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Las cuentas pendientes en la UDI con Novoa y la trenza que impuso a Golborne Sin embargo dudan que se hagan efectivas las responsabilidades

Las cuentas pendientes en la UDI con Novoa y la trenza que impuso a Golborne

Claudia Rivas Arenas
Por : Claudia Rivas Arenas Periodista de El Mostrador @crivasa
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Un minoritario pero poderoso grupo bloqueó el año pasado la candidatura del ex ministro de Economía y para ello impuso la del ex ejecutivo de Cencosud. Tras dicha operación está la soterrada disputa entre dos diseños distintos de lo que debe ser la UDI y de dónde emana su influencia. Pero ahora se dio vuelta la tortilla y queda en suspenso la nueva correlación de fuerzas al interior del gremalismo.


Estos últimos días, la UDI completa ha tenido que cargar con el estigma de “faenarse” a un candidato presidencial de la forma más deshonrosa posible. No sólo quedaron heridos al interior del partido y en el comando por la precipitada decisión, sino que en todo el gremialismo ha sido objeto de cuestionamientos por su actuación con el ex ministro Laurence Golborne. Pero también existe conciencia de que se llegó a esto, porque hubo determinaciones que fueron construyendo el camino hacia lo que los más pesimistas catalogan como una verdadera “hecatombe electoral” que “teníamos que evitar a toda costa”, aludiendo a los catastróficos pronósticos parlamentarios. Y aunque se responsabiliza a los senadores Jovino Novoa y Juan Antonio Coloma, principalmente, de la fracasada aventura del ex ejecutivo de Cencosud, también se advierte que si “en el partido nunca se han cobrado responsabilidades políticas, es difícil que vayamos a hacerlo ahora”, porque hay que enfocar todas las energías en el escaso tiempo que resta para posicionar al nuevo presidenciable, con miras al 30 de junio.

El cambio de candidato resultó ser tan poco prolijo debido a que, si bien se venía analizando hace meses en un sector del partido, llegado el momento crucial no existía una razón plausible para corregir un error político que estaba quedando de manifiesto hace rato. El fallo de la Suprema la dio, y la excusa comunicacional la puso su adversario de RN, Andrés Allamand, quien no estuvo dispuesto a dejar pasar una oportunidad como la que se le estaba brindando. Esto fue el detonante que le sirvió a la UDI de argumento para hacer su jugada en un mínimo de tiempo. La estrategia que se impuso en el gremialismo y que se le ofreció a Golborne como bajada digna, fueron los duros ataques de su contrincante. De eso se colgó la UDI. Tesis que se desplomó, el lunes, cuando se anunció con bombos y platillos que Longueira se enfrentará en primarias con Allamand.

La antigua lucha de Longueira

Pero los hechos que culminaron finalmente en la candidatura presidencial de Pablo Longueira son el resultado de una larga concatenación de acontecimientos. Y quienes se han tomado algo de tiempo para analizar lo sucedido están conscientes de que “fue un error político elegir al abanderado del partido bajo la misma lógica que hace años nominamos a (Joaquín) Lavín, dejándonos llevar por las encuestas y sin tomarnos el tiempo para hacer una evaluación más profunda”. En este sentido, los que siempre abogaron porque la figura de Longueira es la que mejor representa el proyecto político gremialista, tienen una apreciación más dura del escenario. Entre ellos, el ex dirigente poblacional Alfredo Galdames, alejado hace tiempo de la actividad partidaria contingente. Con la experiencia que le da haber trabajado codo a codo con el ahora abanderado del partido, no duda en sostener que el “error político” que se cometió al nominar a Golborne fue el resultado de “una lucha histórica interna, soterrada y en momentos más abierta, entre las posiciones de Novoa y Coloma, y ahora Ernesto Silva, con la de Pablo”.

[cita]Sin querer dar nombres, un parlamentario afirma que de lo ocurrido en los últimos días en la UDI “son responsables todos los que expusieron al partido a este candidato, sin tomar todas las providencias, con el agravante de que con la salida de los ministros para ser candidatos, adelantaron la carrera presidencial. Y, por otra parte, faltó debate interno cuando se tomó la decisión de proclamar a Golborne”. De allí que ahora no falten los que aseguren que el fallido candidato se “impuso”. [/cita]

El ex dirigente explica que la idea de los primeros, que han tratado de imponer el concepto de “un partido pequeño y más ortodoxo”, se contrapone “al planteamiento de Longueira de armar un partido con vocación de poder y gran sensibilidad social, dejando atrás la figura de una derecha tradicional que representa a los sectores más acomodados. Justamente para terminar con esa derecha es que surgió la UDI y para lo que trabajaron figuras como Jaime Guzmán y Luis Cordero”, afirma con convicción. Sin embargo, y rememorando hechos que ya son parte de la historia gremialista, estima que “en los últimos años la postura de Novoa fue ganando posiciones, desde que Lavín sacó a Longueira de la presidencia de la UDI y Pablo fue relegado. A partir de ahí el partido fue cayendo en una suma de ambiciones personales y dejando el proyecto colectivo”. Es así como el año 2007 se truncó la aspiración del ex titular de Economía de encabezar las filas gremialistas en la batalla por llegar a La Moneda. Galdames no tiene pelos en la lengua para afirmar que “Novoa y Coloma boicotearon la candidatura anterior de Longueira, levantando el nombre de la Jacqueline van Rysselberghe”. Estas discrepancias internas fueron las que llevaron, finalmente, a que la UDI entregara su apoyo a Sebastián Piñera.

Esta historia es bien conocida en el partido. Pero la mayoría prefiere tratar de olvidarla. Nadie quiere ser sindicado como parte del grupo que impidió la primera aventura presidencial del actual candidato. “Ahora a Longueira lo impuso el pragmatismo”, admite un parlamentario que, protegido por el off, reconoce que Golborne “no prendía y estábamos poniendo en serio riesgo los cupos parlamentarios”. Y para ejemplificar desclasifican un episodio ocurrido en marzo en la bancada de diputados. En uno de los múltiples almuerzos que sostuvo Golborne con los legisladores gremialistas  “ofreció regalar un set de palomas para la campaña parlamentaria, era su foto con la de cada diputado. Lo único que había que hacer era que cada uno tendría que mandar su foto para que se confeccionaran las palomas. Pasadas dos semanas, sólo ocho diputados se habían inscrito. ¡Y eso que no había que pagar ni un peso por el material!”, exclama.

Con mayor razón es difícil comprender por qué no se tomó antes la determinación de bajar la candidatura de Golborne. Y la primera respuesta que lanza un parlamentario, medio en broma y medio en serio, es “porque ni Novoa ni Coloma defienden cupo, pues”. Pero el punto es que finalmente se llegó a lo que se llegó y ahora en la tienda todas las miradas recaen sobre quienes apuntalaron hasta el final al ex ejecutivo, a pesar del fallo de la Suprema en contra de Cencosud y las sociedades creadas en paraísos fiscales. De hecho, un antiguo militante recuerda que el lunes, cuando la UDI hervía repleta de consejeros expectantes, ante el resultado de las múltiples reuniones que se efectuaban en la tienda, aunque ya se daba por hecho que bajaban a Golborne y se proclamaba a Longueira, llamó la atención “que Novoa seguía defendiendo a Golborne, en La Segunda. Pero él nunca habló ante el consejo para defenderlo ni mucho menos. Sólo lo vimos al final, cuando sí habló tras la proclamación de Longueira”.

Los rostros de la derrota

Mientras que un parlamentario sostiene que “no recuerdo un día tan agitado en la UDI, desde el caso Spiniak”. Paralelamente a la reunión de directiva, sesionaba la bancada de diputados y entremedio se preparaba y se iniciaba el consejo general. Pero, en voz de muchos de los asistentes al cónclave, lo cierto es que el consejo sólo debía ratificar una decisión que tomarían las cúpulas y era en las citas paralelas donde se oyeron todo tipo de recriminaciones. Una de las más molestas por la decisión de dejar caer a Golborne era la diputada María José Hoffmann, vicepresidenta del partido. Según se comenta, no sólo defendió al ex ejecutivo, “gritó, pataleó y le enrostró a (José Antonio) Kast que asumiera tan rápido la decisión de bajarlo”. Pero también se responsabilizó al timonel del partido, Patricio Melero, de que se llegara a este punto. Y a partir de ahí, estos días se le ha responsabilizado soterradamente de “falta de liderazgo y conducción”. Al punto que el martes circulaba el rumor de que una de las exigencias de Longueira para aceptar la candidatura había sido un cambio de mesa. Aunque en la tienda niegan que eso haya ocurrido, no faltan los que le encuentran “cierta lógica”, ya que la mesa está integrada mayoritariamente por adeptos a Golborne, incluido el senador Jovino Novoa y eso, especulan, podría constituir una especie de “pasada de cuenta”.

A Melero, en su calidad de presidente, también se le cobra el hecho de que el partido no haya estado preparado para enfrentar el fallo de la Suprema y, aunque cuesta creerlo, no son pocos los parlamentarios y dirigentes que aseguran no haber estado en conocimiento de que sobre Golborne pendía la posibilidad de una resolución judicial que, si bien no le afectaba directamente, sí menoscaba su imagen. Sin querer dar nombres, un parlamentario afirma que de todo lo sucedido en los últimos días en la UDI “son responsables todos los que expusieron al partido a este candidato, sin tomar todas las providencias, con el agravante de que con la salida de los ministros para ser candidatos, adelantaron la carrera presidencial. Y, por otra parte, faltó debate interno cuando se tomó la decisión de proclamar a Golborne”. De allí que ahora no falten los que aseguren que el fallido candidato se “impuso”.

En todo caso, al coordinador político entre la campaña de Golborne, senador Juan Antonio Coloma, no le va mejor que a Melero y a Novoa. Se le veía abatido. En la UDI aseguran que también se la jugó hasta el final por Golborne, pero que “se nota que esto fue un gran golpe para él, porque además estaban en esta campaña en familia. Su hijo (del mismo nombre) también era uno de los asesores más cercanos al candidato. Venían trabajando juntos desde cuando Golborne era ministro”. Coloma siempre ha tenido detractores en su partido, mismos que curiosamente aumentaron durante los dos períodos que encabezó la tienda, porque sostienen que “increíblemente siempre sabe acomodarse a las circunstancias”. Uno de ellos no dejó pasar la oportunidad de meter el dedo en la llaga, advirtiendo que aunque “siempre se atribuye el buen cálculo político de haber optado anticipadamente por apoyar a Piñera, en la presidencial del 2009, pensó que la iba a hacer otra vez, pero se dio el tremendo porrazo”. También están en cuestión los parlamentarios cercanos a Novoa y liderados por Ernesto Silva Méndez y sobre los que se dice han creado una especie de “casta” no sólo al interior de la bancada, sino en el partido que, si bien gozó de la influencia de Novoa, se estima que con la candidatura de Longueira “eso va a cambiar”. Pero en medio de todas estas críticas en que la UDI busca a los responsables del bochorno político por el que pasó el partido, quien menos riesgo corre de que se le conmine a responder es el senador Jovino Novoa, porque le pese a quien le pese, el guardián de la doctrina neoliberal de la UDI, sigue manteniendo el respeto de la militancia. Y eso se debe simplemente a que, según resume un parlamentario, “Jovino es Jovino, pues”.

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