
Desigualdad en permisos parentales mantiene a las mujeres como principales cuidadoras en Chile
La corresponsabilidad parental sigue siendo un desafío en Chile, donde las mujeres asumen la mayor parte del cuidado familiar y doméstico. A 15 años de la ley que permite transferir semanas de postnatal, la participación masculina es mínima, afectando la equidad laboral y el bienestar familiar.
La corresponsabilidad parental es fundamental para una crianza equitativa y el bienestar familiar. Implica que ambos progenitores asuman de manera activa, equitativa y permanente las responsabilidades del cuidado y educación de sus hijos, independientemente de su situación de pareja o convivencia.
En nuestro país, la participación laboral femenina ha fluctuado fuertemente durante la última década, siendo afectada por la pandemia, los estereotipos de género y las dificultades de compatibilizar el trabajo con el cuidado personal y familiar. Según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), la tasa de participación laboral de las mujeres fue de un 49,3% a fines de 2024, muy por debajo del promedio de los países OCDE (60,3%).
Uno de los factores que más incide en esta brecha es la baja corresponsabilidad masculina. Aunque la legislación chilena permite desde 2011 que los padres hagan uso de del permiso posnatal parental, según datos del Ministerio del Trabajo apenas un 0,23% de ellos lo utilizó en 2024. Lo anterior se traduce en un carga desproporcionada para las mujeres y personas gestantes, que siguen siendo las principales responsables del cuidado de hijos y del hogar.
En octubre se cumplen 15 años desde que entró en vigencia la ley que permite a las madres transferir hasta 12 semanas de su postnatal parental a los padres. Sin embargo, la participación real de ellos sigue siendo muy limitada. Mientras que en países de la OCDE los hombres disfrutan en promedio de 12,7 semanas de permiso exclusivo, en Chile los padres solo tienen cinco días obligatorios pagados por el empleador.
“La corresponsabilidad masculina no es solo un asunto de equidad, es una condición estructural para que más mujeres puedan permanecer en el mercado laboral, desarrollarse profesionalmente y aspirar a posiciones de liderazgo”, explica Carolina Varela, directora de Servicio y Calidad de la empresa de recursos humanos Adecco Chile.
Asimismo, agrega que “mientras el cuidado siga siendo visto como un rol femenino, las brechas de género seguirán reproduciéndose en todas las industrias”.
¿Quién cuida?
Los datos reflejan una realidad persistente: las mujeres continúan siendo las principales encargadas del cuidado familiar y las tareas del hogar. Según la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo, ellas dedican en promedio casi 5 horas diarias a trabajo no remunerado, como el cuidado de los hijos y las labores domésticas, mientras que los hombres destinan menos de 3 horas. Esta desigual carga limita la disponibilidad de las mujeres, afectando su empleabilidad, oportunidades de desarrollo profesional y acceso a cargos de liderazgo.
En un día típico, las mujeres dedican 2 horas y 5 minutos más que los hombres a trabajos no remunerados, según destaca el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) en su II Encuesta Nacional del Uso del Tiempo (ENUT).
De acuerdo a la encuesta, en promedio, las mujeres dedican 4 horas y 57 minutos diarios al trabajo no remunerado, mientras que los hombres destinan 2 horas y 52 minutos. Este tiempo incluye labores domésticas, cuidado de familiares, trabajo voluntario y ayuda a otros hogares. La mayor brecha se observa entre los 25 y 44 años, donde ellas dedican 2 horas y 32 minutos más que ellos.
Corresponsabilidad parental
En este contexto, desde Adecco Chile proponen avanzar en una transformación profunda del entorno laboral para impulsar el involucramiento activo de los hombres en las responsabilidades familiares. Algunas de las recomendaciones incluyen:
- Normalizar el uso del postnatal masculino: Incentivar a los hombres a usarlo sin temor a represalias, visibilizando ejemplos y garantizando que las culturas laborales lo respalden.
- Diseñar políticas pro familia inclusivas: Permisos por enfermedad de hijos, horarios flexibles y programas de retorno laboral postnatal dirigidos tanto a hombres como mujeres.
- Capacitar en corresponsabilidad a líderes y RR.HH.: Los liderazgos organizacionales deben ser los primeros en asumir y promover una cultura de equidad.
- Promover la flexibilidad laboral para ambos géneros: Teletrabajo parcial, jornadas adaptables y beneficios de conciliación que no estén pensados solo para mujeres.
La ausencia de corresponsabilidad masculina también impacta negativamente a las empresas. La desconexión del talento femenino del mercado laboral, la menor diversidad en los equipos de decisión y la fuga de profesionales calificadas son algunas de las consecuencias más evidentes. “Cuando los hombres se involucran en el cuidado, no solo liberan espacio para que las mujeres puedan desarrollarse, también se genera una cultura laboral más empática, equilibrada y moderna”, explica Varela.
Asimismo, Andrea Avila, CEO de Randstad para Argentina, Chile y Uruguay, explica que “en las compañías tenemos un rol central para garantizar la inclusión de la mujer en pie de igualdad en el ámbito laboral. Utilizando las herramientas a nuestro alcance, tenemos que ayudar a producir el cambio cultural que se requiere para derribar las barreras que impiden el acceso igualitario a hombres y mujeres. Por eso implementamos en Randstad Chile una licencia parental obligatoria de 28 días para padres. Estamos convencidos que al acortar la brecha entre las licencias para madres y padres estamos un poco más cerca de la posibilidad de equilibrar las desiguales responsabilidades vinculadas al cuidado familiar y del hogar, permitiendo, además, que los padres puedan disfrutar en plenitud de uno de los momentos más felices de sus vidas”.
La corresponsabilidad parental no solo es un principio legal, sino una práctica que beneficia a toda la familia. Promueve el desarrollo integral de los niños, la igualdad de género y el bienestar emocional de los progenitores.