El gremio también critica el pasivo rol del Estado, señalando que “lamentamos ser nosotros, una entidad gremial, la que ponga una voz de alerta al respecto y no sea el gobierno de Chile el que defina políticas de Estado sobre el particular”.
La crisis que envuelve al sistema educacional chileno va sumando críticas. Esta vez le tocó el turno al Colegio de Geólogos, que a través de un inserto manifestó su preocupación por la desmedida apertura de la carrera en distintas universidades, en muchos casos con una disponibilidad de infraestructura mínima “insuficiente o inexistente”.
Incluso, señala el gremio, “hemos descubierto con estupor que en ciertos casos los directores de carrera no tienen siquiera título de geólogo”.
Los profesionales advierten que “la formación de pizarrón de profesionales de la Geología, puede tener consecuencias catastróficas. Esto, debido a que la vida y la fuente de trabajo de muchos compatriotas dependen directamente del correcto desempeño de los profesionales geólogos, pues la labor que llevan a cabo es la criteriosa y fundada evaluación de riesgos y peligros asociados a volcanes, así como, asumir riesgos de inversión millonaria en las distintas etapas de desarrollo de la industria Minera”.
El inserto aparecido en LUN detalla que la carrera históricamente ha sido impartida por las Universidades de Chile, la Católica del Norte y la de Concepción. “Nos llama poderosamente la atención que en los últimos tres años 7 nuevas universidades estén abriendo carreras de Geología, generando una masa de estudiantes de geología superior al número de geólogos que fueron formados en los últimos 50 años”.
Además, hacen notar los profesionales, “está claro que la motivación para que nuevos alumnos ingresen a la carrera ha sido despertada por la promesa de ingresos económicos sobresalientes respecto de la media nacional”, pese a lo cual, reclaman, no se les ha informado de los alcances reales de dichas remuneraciones ni de las condiciones muchas veces extremas que deben enfrentar para alcanzarlas.
El gremio también critica el pasivo rol del Estado, señalando que “lamentamos ser nosotros, una entidad gremial, la que ponga una voz de alerta al respecto y no sea el gobierno de Chile el que defina políticas de Estado sobre el particular”.