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La importancia de la vacuna para evitar la enfermedad de distemper Mascotas

La importancia de la vacuna para evitar la enfermedad de distemper

La enfermedad del distemper, también conocida como moquillo canino, es originada por un morbillivirus de la familia paramixoviridae y al contrario de la creencia popular sobre que es una enfermedad irreversible, ésta tiene cura si se trata en una etapa temprana.


Muchos cachorros, especialmente en ciudades, están más expuestos a contraer esta enfermedad originada por un morbillivirus de la familia paramixoviridae, pero es una enfermedad más común que se presente en etapa adulto. Durante el estado agudo de esta enfermedad el virus es eliminado por secreciones, contaminando el medio ambiente con esta carga virulenta que puede resistir según ensayos clínicos, a incubación en 20 ºC durante 3 horas, perdiendo su actividad definitivamente despues de las 15 horas.

Debido a la importancia y gravedad del distemper, es que la vacuna contra este virus es considerada como una vacuna “núcleo” según los expertos, ya que se recomienda que todos los cachorros sean inoculados para prevenir esta enfermedad.

“El virus del moquillo canino infecta múltiples tejidos del organismo, el tejido linfoide sirve de base para su replicación alcanzando el sistema digestivo (estomago e intestino delgado), hígado, médula osea, bazo, y otros tejidos linfoides”, explica Diego Rugeles, médico veterinario del alimento para mascotas Poema.

Signos clínicos 

El curso y el pronóstico de esta compleja enfermedad, están determinados en gran parte por la edad de la exposición ante el virus, los cachorros de semanas de edad que no han recibido inmunidad pasiva de las madres, generalmente mueren a las 2 semanas de la infestación. Mientras que los animales jóvenes pueden sobrevivir a la infestación, pero son más propensos a desarrollar signos neurológicos, luego de periodos de fiebre ligera y diarrea.

Según explica el experto “en los perros de más de 4 meses hay fiebre de 6 a 9 dias despues de la exposición, la cual puede llegar hasta los 40ºC, disminución del apetito, congestión nasal, esta etapa es raramente identificada por los dueños, posteriormente la fiebre desaparece por 3 a 4 días, vuelve después y persiste por 14 días, causante por infecciones secundarias”.

Asimismo, en perritos infectados se presentan signos respiratorios por desarrollo de bronquitis o bronconeumonía, acompañado de tos, y signos gastrointestinales como diarrea, vomito y falta de apetito. 

Y en la fase crónica, y que afecta a los perros entre 4 y 8 años, se desarrolla encefalitis multifocal de progreso paulatino. Estos presentan debilidad en las patas traseras, parálisis y temblor de la cabeza. En esta etapa de edad su recuperación aún es viable, no así para los perros mayores de 8 años, en quienes se desarrolla una encefalitis crónica., y se les pueden observar movimientos en círculos, ataxia, así como cambios en el temperamento. En esta edad los perros infestados tienen una recuperación muy complicada o nula.

Por esto mismo, el veterinario explica que cualquier enfermedad febril en cachorros se debe sospechar de distemper y tratar a tiempo, ya que de este depende poder revertir la enfermedad. “El distemper se trata dependiendo de la sintomatología y el criterio del médico veterinario. Es importante mantener una correcta hidratación, manejo de antibióticos para contrarrestar las infecciones secundarias dadas por la inmunosupresión, y lo más seguro es utilizar inmunoestimuladores, para reforzar el sistema inmunológico. De este modo, es muy importante tener en consideración la vacunación anual de los perros, para fortalecer su sistema y evitar que se contagien de distemper o cualquier otra enfermedad viral de gravedad”, finaliza Diego Rugeles.

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