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El triunvirato germánico y la (re)vuelta del autoritarismo Opinión Archivo

El triunvirato germánico y la (re)vuelta del autoritarismo

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Andrés Cabrera
Por : Andrés Cabrera Doctor (c) en Sociología, Goldsmiths, University of London. Director del Instituto de Filosofía Social y Crítica Política.
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Al son la rivalidad táctica y la unidad estratégica, la extrema derecha chilena podría cosechar prontamente una de sus mayores victorias electorales desde el retorno a la democracia, conquistando de este modo, y casi de manera paradójica, su tan anhelada (re)vuelta del autoritarismo.


El “triple empate” que se estaría registrando entre José Antonio Kast, Evelyn Matthei y Johannes Kaiser en la definición por el paso a segunda vuelta en la carrera presidencial se ha instalado con fuerza en la agenda política a tres semanas de los comicios del 16-N.

Y es que, más allá de la validez de aquellas mediciones que han considerado una baja considerable de Kast, un repunte moderado de Matthei y un ascenso expectante de Kaiser, lo verdaderamente importante en esta discusión se encuentra en el comportamiento estratégico que han tenido las distintas facciones de la derecha en las coyunturas electorales de los últimos años, especialmente desde el estallido social del 18 de octubre de 2019.

Recordemos que, en el inicio de esta historia, el Partido Republicano criticó el sacrificio de la Constitución de 1980 que significó el Acuerdo del 15 de noviembre de 2019, a diferencia de la posición que asumió la entonces coalición gobernante, Chile Vamos, que a regañadientes ofrendó la Carta Magna para apaciguar el fervor de las movilizaciones sociales, solo y cuando el Presidente Sebastián Piñera recibió los reparos de los altos mandos militares a un nuevo despliegue militar, aquella convulsionada jornada del 12 de noviembre.

Por todo ello, los republicanos fueron los únicos que abiertamente llamaron a votar Rechazo en el primer plebiscito constitucional del 25 de octubre de 2020, diferenciándose de aquellos partidos y políticos del sector que incluso cambiaron de bando para votar Apruebo, tal como hizo el emblemático coronel de la UDI, Pablo Longueira.

La diferencia estratégica expresada en el acuerdo del 15-N y el primer plebiscito constitucional no fue impedimento para que los partidos de Chile Vamos y el Partido Republicano acordarán competir en una lista única para las elecciones de la Convención Constitucional de mayo de 2021. Aquí, la unidad de propósito estaba dada por el tercio de escaños requeridos para bloquear o vetar una norma. No lo consiguieron. Pasaron a la ofensiva.

En efecto, para las elecciones parlamentarias y presidenciales de noviembre de 2021, la derecha optó por competir en listas separadas, especialmente debido al crecimiento orgánico demostrado por el Partido Republicano y las buenas chances de su candidato a la Presidencia, quien, a diferencia de su primera incursión presidencial en 2017, contaba en esta oportunidad con una lista parlamentaria competitiva en alianza con el Partido Social Cristiano.

Si bien los partidos de la derecha tradicional lograron mantener en aquella oportunidad la primacía en el Senado y la Cámara de Diputados, el estrepitoso resultado obtenido por su candidato, Sebastián Sichel, terminó posicionando a Kast como el primus inter pares del sector cuando este alcanzó la primera posición con un 27%. A pocos días de obtenida la victoria en la primera vuelta, todos los partidos de Chile Vamos dieron su apoyo a Kast, incluyendo a una de sus figuras emblemáticas, la entonces alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei, quien entregó su respaldo “sin condiciones” en favor del abanderado republicano de cara al balotaje.

A pesar de la derrota obtenida por la derecha frente al candidato de Apruebo Dignidad y actual Presidente, Gabriel Boric, el fortalecimiento de la facción extrema de la derecha chilena sería refrendada con la contundente victoria obtenida por las fuerzas políticas que optaron por el Rechazo en el plebiscito de salida de septiembre de 2022.

Lo extraordinario del avance de los republicanos en esta coyuntura fue que, a pesar de oponerse a la continuidad del proceso constituyente, igualmente alcanzaron la primacía en las elecciones del Consejo Constitucional en mayo de 2023. La conformación de listas separadas al interior de la derecha permitió al Partido Republicano obtener la mayoría simple en el órgano constituyente y, junto a sus socios de Chile Vamos, la mayoría absoluta para redactar la segunda propuesta constitucional.

Es así como en el tercer plebiscito constitucional de diciembre de 2023 la opción A Favor fue respaldada, no solo por la totalidad de los partidos de Chile Vamos, incluyendo a su encumbrada candidata presidencial, Matthei, sino que también tuvo el apoyo del Partido de la Gente, además de los partidos Demócratas y Amarillos.

Sin embargo, habían surgido también algunas voces dentro del sector que llamarían a votar En Contra, tal como ocurrió con el diputado de la bancada republicana Kaiser, quien a partir de esta coyuntura rompería definitivamente con el Partido Republicano para conformar un nuevo referente situado en los confines de la extrema derecha reaccionaria, el denominado Partido Nacional Libertario.

Es así como a inicios del 2025 decanta el denominado “triunvirato germánico” y las distintas facciones de la derecha que lo componen.

En estas circunstancias, Kast, al igual que en sus dos incursiones presidenciales previas, optó tempranamente por no competir en primarias y pasar directamente a la papeleta de noviembre como candidato del Partido Republicano, dejando no obstante el espacio abierto para conformar una lista parlamentaria competitiva con el Partido Social Cristiano y el Partido Nacional Libertario.

Matthei, que siempre contó con el apoyo de los partidos de Chile Vamos y logró sumar con el tiempo el apoyo de Demócratas y Amarillos, declinó la posibilidad de primarias frente a la constante negativa de los republicanos, lo cual, visto en retrospectiva, terminó dañando sus opciones. Ya en el período de las primarias oficialistas Matthei cedió terreno para el adelantamiento definitivo de Kast.

Kaiser, por su parte, había confirmado en febrero de 2025 su aventura presidencial como candidato del Partido Nacional Libertario, el que, sin todavía participar en elección alguna, ya cuenta con una bancada de seis parlamentarios compuesta por exintegrantes del Partido Republicano y Chile Vamos, como Gonzalo de la Carrera, Gloria Naveillán y Leonidas Romero.

Si se mira con detención, la evolución de la derecha chilena durante estos seis años de crisis hegemónica presenta una clara tendencia a la fragmentación partidaria y a la radicalización discursiva. Ambos fenómenos no han significado un debilitamiento del sector sino que, muy por el contrario, han transmutado en un sustantivo avance, orgánico y electoral, de sus facciones más extremas, representadas en el consolidado Partido Republicano y el naciente Partido Nacional Libertario.

Es por ello que los principales estrategas de la derecha ven con optimismo la unidad sustancial que el “triunvirato germánico” producirá tras la primera vuelta, donde los alineamientos de Matthei y Kaiser detrás de la figura de Kast podrían perfectamente estar acompañados de sendas mayorías en ambas Cámaras.

Así, al son la rivalidad táctica y la unidad estratégica, la extrema derecha chilena podría cosechar prontamente una de sus mayores victorias electorales desde el retorno a la democracia, conquistando de este modo, y casi de manera paradójica, su tan anhelada (re)vuelta del autoritarismo.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.

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