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Qué es sadfishing: la tendencia en redes sociales que convierte la tristeza en viralidad
El sadfishing es una moda digital donde usuarios muestran sus emociones para obtener atención y apoyo en redes sociales. Expertos alertan sobre riesgos emocionales y cómo identificar cuándo la expresión de tristeza se convierte en manipulación.
En plataformas como Instagram, TikTok y Facebook, los usuarios muestran cada vez con mayor frecuencia su tristeza, ansiedad o vulnerabilidad emocional a través de publicaciones visibles para todos. Frases cargadas de angustia, imágenes llorando o videos donde se exponen momentos de malestar forman parte habitual del contenido que circula en redes sociales. Si bien en muchos casos esta exposición responde a una necesidad real de desahogo o de búsqueda de apoyo, en otros se convierte en una estrategia para captar atención, likes y comentarios de contención. Esta práctica, vinculada a la lógica de validación digital, ha recibido un nombre específico: sadfishing.
El origen del término sadfishing
El término fue acuñado en 2019 por la periodista Rebecca Reid, quien lo utilizó para describir cómo algunas figuras públicas mostraban sus problemas emocionales para generar empatía y engagement en Internet. Según Reid, la diferencia entre compartir sinceramente una dificultad y hacer sadfishing está en la intención: mientras que la primera busca apoyo genuino, el sadfishing convierte la tristeza en un reclamo de atención.
Aunque comenzó asociándose a celebridades e influencers, rápidamente se observó que usuarios comunes también recurren a esta estrategia. Frases tristes, imágenes llorando o vídeos de angustia generan respuestas casi inmediatas: likes, comentarios de ánimo y mensajes privados. Esta retroalimentación constante refuerza la conducta y puede volverla repetitiva.
Qué dicen los especialistas sobre el sadfishing
Según el portal BBC News Mundo, expertos en psicología digital advierten que el sadfishing puede tener efectos negativos en la salud emocional de quien lo practica. La constante validación externa puede crear dependencia del reconocimiento virtual, dificultando el desarrollo de habilidades de afrontamiento y resiliencia en la vida real.
Los psicólogos señalan que los jóvenes, especialmente adolescentes, son los más vulnerables, ya que la presión social y la búsqueda de aprobación en redes puede intensificar la práctica. “Es importante enseñar a los jóvenes a diferenciar entre expresar emociones de manera saludable y buscar atención de forma manipulativa”, explica la psicóloga clínica Marta López.
Riesgos del sadfishing
El sadfishing conlleva varios riesgos, según especialistas y portales como El País:
Dependencia emocional de la validación digital: los usuarios pueden sentirse ansiosos si no reciben la respuesta esperada.
Exposición pública: compartir emociones de manera recurrente puede afectar la privacidad y reputación.
Impacto en la salud mental: la necesidad constante de apoyo virtual puede incrementar la ansiedad y sentimientos de soledad.
Relaciones superficiales: la interacción basada en lástima o compasión puede reemplazar vínculos genuinos y de apoyo real.
Cómo identificar el sadfishing y actuar
Identificar el sadfishing no siempre es sencillo, pero especialistas recomiendan prestar atención a señales como la repetición constante de mensajes tristes, exageración de problemas menores y búsqueda de confirmación a través de likes o comentarios. Para los usuarios que interactúan con estas publicaciones, lo aconsejable es ofrecer apoyo empático sin reforzar conductas manipulativas y, en casos preocupantes, recomendar ayuda profesional.
reflexionar antes de compartir
El sadfishing nos recuerda que no todo lo que se comparte en redes refleja la realidad completa. Antes de publicar emociones o interactuar con este tipo de contenido, es importante reflexionar sobre la intención y los posibles efectos. Expresar sentimientos es sano, pero depender de la validación digital puede afectar la salud emocional. Mantener un equilibrio entre compartir y protegerse, y fomentar vínculos reales de apoyo, es clave para una interacción saludable en el mundo virtual.