
- Mostrar resultados visibles en los primeros 90 días: señales contundentes en seguridad, medidas ejecutivas en materia económica, decisiones rápidas sobre gasto fiscal, inversión y eventuales reformas tributarias acotadas.
Solo después de eso —dicen— podrá intentar avanzar hacia acuerdos legislativos más amplios, en un Parlamento donde el PDG ya es un enigma y donde una oposición FA-PC se prepararía para ser implacable.
El informe cierra con un diagnóstico que sintetiza el momento político global: la gobernabilidad es hoy más difícil que nunca. Redes sociales, cámaras de eco, inmediatez informativa y expectativas desbordadas consolidan un clima donde solo los resultados “rápidos, visibles y reconocidos” sostienen el apoyo ciudadano.
En ese marco, la consultora lanza un mensaje final dirigido directamente a Kast: “Señor Kast, la mesa está servida”.
La pregunta que queda resonando en el documento es si el próximo gobierno tendrá las herramientas —y el Congreso— para responder a un país que exige velocidad, certezas y orden, mientras un actor impredecible como el PDG se instala en el centro mismo de la gobernabilidad.