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Doris Carrasquel: “Más que votar lo que todo migrante quiere es tener RUT” PAÍS Imagen referencial

Doris Carrasquel: “Más que votar lo que todo migrante quiere es tener RUT”

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La abogada caraqueña que atiende toda suerte de consultas en las oficinas del Servicio Jesuita al Migrante habla sobre el resultado de las próximas presidenciales. En Hora de Conversar humanizó un tema que está cargado de oportunismo político.


-¡Qué lindo: mira cómo están de florecidas las buganvilias! -decimos.

-En mi país las llamamos trinitarias -responde la abogada venezolana Doris Carrasquel, quien llegó a Chile desde Caracas hace 9 años con su marido. Sus dos hijos se les habían adelantado y ya estaban en la comuna de Colina, en Santiago, donde vive casi la totalidad de sus familiares paternos. Desde hace 7 años, Doris es la encargada de escuchar a los migrantes que hacen fila en la oficina que el Servicio Jesuita al Migrante (SJM) tiene en la calle Alonso Ovalle, en pleno centro de la capital. 

Ahí, en Alonso Ovalle esquina San Ignacio, varias buganvilias rojas engalanan las rejas de la entrada de la antigua iglesia de San Ignacio. Esas son las que Doris llama trinitarias y que refuerzan lo que nos había contado antes: lo mucho que le costó entender el español que se habla en Chile. 

-Es el mismo idioma, pero usamos palabras muy diferentes para muchas cosas. Mucho slang, muchas expresiones locales, alusiones geográficas, confunden al extranjero -comenta. Y agrega: -Mi hijo, quien por razones de trabajo ahora vive en la Argentina, por estos días está en Caracas después de 10 años de ausencia. Yo estoy con el corazón encogido. Pudo ver a mi mamá y a mi hermana, porque mi familia sigue allá.  

Cuenta que su hijo le ha contado lo inefable que resulta hablar con gente que se expresa como él, que tiene las mismas referencias, que “suena” igual. Ese universo cultural compartido puede ser aquello que llamamos Patria. 

A Doris, sin embargo, la aterra pensar que tal como pudo ingresar fácil, a la hora de salir (está de visita), el régimen le ponga dificultades. Temores de madre y de migrante venezolana. 

-Llegué a Santiago un 16 de diciembre de 2016. Mis hijos habían llegado seis meses antes. Veníamos sin tantas expectativas. A hacer un nuevo camino. 

Doris trabajaba en Cáritas de Venezuela como abogada en temas de derechos humanos. “Atendí durante años a las personas que venían de Colombia por todo el tema de conflicto armado en ese país. Mi esposo administraba una empresa. Pero las circunstancias del país nos obligaron a emigrar”. 

Naturalmente, no fue una decisión fácil. Se sentaron los cuatro, como familia, a discutirlo con la convicción de que debía ser un acuerdo unánime. “Mi hijo tenía 18 y mi hija 16 años. Él estaba en primer año de universidad y ella en tercero medio. Nosotros sabíamos que tendríamos que partir de cero, lo que es muy duro. Acá tuve empleos que nunca me imaginé que haría. Pero hay que sobrevivir”. 

Mis hijos me hablaban de las sopaipillas

Me encanta la expresión qué bacán. La asimilo con chévere, ¿sabes?

-Quizás se deba a que tu convivencia e integración social ha sido buena, ¿o no?

-No me ha costado, porque me han permitido la integración. Lo que más acerca a las personas es lo que surge de la curiosidad que despiertan los detalles culinarios, las palabras distintas, el día a día. Cuando alguien me pregunta cómo se prepara la hallaca, que es nuestro plato típico de Navidad en Venezuela, me encanta, porque revela interés y algo de conocimiento. Que haya curiosidad por algo tuyo, de tu país, genera de inmediato un sentimiento de integración. 

-¿No has tenido momentos malos, donde hayas percibido el rechazo?

-Por supuesto que no han faltado momentos difíciles. Recuerdo cuando estábamos relativamente recién llegados y nos montamos en una micro y una persona empujó a mi hija. “¡Quítense, porque ustedes los extranjeros no pagan!”. Mi hija lloró mucho, pero fue bonito que el chofer se disculpara y otro chico que iba en la micro también. Yo me quedó con esa acción positiva y no con la agresión. Me quedo con lo bueno; es lo mejor. 

-¿Sientes que, dentro de todo, tú y tu familia son privilegiados frente a otros migrantes?

-Sí, totalmente. Nosotros llegamos en la ola que hubo entre 2016 y 2017. Entonces, cuando yo decía que era venezolana, era bienvenida. Entonces reconocían en nosotros a gente preparada, estudiosa, profesional. Ahora uno percibe cómo va cambiando el patrón migratorio. Las olas de migrantes venezolanas recientes son vistas de otra manera, como gente que entra de manera irregular, que viene a mal portarse. Ahora si tú le preguntas a unos y a otros por qué migraron, las razones serán las mismas.

Doris se ensimisma un rato. Le ha quedado dando vueltas la pregunta sobre si se siente privilegiada. De repente, dice: 

-Sí, soy privilegiada, porque tengo un RUT. Mientras no me lo daban, no podría sacar ni un plan de telefonía. Algo tan sencillo me estaba vedado. Hoy tengo RUT y hasta una hija titulada de psicología acá. Es psicóloga chilena. 

¿Quién gobernará Chile?

Estamos a pocos días de las elecciones parlamentarias y presidenciales, Doris, su marido, su hija, tienen RUT, viven y trabajan en Chile. Pagan impuestos. Tienen derecho a voto.

-He votado en Chile ya tres veces. Y lo hago porque me hacer sentir parte. Parte de este país donde vivo desde hace 9 años. Yo creo que eso me da derecho a voto, pero también tengo conciencia de mis deberes. El derecho a voto de los migrantes es un símbolo de integración, de inclusión. 

Cuenta que su hija estaba emocionada cuando voto por primera vez en Chile. Era la primera vez que votaba en el mundo, porque en su país no le tocó hacerlo. 

Doris aplaude el Nobel de la Paz que obtuvo María Corina Machado. “Ha sido un premio para todos los venezolanos valientes, tanto para los que están dentro como para los que estamos fuera. Yo a ella la encuentro una mujer muy valiente y la mañana en que escuché que había ganado esa tremenda distinción se me puso la piel de gallina de pura emoción”, dice.  

-¿Los migrantes venezolanos que votarán este 16 de noviembre lo harán por la derecha?

 -Creo que nosotros como migrantes tenemos que ser muy objetivos al votar en Chile. No comparar con las situaciones políticas de nuestro país, sino sujetarnos a las circunstancias chilenas y votar en consecuencia con lo que nos parece que más contribuye al bien común y al desarrollo del país. 

Diplomática, prudente, humana, Doris se ha templado al calor y al dolor de tantas historias que escucha a diario en la oficina del SJM. “Atiendo a unas 40 personas al día. Todas llegan en busca de una respuesta, con muchas esperanzas, pero cargando una mochila llena de angustia, temor y frustración. Son venezolanos, ecuatorianos, peruanos y todos traen la misma preocupación”, dice la abogada. 

-¿Cuál es esa preocupación común?

-¿Lograré regularizarme? ¿Cómo hago para lograrlo? En definitiva, ¿cómo obtengo mi RUT? El RUT es el privilegio, es la llave que te permite trabajar, arrendar, estudiar en Chile. Es lo que todos los migrantes buscan. 

-¿Te asusta lo que pueda pasar según quién resulte electo o electa presidente o presidenta de Chile? 

-Todos los migrantes hoy se preguntan qué va a pasar con nosotros según quien salga electo presidente o presidenta de Chile. ¿Habrá regularización? Eso es lo que nos preguntan a diario, aunque nosotros somos una oficina que entrega orientación migratoria, no política. Pero hoy ese resultado político es parte de la preocupación de todos.  

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