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Libro rescata la historia de las navegantes yagan CULTURA Crédito: Cedida

Libro rescata la historia de las navegantes yagan

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La publicación, escrita por la antropóloga Macarena Libuy, reconstruye las prácticas marítimas de quienes —según la historia oral, las crónicas y las etnografías— lideraban tradicionalmente actividades como la navegación, el nado y la pesca.


Las navegantes yagan. Kučikipayamalim es el nombre del libro recientemente publicado por la antropóloga Macarena Libuy, que releva el rol protagónico de las mujeres del pueblo yagan en la navegación de los canales australes. A través de una cuidada revisión de fuentes históricas y trabajo etnográfico en Isla Navarino, la obra reconstruye las prácticas marítimas de quienes —según la historia oral, las crónicas y las etnografías— lideraban tradicionalmente actividades como la navegación, el nado y la pesca.

El proyecto editorial fue desarrollado por el Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL) de la Universidad Austral de Chile (UACh) y es parte del primer libro de la colección Barcografías, que invita a las y los lectores a emprender un viaje por los mares y las historias del Cabo de Hornos.

El diseño y la diagramación estuvieron a cargo de Estudio Vicencio y las ilustraciones fueron hechas por el artista Álvaro López. La edición fue liderada por el investigador Gustavo Blanco y la periodista Andrea Navarro.

“A través de este libro me propuse visibilizar y hacer memoria respecto de los roles protagónicos de las mujeres yagan en el mar, historizando aspectos silenciados en el campo de lo marítimo, el que mayoritariamente se ha construido como un espacio masculino.  Quise también instalar estas discusiones desde el presente para hacer notar que el pueblo yagan es un pueblo vivo y las kipayamalim siguen liderando en la actualidad una serie de procesos en ámbitos culturales y políticos”, explica la autora Macarena Libuy.

“Este trabajo permite dar un paso importante en reconocer y valorar la memoria, el presente y el futuro de las prácticas, el trabajo y las vidas de las mujeres de nuestros pueblos originarios, en particular del pueblo yagan. Realiza esta tarea a partir de recoger sus propios testimonios, sumado a la recopilación de relatos históricos de distintas fuentes. Macarena nos permite asomarnos a las vidas de navegantes yagan de una manera comprometida y entretenida, por lo que creo que estamos frente a una obra que trascenderá, sobre todo porque vuelve visibles a estas actoras extraordinarias del maritorio austral”, asegura Blanco.

La publicación aborda cómo estos saberes y liderazgos femeninos se vieron interrumpidos por distintos procesos coloniales. Entre ellos, se analiza el impacto de las misiones religiosas del siglo XIX, que promovieron un modelo europeo de mujer centrado en lo doméstico y lo reproductivo, desplazando así el protagonismo ancestral de las yagan en el mar. Pese a estas transformaciones culturales, las mujeres siguieron siendo “capitanas” de sus embarcaciones.

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Fue con la llegada del Estado a la región y la consolidación de políticas de sedentarización, pérdida territorial y restricciones a la navegación, que su participación se vio severamente limitada. Esto se ve agravado por la ausencia de un enfoque interseccional de género en los marcos que regulan las actividades marítimas, que reconozca sus exclusiones históricas y facilite su reincorporación a las actividades de navegación y pesca, actualmente monopolizadas en Cabo de Hornos bajo la figura del pescador de centolla.

Las navegantes yagán. Kučikipayamalim no solo rescata una historia poco conocida, sino que también da cuenta de los actuales liderazgos femeninos yagan en ámbitos políticos y culturales, abriendo un espacio para reflexionar sobre el rol de las mujeres indígenas en la defensa del mar y sus territorios.

“Este es un libro que fue construido desde lo narrativo y lo visual, donde el fondo y la forma confluyen para dar vida a una obra que no solo es aporte desde el punto de vista de la antropología, sino que también desde la mirada de los territorios. Es un valioso registro especialmente para quienes habitamos la Región de Magallanes y la Antártica Chilena ”, concluye Andrea Navarro.

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