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De 1,4 a medio litro: cae la estimación del alcohol no registrado en Chile

De 1,4 a medio litro: cae la estimación del alcohol no registrado en Chile

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La estimación del consumo de alcohol no registrado en Chile -aquel que se produce, distribuye y vende fuera de los canales regulados- es menor de lo que se estimaba según un estudio financiado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y publicado en la International Journal of Drug Policy.


Se detectó que el consumo varía entre 0,05 y 0,5 litros de alcohol puro per cápita, frente a los 1,4 litros de estimaciones anteriores.

Hasta ahora, se utilizaban estimaciones internacionales para calcular el consumo de alcohol no registrado pero con este nuevo estudio, que utilizó cuatro métodos de investigación, se ofrecieron estimaciones más precisas para su caracterización.

La producción artesanal o casera concentró el 31 % del mercado de alcohol no registrado, convirtiéndose en su principal fuente. Este tipo de bebidas era consumido con frecuencia por personas en alto riesgo de consumo problemático, quienes obtenían el alcohol principalmente a través de locales clandestinos o sin licencia y de productores artesanales.  La chicha y el aguardiente fueron los más comunes de consumir.

“Al no estar regulado y fiscalizado por el Estado puede tener características que hacen que su consumo sea más riesgoso que el consumo de alcohol normal”, explicó el Dr. Álvaro Castillo-Carniglia, investigador del Departamento Nacional de Salud Pública de la Universidad San Sebastián y autor principal del estudio. Así, señaló que registrar el alcohol consumido fuera de los canales tradicionales es relevante para vigilar los potenciales riesgos a la salud que se pueden presentar.

“[El consumo de alcohol no registrado] forma parte del consumo per cápita, y por lo tanto, incide sobre la salud y los efectos sociales y sanitarios de las personas, incluyendo mortalidad prematura”, explicó el Dr. Pablo Norambuena, profesor de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile e investigador del estudio. Si bien en los análisis químicos realizados en Chile se encontró que algunas muestras superaron los parámetros regulatorios en términos de acidez e impurezas, se detectó que las muestras eran aptas para el consumo humano.

Alrededor del mundo, el alcohol no registrado representa el 21% del consumo global de alcohol según la Organización Mundial de la Salud. “Eso significa que, si 2,6 millones de muertes se atribuyen al alcohol cada año, al menos una quinta parte se debe al alcohol no registrado”, destacó el Dr. Jürgen Rehm, profesor de políticas de adicciones en la Escuela de Salud Pública Dalla Lana en la Universidad de Toronto e investigador internacional del estudio realizado en Chile.

Rehm destacó los sistemas de registro de alcohol de Rusia y Kenia. El primero de ellos porque ha conseguido reducir el consumo no registrado, y el país de África porque al rastrear todo el alcohol existente en el territorio, identificaron que si bien gran parte del alcohol se vendía como legal, no pagaba impuestos, lo que les permitió aumentar sus ingresos fiscales. Sin embargo, el destacado investigador resaltó que cada país necesita sistemas adaptados a su realidad porque no existe “una solución mágica” para fiscalizar el consumo de alcohol no registrado.

Para Castillo-Carniglia, en Chile es relevante la existencia de un sistema de vigilancia proactivo y que “no solamente espere el caso que salga en urgencia, sino que también vaya a buscar”. La fiscalización “no requiere nuevas leyes ni nuevas políticas, requiere hacer el ‘enforcement’ -implementación- de las políticas que existen”, complementó el investigador del Departamento Nacional de Salud Pública de la Universidad San Sebastián.

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