
El 11% de postulantes en Chile son migrantes: revisa cifras y implicancias
El estudio muestra que la inserción formal de extranjeros es esencial para reducir la informalidad, cerrar brechas y potenciar sectores con déficit de mano de obra. Las áreas con mayor demanda por estos trabajadores son comercio, servicios, construcción y logística.
Según el último Censo 2024, en Chile residen 1.608.650 personas nacidas en el extranjero, equivalente al 8,8 % de la población. De ellas, más de 973 mil migrantes participan en el mercado laboral, consolidándose como una fuerza de trabajo esencial que contribuye a sostener el dinamismo de la economía y a cubrir vacantes en industrias con déficit de mano de obra.
De acuerdo con datos de Trabajando.com, de un total de 6,1 millones de postulantes en la plataforma, un 11,2% corresponde a personas extranjeras, cuya presencia se concentra principalmente en sectores como comercio, servicios, construcción y logística.
Según el gerente general de Trabajando.com, Eduardo Marín, “la inserción laboral formal de los migrantes no solo contribuye a reducir la informalidad y las brechas salariales, sino que además permite aprovechar un capital humano que es clave para dinamizar sectores con déficit de mano de obra. Bien integrado, el aporte migrante es un motor positivo para la economía chilena”.
Diferencias por género y por regiones
Las cifras muestran también brechas y desafíos. Por ejemplo, la expectativa salarial promedio de los hombres migrantes es de $1.200.000, mientras que la de las mujeres alcanza solo los $600.000. A su vez, la formación académica influye de manera directa en las aspiraciones: quienes cuentan con estudios de postgrado proyectan ingresos cercanos a $2.000.000, mientras que quienes tienen educación básica o media aspiran a $600.000.
El análisis también evidencia diferencias regionales: mientras que en la Región Metropolitana la expectativa promedio es de $1.200.000, en Magallanes asciende a $1.500.000 y en Antofagasta baja a $700.000. En contraste, quienes postulan desde el extranjero fijan sus expectativas en torno a $2.000.000.
Por su parte, Marín destacó que el aporte migrante es un motor positivo para la economía chilena, por lo que “resulta fundamental avanzar en programas de empleabilidad inclusivos que faciliten la capacitación, reduzcan las brechas de acceso a oportunidades y fortalezcan la integración al mercado formal. De esa manera, no sólo se potencia el desarrollo personal de quienes llegan a Chile, sino también la competitividad y sostenibilidad de las empresas y del país en su conjunto”, afirmó.