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Responsabilidad de la libertad académica

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Por: María Eugenia López Zalaquett 


Señor director: 

El reciente estudio de la Fiscalía Nacional Económica, que revela que un 35% de las carreras de educación superior generan rentabilidad negativa para sus egresados, debiera encender una alerta en todo el sistema. No se trata solo de cifras, sino de responsabilidad.

Cuando las instituciones crean programas sin un sustento real en la demanda laboral, la libertad de cátedra se transforma en inconsciencia social. Detrás de cada matrícula hay un proyecto de vida —muchas veces financiado con deuda— que termina frustrado ante un mercado que no reconoce ni necesita esas competencias.

La educación superior no puede seguir expandiéndose sin evaluar el impacto de sus decisiones. La libertad académica exige también pertinencia, transparencia y rendición de cuentas. De lo contrario, seguiremos validando un modelo que convierte la aspiración de progreso en un riesgo económico y emocional, especialmente para los más vulnerables.

María Eugenia López Zalaquett

Directora Ejecutiva Fundación Porta

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