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Conservar junto con el territorio: una ruta que Chile debe recorrer con unidad Opinión Créditos: El Mostrador

Conservar junto con el territorio: una ruta que Chile debe recorrer con unidad

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Eugenio Benavente Hormazábal
Por : Eugenio Benavente Hormazábal Presidente Ruta Escénica Lagos y Volcanes
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Chile está viviendo un momento clave en su política ambiental. La implementación de la Ley que crea el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas (SBAP) y la reciente publicación de los 99 sitios prioritarios para la conservación representan una señal de compromiso con la protección del patrimonio natural. Sin embargo, la forma en que este proceso se ha desarrollado nos invita a una reflexión más profunda: la conservación no puede avanzar sin el territorio.

En la macrozona sur, donde se despliega la Ruta Escénica Lagos y Volcanes, programa público privado financiado por Corfo, el turismo sustentable ha sido una herramienta eficaz para cuidar la biodiversidad y fortalecer la identidad local. Comunidades como Neltume, Mocho-Choshuenco o Futaleufú han demostrado que conservar y desarrollarse son acciones compatibles cuando existe participación, confianza y gobernanza compartida.

El desafío actual es que el proceso de definición de los sitios prioritarios se ha iniciado antes de contar con el reglamento que la propia ley exige. Esa brecha técnica y participativa puede generar incertidumbre en territorios donde ya existen proyectos de conservación activa, reservas privadas o emprendimientos turísticos que financian directamente la protección de ecosistemas.

La voz del turismo —como recuerda Federacion de Empresas de Turismo de Chile, Fedetur— debe ser escuchada, no para oponerse a la conservación, sino para fortalecerla desde la experiencia práctica y la economía local. Muchos de los destinos más sostenibles del país se sostienen gracias al trabajo conjunto entre comunidades, operadores y organizaciones civiles. Esas mismas iniciativas deben ser vistas como aliadas del Estado, no como potenciales infractoras o sujetos de restricción.

La conservación del futuro no puede ser solo un decreto; debe ser un pacto social y territorial. Requiere integrar ciencia, política pública y sabiduría local en un mismo propósito: proteger la naturaleza, pero también la vida y la dignidad de quienes la habitan.

Chile tiene la oportunidad de demostrar que es posible liderar un modelo donde la sostenibilidad se base en la cooperación y no en la exclusión. La biodiversidad será verdaderamente protegida cuando el Estado, la academia, los gremios y las comunidades locales trabajen como socios en un mismo territorio: el de la confianza y el respeto mutuo.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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