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En marcha la operación para blindar a Novoa en la UDI Coletazos de la bajada de Golborne y el ascenso de Longueira

En marcha la operación para blindar a Novoa en la UDI

Claudia Rivas Arenas
Por : Claudia Rivas Arenas Periodista de El Mostrador @crivasa
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Aunque ahora tienen un abanderado que genera mística, en la casona de calle Suecia las cosas no están del todo bien. La tensión entre el grupo liderado por el senador Jovino Novoa y el de Pablo Longueira, que comenzó a tomar posiciones, está generando una permanente inquietud. Quienes hasta hace una semana no sólo ostentaban el poder, sino también la influencia, se niegan a perderlo todo.


Avanzada la tarde del domingo 05 de mayo, un selecto grupo de diputados gremialistas, encabezados por Ernesto Silva, comenzaba a llegar a la casa del jefe de bancada, Gustavo Hasbún, en un exclusivo barrio del sector alto de la capital. Él mismo los había convocado el jueves anterior con el fin, según habría comentado, de organizarse para enfrentar la campaña presidencial liderada desde el lunes anterior por Pablo Longueira Montes. Los otros contertulios serían María José Hoffmann, Arturo Squella, Felipe Ward, Gonzalo Arenas, Javier Macaya y José Antonio Kast, secretario general de la colectividad. Aunque no todos llegaron a la cita.

Desde el bochornoso cambio de presidenciable, el ambiente ha estado tenso en la UDI. Si bien existe un mejor ánimo, porque la candidatura del líder más carismático del partido después de su fundador ha insuflado aires más triunfalistas, es evidente que también dejó ganadores y perdedores. Entre estos últimos los parlamentarios y dirigentes que defendieron la aspiración del Laurence Golborne hasta el final y que responden al liderazgo del senador Jovino Novoa. En este contexto es que se habría efectuado el encuentro que algunos niegan y del que otros prefieren “no hablar”. Entre los diputados no convocados, que son la mayoría, algunos especulan que la cita “seguro que era para organizarse sí, pero no para la campaña presidencial, (sino) para no perder la influencia que han tenido con el respaldo de Novoa”.

Mientras las estructuras de la colectividad se han ido acomodando rápidamente al nuevo escenario, en los pasillos de la casona de calle Suecia admiten que aunque “todos estamos trabajando por la candidatura de Pablo, en el partido está la embarrada”. Que las críticas al timonel, diputado Patricio Melero, han ido en aumento; y que un sector de la tienda está socializando la idea de que sea él quien pague los costos de la pésima performance con que se terminó proclamando a Longueira. La autocrítica en este sentido anda a la orden del día en la UDI. Un diputado incluso hacía notar que “fue el partido el que lo buscó (a Golborne) y no él quien vino a pedirnos nada. Por eso que resulta de tan de mal gusto la forma en que fue reemplazado”. Por lo mismo, explican, es que si el ex ministro de Obras Públicas aceptara una candidatura senatorial todos tendrían que estar disponibles para cederle un cupo.

[cita]Tampoco ha pasado inadvertido el hecho de que Longueira no se haya dado el tiempo para unirse a los máximos dirigentes del partido en la defensa de Novoa, tras las duras críticas del abanderado de RN, Andrés Allamand. Este último, afirmó en La Tercera que “en el caso de Jovino Novoa, creo que él se ha transformado en el emblema de lo que más perjudica a la centroderecha como planteamiento público”. Inmediatamente algunas figuras lideradas por el timonel del partido salieron a defender a uno de sus más emblemáticos fundadores, pero no el presidenciable.[/cita]

Y en todo este proceso, el análisis más evidente que se realiza es que finalmente Longueira “volvió con todo el poder”, lo que significa que la UDI no sólo está regresando a sus orígenes, como el mismo abanderado ha dicho a los cuatro vientos, sino que la influencia de otros coroneles como la del propio Novoa y su lugarteniente, senador Juan Antonio Coloma, estaría debilitada. De hecho, el comando presidencial está conformado por el círculo de hierro del ex ministro. Por lo mismo es que algunos “están instalando la idea” de que, dados los últimos hechos en el partido, sería necesario un cambio de directiva. Esta ocurrencia se comenzó a socializar entre los senadores, primero, pero ha ido trascendiendo hacia las distintas instancias de la colectividad. El objetivo, según plantean sus promotores, es que se genere “un equilibrio perfecto entre la candidatura presidencial de Pablo y la dirección del partido en manos de un Novoa. Así no va a quedar el poder en manos de un solo grupo al interior de la UDI”.

Dividir el poder

Después de todo, la carrera presidencial de Longueira, comenta un observador gremialista, requiere también un nuevo diseño de partido e insiste en que “el poder no puede estar concentrado”. Además que la campaña requiere financiamiento, al que Novoa accede con más facilidad. Lo que da cuenta de la preocupación que ha surgido entre quienes durante varios años ostentaron el control y la influencia al interior del partido, aprovechando el alejamiento del ex titular de Economía, descontento de cómo se estaban haciendo las cosas. Algo que el propio abanderado admitió en la entrevista publicada por El Mercurio, el pasado domingo, donde explica que “(…) además yo venía muy distanciado de la forma en que estaba actuando la UDI. Para mí esa no es la UDI. Por eso yo había asumido ya hace mucho tiempo que no iba a participar en más reuniones. Había ido al último consejo general para acompañar a Laurence”.

Lo que en amplios sectores de la tienda fue interpretado como un “topón” a Novoa, con quien el aspirante a La Moneda tuvo diversos desencuentros durante estos últimos años, particularmente desde que llegó a Economía.

Las diferencias entre ambos líderes son públicas y notorias, aun cuando Jovino Novoa trata de minimizarlas, “más que nada por cuidar la imagen del partido. A Novoa siempre le ha preocupado mucho que no se vea a la UDI dividida, porque la unidad es una de nuestras mayores fortalezas”, con lo que un parlamentario intenta explicar por qué el senador nunca ha reconocido abiertamente sus discrepancias con Longueira y los distintos estilos de ambos líderes para enfrentarlas. Quienes defienden el modo del más antiguo de los coroneles gremialistas, destacan que Novoa “fue parte del grupo que tomó la decisión de apoyar a Longueira en desmedro de Golborne” y que incluso habló en el consejo para convencer a quienes no estaban en esa línea.

Ello es desmentido por cercanos al abanderado, quienes aclaran que el senador sólo habló ante el cónclave cuando Longueira ya estaba proclamado. “En todo caso me sorprendió, fue un discurso súper unitario el que hizo Novoa, al final”, recuerda un adherente de Longueira. Pero la molestia, siempre subterránea, del longueirismo con Novoa hace surgir otra versión acerca de la participación del senador por Santiago Poniente en la salida de Golborne de la carrera presidencial: aseguran que “en un momento dado, él había dado la unanimidad para la bajada de Golborne, pero cuando vio su participación en “Frente al Espejo” la encontró tan buena que se arrepintió y salió defendiéndolo en La Segunda”.

Por lo pronto, tampoco ha pasado inadvertido el hecho de que Longueira no se haya dado el tiempo para unirse a los máximos dirigentes del partido en la defensa de Novoa, tras las duras críticas del abanderado de RN, Andrés Allamand. Este último, afirmó en La Tercera que “en el caso de Jovino Novoa, creo que él se ha transformado en el emblema de lo que más perjudica a la centro derecha como planteamiento público”. Inmediatamente algunas figuras lideradas por el timonel del partido salieron a defender a uno de sus más emblemáticos fundadores, pero no el presidenciable.

A estas alturas en el partido se comenta casi abiertamente que el pequeño grupo de diputados que fue ganando protagonismo bajo el alero de Novoa, ahora sólo busca mantenerla, generando la necesidad de que el senador sea quien lidere a partir de ahora a la UDI. Ello, porque según calcula un cercano a Longueira, si a este último le va bien y pasa a la primera vuelta “se queda con todo el poder y no habrá ninguna posibilidad de que Novoa o alguien de su círculo cercano lleguen a la presidencia de la UDI. Si Pablo pasa a la primera vuelta se queda con todo el poder; si pierde con Allamand es probable que lo pierda todo también”. Y en medio de esta disputa es que tambalea la cabeza de Melero. Si bien desde antes del desafortunado episodio Golborne ya pesaban críticas sobre Melero, este último dio la excusa perfecta a quienes tratan de internalizar el cambio de directiva. Al diputado le llueve sobre mojado, porque en nada ayuda el hecho de que este miércoles, el veto presidencial al salario mínimo se haya perdido por un voto. Y las miradas apuntan hacia la bancada UDI, donde al menos ocho legisladores no votaron por distintas razones.

Sin embargo, consciente de todas las maniobras que mueven soterradamente a la UDI, un diputado afirma que es casi imposible que quienes promueven el cambio de directiva consigan su objetivo. “Con todos los ‘condoros’ que nos hemos mandado, sacar a Melero sería algo que ya no podríamos ni explicar. Por ahora tenemos que enfocarnos a la campaña de Pablo y no sería bueno para el partido, un cambio. Por otra parte, dudo que Longueira aceptara eso. No veo a Pablo aceptando que Novoa lo marque desde la presidencia del partido. Es muy difícil”.

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