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Hacia un Sistema Nacional de Cuidados que no deje a nadie atrás Yo opino Créditos: El Mostrador.

Hacia un Sistema Nacional de Cuidados que no deje a nadie atrás

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Gabriela Rosero Moncayo
Por : Gabriela Rosero Moncayo Jefa de la Oficina de ONU Mujeres en Chile.
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Sin cuidados, la vida no sería posible: son la base del bienestar, las sociedades, las economías y el planeta. Aun así, este trabajo indispensable ha sido atribuido casi exclusivamente a las mujeres, reforzando desigualdades y limitando su plena participación en la sociedad.

En Chile, las mujeres dedican 2 horas más al día que los hombres al trabajo de cuidados no remunerado (ENUT 2023). Este trabajo representa el 19,2% del PIB ampliado (Ministerio de Hacienda y Comunidad Mujer, 2025). Avanzar hacia un Sistema Nacional de Apoyos y Cuidados es, por tanto, una urgencia democrática, económica y de derechos humanos.

Este desafío implica transformar las estructuras sociales que han sostenido históricamente la desigualdad. Desde ONU Mujeres creemos que solo un sistema de cuidados con enfoque interseccional e intercultural podrá responder a las diversas realidades del país, reconociendo que no es lo mismo cuidar ni ser cuidado en el norte, centro o sur del país; en una zona urbana o rural; o desde una comunidad indígena o un territorio impactado por el cambio climático.

Recientemente, publicamos el policy brief “La interseccionalidad de los cuidados: una mirada desde la ruralidad, el cambio climático, los pueblos indígenas, la migración y la paz y seguridad”, que releva la relación de la agenda de cuidados con estas dimensiones. Se propone avanzar hacia un sistema que reconozca el cuidado como un derecho, un cuarto pilar de la protección social y que responda con pertinencia geográfica, cultural y social del país.

Esta mirada está alineada con la Opinión Consultiva 31 de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que reconoce el cuidado como un derecho humano, y con el Compromiso de Tlatelolco, adoptado por los Estados de América Latina y el Caribe en la XVI Conferencia Regional sobre la Mujer, que llama a construir una sociedad del cuidado basada en la igualdad, la corresponsabilidad y la justicia social.

Lograrlo exige un nuevo pacto social: Estado, comunidades, familias y sector privado deben compartir la responsabilidad de cuidar. Este último cumple un papel clave, no solo como proveedor de servicios de cuidado de calidad, sino también como promotor de la conciliación laboral, familiar y personal. Los cuidados también son un motor de empleo y productividad, contribuyendo a cerrar brechas y construir entornos laborales más justos e inclusivos.

Hacer de los cuidados una prioridad nacional es invertir en el bienestar colectivo y en la sostenibilidad del país. Chile tiene hoy la oportunidad histórica de reconocer que cuidar, ser cuidado y autocuidarse es un derecho que nos involucra a todas y todos.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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