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La campaña que Chile necesita Opinión Crédito foto: Tom Chenette

La campaña que Chile necesita

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Los liderazgos que hoy necesita Chile son los que, con humildad, entienden que representan una oportunidad para recomponer vínculos en una sociedad fragmentada y para encarnar programas colectivos por sobre ambiciones personales.


Con la inscripción oficial de las listas parlamentarias, la política chilena entra en una nueva etapa. Ya no se trata solo de disputas internas ni de cálculos partidarios, sino de mostrarle al país qué tipo de liderazgo se quiere ofrecer. Lo que está en juego no es únicamente la competencia electoral: es la posibilidad de que la campaña sea un espacio para elevar el debate público, recuperar la confianza y demostrar que la política todavía puede ser un camino de acuerdos en medio de la polarización.

La fragilidad democrática que atraviesa Chile es evidente. Según la encuesta CEP 2025, solo un 44 % de las personas encuestadas considera que la democracia es preferible a cualquier otra forma de gobierno, lejos del 64 % registrado en 2019. En paralelo, el Congreso cuenta apenas con un 8 % de aprobación y los partidos políticos con un 4 %. Estas cifras no son anecdóticas: muestran un desgaste profundo de las instituciones y una creciente desafección hacia la política.

Con las listas ya cerradas, comienza la verdadera disputa por convencer a la ciudadanía. Pero convencer no significa gritar más fuerte, sino explicar mejor las ideas, proponer caminos concretos y demostrar que se puede tender puentes incluso con quienes piensan distinto. En un país tensionado por la desconfianza, la descalificación es lo fácil; lo difícil, y lo urgente, es construir acuerdos amplios que permitan avanzar.

Existen distintas formas de hacer campaña. Algunas se concentran en la confrontación inmediata; otras, en la construcción de confianza a largo plazo. Los liderazgos que hoy necesita Chile son los que, con humildad, entienden que representan una oportunidad para recomponer vínculos en una sociedad fragmentada y para encarnar programas colectivos por sobre ambiciones personales.

Desde Más para Chile creemos que los liderazgos democráticos son aquellos que valoran la escucha, reconocen al otro y ponen el interés común en el centro. Por supuesto, la política requiere debates fuertes y negociaciones intensas. Pero en tiempos de incertidumbre y desconfianza, la verdadera audacia está en quienes se atreven a transformar el diálogo en la mejor campaña.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.

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