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El diseño del “te perdono” de Matthei +Política

El diseño del “te perdono” de Matthei

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El perdón de Evelyn Matthei a José Antonio Kast fue visto más como una jugada política que como un gesto sincero. Impulsada por presiones internas y empresariales, la estrategia buscaba calmar tensiones, pero terminó mostrando debilidad y sin generar el efecto deseado.


¿Fue sincero el perdón de Evelyn Matthei a José Antonio Kast? Las interpretaciones son variadas, pero la mayoría coincide en una: no lo fue. Según fuentes de alto nivel de Chile Vamos, lo que pronunció Matthei en el debate de Enade –uno de los peor evaluados, por cierto, sin profundidad, sin peso, sin ideas– fue más un perdón racional que emocional.

Este perdón, interpretado así, fue una imposición de los partidos y los empresarios, que operó bajo el mismo impulso que la obligó a dar marcha atrás con la querella sobre los trolls y bots. “Otra muestra de debilidad” –comentan algunos– y, al mismo tiempo, un intento desesperado por sobrevivir en un panorama electoral cada vez más incierto.

Lo que se vio en el escenario no fue sinceridad, sino estrategia. El “te perdono y doy vuelta la página” de Matthei, aseguran varios analistas, fue un intento de reconciliar a la derecha y la centroderecha, luego de semanas de ataques mutuos. Sin embargo, la jugada no tuvo el impacto esperado. Más allá del mensaje, el resultado de esa performance fue flojo, sin generar el respaldo necesario para catapultar su candidatura.

Sin embargo, el doble juego estaba en la intención. Aquellos que estuvieron más cerca de la preparación de la candidata aseguran que el cálculo era claro: si Kast negaba los ataques, quedaba desmentido por los hechos; si guardaba silencio, de alguna manera estaba aceptando la acusación. “El que calla, otorga”, explican.

Y Kast, efectivamente, optó por callar lo sustantivo. Respondió que él también había sido víctima de violencia en redes sociales y en la calle, pero nunca desmintió aquello de lo que se le acusaba. Nunca dijo: “Eso es falso”. El silencio, en su caso, hablaba más que mil palabras.

Desde la perspectiva del comando de Matthei, la jugada parecía positiva en cualquier escenario. No obstante –según varios analistas–, esta movida reveló su verdadera naturaleza: si Matthei perdona, entonces, al menos implícitamente, alguien debe ser culpable. Y perdonar a un culpable en una campaña nunca es una buena señal.

Lo que hubiera sido una maniobra efectiva –aseguran algunos–, solo podría haber funcionado si hubiera tenido eco, respaldo. Pero no fue el caso. En este punto, el exsubdirector de la Secom de Michelle Bachelet, Víctor Maldonado, no tiene dudas: “Ese paso solo tiene sentido si se convierte en un camino. Si se queda en un simple gesto, es solo una señal de debilidad”.

Han pasado varios días desde ese “te perdono” y la situación sigue sin claridad. Como bien señalan los analistas, tras el perdón no ha surgido ninguna acción que respalde esa decisión. La jugada quedó suspendida y Matthei parece haber perdido la oportunidad de capitalizar algo que, en principio, podría haber sido un giro estratégico clave.

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