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Protector solar en adultos mayores: por qué sigue siendo clave para prevenir lesiones y cáncer Salud Crédito: El Mostrador.

Protector solar en adultos mayores: por qué sigue siendo clave para prevenir lesiones y cáncer

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Especialistas advierten que la falta de fotoprotección aumenta el riesgo de quemaduras, heridas complejas y cáncer de piel, incluso en exposiciones breves y días nublados.


La baja costumbre de usar protector solar entre los adultos mayores se ha transformado en una preocupación sanitaria. Con una piel más frágil y una mayor exposición al daño acumulativo de la radiación UV, la fotoprotección diaria aparece como una medida básica de autocuidado que aún no logra instalarse.

En Chile, el 75% de las personas mayores no utiliza protector solar por falta de costumbre. Por otro lado, solo un 25% declara usarlo de manera regular, una cifra que alarma a los equipos clínicos dedicados al cuidado de la piel.

La situación se vuelve más crítica si se considera que, con el envejecimiento, la piel pierde grosor, elasticidad, hidratación y capacidad de regeneración, quedando mucho más expuesta a daños severos.

Desde Clínica CATH, especializada en heridas avanzadas, advierten que esta vulnerabilidad convierte a la exposición solar sin protección en un factor de riesgo relevante, incluso en periodos cortos de tiempo.

Piel envejecida y radiación UV

Carolina Saravia, enfermera jefe de Clínica CATH, subraya que el daño solar en personas mayores puede ser profundo y rápido.
“La piel de las personas mayores es extremadamente frágil. Una exposición corta puede causar quemaduras severas, ampollas e incluso heridas abiertas difíciles de manejar. En la clínica vemos casos que podrían haberse evitado con el uso diario de protector solar”, señala.

Uno de los errores más comunes, explica la especialista, es asociar el uso de fotoprotección solo al verano o a actividades al aire libre.
“Existe una falsa sensación de seguridad en los días nublados. La radiación UV atraviesa las nubes y produce daño acumulativo, lo que muchas veces pasa desapercibido”, advierte.

Daños visibles y consecuencias a largo plazo

La falta de protección solar no solo provoca quemaduras. También puede generar irritación persistente, inflamación, envejecimiento acelerado de la piel, úlceras en zonas sensibles y un deterioro de heridas preexistentes. A largo plazo, el riesgo más grave es el desarrollo de cáncer de piel, cuya incidencia va en aumento a nivel mundial, especialmente en personas mayores.

Las cifras globales refuerzan esta preocupación: se estimaron cerca de 153.993 nuevos casos de melanoma en mayores de 65 años, además de más de un millón de casos de carcinoma de células escamosas y millones de diagnósticos de carcinoma basocelular, el tipo más frecuente de cáncer cutáneo.

Una medida básica de autocuidado

Para los especialistas, la prevención es clave. “El protector solar no es estacional. Es una medida básica de salud. Prevenir siempre será más simple, más económico y menos doloroso que tratar una herida o un cáncer de piel”, enfatiza Saravia.

Desde Clínica CATH recomiendan usar protector solar con FPS 50 o superior todos los días, reaplicarlo cada dos o tres horas, evitar la exposición directa entre las 11:00 y las 16:00 horas y complementar con sombreros, ropa adecuada y controles periódicos de la piel. También llaman a consultar ante cambios en manchas, lunares o heridas que no cicatrizan.

“Cuidar la piel es parte del autocuidado integral. En personas mayores, una lesión mal manejada puede transformarse rápidamente en una complicación grave. La fotoprotección diaria es una herramienta simple y efectiva para proteger la calidad de vida”, concluye la especialista.

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