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La dura queja de la abogada de Caval contra la revista Paula

La dura queja de la abogada de Caval contra la revista Paula

Grace Álvarez se quejó de una «intencionalidad» detrás de la publicación que según ella editó sus respuestas para construir una imagen de ella que no se ajusta a la verdad.


La abogada de Caval, Grace Álvarez que representa a la empresa de Natalia Compagnon, en el proceso por presuntos delitos asociados a un negocio inmobiliario, cobró notoriedad hace dos semanas por una entrevista publicada en revista Paula, donde se la describe como una persona aspiracional, que «no aprendió nada en la universidad, entre otras frases que generaron revuelo

A través de una carta abierta, la profesional acusó una clara intencionalidad en su contra del medio.

«La nota titulada “Legalmente rubia” publicada por la revista Paula el día 09 de abril del presente año editó la gran mayoría de las respuestas que di con la intención de cambiar su sentido, construyendo la imagen de una persona superficial y con débiles capacidades intelectuales y laborales», aseguró en un texto enviado a los medios. 

Y en adelante, detalló:

  1. Se afirma que dije que había estudiado en la Universidad Las Américas “porque me quedaba cerca de mi casa en Providencia”. Lo que no se dice, aún cuando fue lo que le explique a la periodista, es que esa cercanía era un tema importante pues tenía un hijo de seis meses a quién debía amamantar durante los períodos de ventana que tenía entre clases. Omitir esta información claramente busca dejarme como superficial y que tomo decisiones con liviandad.

  2. Se señala que afirmé que “en la universidad no aprendí nada. Pero nada. Que es la práctica la que hace al abogado”. Aquí nuevamente la edición mal intencionada me muestra como alguien que no valora su casa de estudios y que menosprecia a sus colegas. Nada más alejado de la realidad. Lo que yo afirmé es que los elementos prácticos de la profesión se aprenden en el ejercicio de esta y lo ejemplifique con lo que ocurre al redactar demandas, escritos y donde presentarlos. También le conté que tengo colegas que se dedican a otros ámbitos del derecho y que nunca han asistido a una audiencia, ni al Centro de Justicia, que no conocen como es la tramitación de una causa y que por lo tanto esas cosas se aprenden únicamente en el transcurso de la práctica de esta profesión. La nota no contextualiza mis palabras con estos antecedentes pues eso no sirve para la intencionalidad que hay detrás y que yo no quiero interpretar. Espero que cada persona que lea esta carta y la contraponga con la nota mencionada saque sus propias conclusiones.

  3. Afirma que “me preparé para entrar a la Academia Judicial para ser jueza, pero desistí porque me moriría siendo pobre”. Yo nunca hice tal afirmación. Lo que dije es que me di cuenta que trabajando de manera independiente podía tener una remuneración similar a la de jueza pero teniendo mucho más tiempo libre. Y el tiempo es un tema fundamental para mi pues tengo cuatro hijos y pasar tiempo con ellos es algo intransable en mi vida. Además, nunca menospreciaría una trabajo que está tan ligado al ejercicio de mi profesión y que es esencial para la garantía de la justicia en nuestro país. La invención de la afirmación que se me atribuye y la omisión de la información que expuse demuestra que se me quiso dejar intencionalmente como una persona arribista y que desprecia la importante y necesaria labor que ejercen los jueces de nuestro país.

  4. Se señala que me describo como alguien “apática y que no saluda a la gente en los ascensores”. Esto está completamente sacado de contexto. Le relate a la periodista un episodio en donde no saludé al señor Sergio Bustos en un ascensor. Esto efectivamente ocurrió. Pero lo que omitió -aún cuando se lo expliqué- es que no lo saludé porque no lo conocía. En ningún caso este es un comportamiento mío cotidiano. Esta afirmación busca dejarme como mal educada, fría y apática.

  5. Se hace alusión a mi apariencia física reforzando la idea de una mujer superficial, materialista y llena de estereotipos. La publicación no dice que se me pidió que me presentara arreglada y vestida elegantemente, pues claramente esto le quitaría fuerza a la imagen que buscaron construir. La periodista da por hecho que me he sometido a tratamientos estéticos que no vale la pena desmentir, pero que demuestran el sesgo del reportaje.   

Grace Álvarez concluye diciendo que «espero sinceramente que no me traiga consecuencias profesionales futuras. Considero lamentable que el medio aludido no haya querido facilitarme los audios de la entrevista y que tampoco me haya dado mi derecho a replica. La única tranquilidad que tengo es que se que tras esto hay intereses que trascienden mi persona»

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