Gastronomía
La renovada experiencia Ozaki
El reconocido chef José Ozaki relanza su propuesta nikkei en Terraza San Cristóbal con una carta renovada, nuevas experiencias como omakase y teishoku, y un regreso a las raíces que hicieron de su cocina un referente en Chile.
Sabores frescos y técnicas ejecutadas con precisión. Al ver la cocina de José Ozaki queda clara de inmediato la prolijidad de sus platos y lo sabroso de sus preparaciones, que reflejan la amplia experiencia de este chef nacido en Lima, con décadas viviendo en Chile y una sólida trayectoria construida a través de distintos proyectos gastronómicos.
Ozaki —bajo el mismo apellido de su creador— reabre en Terraza San Cristóbal con una propuesta que rescata las raíces de la cocina nikkei. Su chef, Juan Ozaki, con más de 20 años impulsando este concepto en nuestro país, busca volver a encantar a sus fieles comensales y a los nuevos que llegarán, con una carta de makis, nigiris, hangiris y más, que pronto se ofrecerán en distintos formatos: a la mesa, como experiencia omakase y también en formato teishoku, el tradicional menú japonés.

Créditos: @bitacoradeunasibarita
Partir con un appetizer de Ostras Frescas ($5.700 – $15.900) es una excelente forma de abrir el paladar. Con un toque de wasabi y soya, la experiencia sube de nivel de inmediato. Después de las ostras, la selección de nigiris —bocado tras bocado— confirma por qué la cocina nikkei ha conquistado al mundo.

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Imperdible es el Niku Foie ($7.800), con vacuno y foie gras flambeado. Delicioso, suave y con una carne que se funde bajo el fuego para unirse perfectamente al foie (hígado). Se puede complementar con el Cevi ($5.800), que lleva pesca del día, sweet miso, mousse de palta acevichado y un toque de trufa, cremoso en boca; o con el increíble Gunkan Erizo ($7.500), envuelto en alga nori, donde la frescura y textura del erizo se potencian con leche de tigre.

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Para disfrutar de un refrescante cóctel o una copa de la carta de vinos, una buena idea es ir por los kushiyakis, brochetas al estilo japonés. Hay seis tipos para elegir, con carnes, pescados y verduras. Recomendadas las Nasuyaki Berenjena Asada ($4.800) o las Tako Pulpo ($6.500). Otra deliciosa alternativa son las Gyosas Fritas —pregunta por ellas, porque no están en la carta—, de factura artesanal, rellenas de cerdo sobre una cama de salsa acevichada y coronadas con puré de camote y chalaquita.

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José Ozaki retoma la esencia de esta gastronomía nacida en Perú, cuando los inmigrantes japoneses debieron adaptar sus técnicas a los productos locales y, a partir de esa necesidad doméstica, surgió una cocina que mezcló tradición, identidad y creatividad. Inspirado en esa historia familiar y cultural, el nuevo Ozaki busca mostrar una versión más auténtica y coherente del nikkei, lejos de la masificación y de las fusiones mal entendidas, rescatando técnicas y preparaciones junto con un relato que honra a quienes dieron origen a este estilo culinario.

Créditos: @bitacoradeunasibarita
La carta actual está operativa en un 50% y se construye a partir de esa mirada más internacional y correcta del nikkei: platos cuidados, técnicas precisas —como el tratamiento del pulpo— y preparaciones estilo izakaya que acompañan una coctelería pensada para maridar. La barra tendrá un rol protagónico, con una línea de cócteles que incorporará sake y una curatoría de vinos desarrollada junto al jefe de barra para crear un espacio más dinámico dentro del restaurante.
Próximamente, Ozaki activará dos experiencias clave: un formato omakase en barra para solo seis comensales, con dos alternativas de precio y un recorrido guiado por el itamae —chef de cocina japonesa— desde el primer bocado hasta el postre. Por otro lado, se activará un menú teishoku de lunes a viernes, con platos de la carta presentados en una bandeja al estilo tradicional japonés. El objetivo es ofrecer una propuesta más completa, profunda y ordenada, mientras el chef se concentra en crear, refinar recetas y recuperar la esencia que siempre ha definido a Ozaki dentro del panorama nikkei en Chile.