Yo opino
Créditos: El Mostrador.
La decisión de avanzar en espacios laborales libres de violencia
El 25 de noviembre es un recordatorio profundo, histórico y doloroso del camino que las mujeres han debido recorrer para vivir sin violencia. Ese día, en 1960, las hermanas Mirabal —Patria, Minerva y María Teresa— fueron asesinadas por la dictadura de Rafael Trujillo en República Dominicana. Sus muertes, símbolo de resistencia y dignidad, dieron origen a esta jornada internacional para denunciar todas las formas de violencia que enfrentan las mujeres.
Más de seis décadas después, su legado sigue interpelándonos. Hoy, cuando Chile avanza en nuevas normativas, políticas públicas y mecanismos de protección, esta conmemoración nos invita a reflexionar respecto a que la violencia contra las mujeres es un problema social, cultural y estructural que debe ser enfrentado en todos los espacios, privados, educativos y laborales.
En el ámbito laboral, el país ha dado pasos significativos. La Ley N.º 21.643 o Ley Karin, que refuerza la obligación de prevenir, investigar y sancionar el acoso sexual, el acoso laboral y la violencia en el trabajo, establece con claridad que todas las relaciones laborales deben fundarse en un trato libre de violencia, respetuoso de la dignidad y con perspectiva de género. Esto implica protocolos exigibles, acciones oportunas de resguardo y canales accesibles para denunciar. Medidas que van más allá de lo formal y que buscan transformar a nivel cultural la manera de organizar el espacio profesional.
En el ISL somos parte activa de este proceso. Como único organismo público que administra el Seguro Social de la Ley 16.744, acompañamos a trabajadoras y trabajadores cuando sufren violencia, orientando a empleadores y equipos de trabajo para prevenir y contener, e impulsamos la identificación de riesgos psicosociales desde la participación y el diálogo. Además, cuando estos hechos derivan en accidentes del trabajo o afectan la salud mental, el ISL brinda atención médica, rehabilitación y apoyo psicológico, protegiendo la integridad física y emocional de quienes sostienen al país con su labor diaria.
La prevención se construye en el trato diario, con liderazgos que se hacen cargo, conversando claramente con los equipos, poniendo en práctica los protocolos. Prevenir es una tarea institucional, pero también cultural.
Como ISL nuestro compromiso es avanzar hacia espacios laborales más seguros, más igualitarios y libres de violencia. Tenemos el deber de seguir fortaleciendo la prevención, ampliar la educación con perspectiva de género y asegurar que cada denuncia sea tratada con la seriedad, confidencialidad y celeridad que corresponde.
Que este día sea una invitación a construir una cultura del buen trato en todos los lugares de trabajo. Una cultura donde ninguna mujer tenga que callar, retroceder o renunciar para sentirse segura.
Todas las instituciones tenemos la responsabilidad de proteger el derecho a una vida sin violencia.
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