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Alcaldesa de Valdivia: “Imagino una ciudad donde todos los niños tengan cerca un humedal cuidado” PAÍS

Alcaldesa de Valdivia: “Imagino una ciudad donde todos los niños tengan cerca un humedal cuidado”

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Carolina Rojas Q.
Por : Carolina Rojas Q. Subdirectora de investigación y desarrollo de IEUT UC
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Carla Amtmann analiza, junto a la investigadora Carolina Rojas, subdirectora de Investigación y Desarrollo del Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales de la UC, el futuro de Valdivia tras ser reconocida como Ciudad Humedal y su proyección como sede del encuentro mundial de 2027.


La capital de la Región de Los Ríos está cerrando un gran 2025. En julio fue reconocida internacionalmente como Ciudad Humedal en la 15.ª Conferencia de las Partes (COP15) de la Convención Ramsar, que se celebró en Victoria Falls, en Zimbabue, y cuyo lema fue “Proteger los humedales para nuestro futuro común”.

A principios de diciembre, en tanto, se anunció que Valdivia será la sede del Encuentro Mundial de Ciudades Humedal en 2027. La decisión, que se tomó durante la cuarta edición del Foro Internacional Wetland City Network, en Tata (Hungría), significará la presencia de las delegaciones de todas las ciudades acreditadas bajo la convención Ramsar, con la ciudad chilena como centro del intercambio de experiencias y datos sobre la conservación de humedales en las ciudades.

La llamada Mesa de Alcaldes de Ciudades Humedal coordina este espacio, promoviendo la gestión, restauración y protección de humedales mediante intercambio técnico, planificación conjunta e incorporación de nuevas ciudades. De esta forma, Valdivia se une a las ciudades anfitrionas como Suncheon, Corea del Sur (2019); Amiens, Francia (2023); Dongying, China (2024); Tata, Hungría (2025) y Niigata, Japón (2026).

-¿Qué oportunidades se abren para Valdivia como sede del Encuentro Mundial de Ciudades Humedal en 2027?
-Cuando asumimos la idea de trabajar colectivamente en la postulación de Valdivia Ciudad Humedal, nos fijamos metas con el propósito de que no termináramos con el reconocimiento colgado con orgullo en alguna pared del municipio. Por el contrario, estamos en varias tareas dirigidas a que se posicione en este circuito de ciudades potentes a nivel internacional, muchas de ellas muy desarrolladas, y que seamos un epicentro de diálogo e intercambio de experiencias que también nos sirvan para atraer inversión, visitantes y posicionar a nuestra comuna.

Desde el nombramiento de Valdivia como Ciudad Humedal, en distintas partes de Chile he escuchado la pregunta: ¿cómo se logra? Talcahuano, de hecho, quiere seguir sus pasos. Esto es imposible de hacer si no hay dos condiciones basales: una comunidad muy comprometida y consciente del valor de los humedales, e instituciones y articulación público-privada bien alineada. Tenemos una historia marcada por lo que significó el terremoto más grande del mundo, en 1960.

Después, en 2004, la lucha por defender el santuario Río Cruces. Y estuvimos en el primer Ramsar en los 80. La comunidad, entonces, pasó de ver los humedales como hualves o pantanos problemáticos para la vida urbana a valorar lo esenciales que son y la relevancia de protegerlos.

La alcaldesa Amtmann agrega que “siempre la conservación ambiental tiene algunas tensiones, pero yo diría que se ha ido logrando alinear a todos los organismos públicos y al mundo privado en entender que los humedales son un valor agregado para nuestra ciudad y no una carga. Eso es fundamental para que después haya un municipio que asuma el liderazgo, que articule, que ordene y que permita que esta fuerza que existe en el territorio se pueda materializar en proyectos concretos o aspiraciones como la que logramos con Ciudad Humedal”.

-¿Cómo imagina Valdivia en 10 años?
-Valdivia, dentro de las ciudades humedales reconocidas en el mundo, tiene una particularidad: los humedales están en la zona urbana, muy conectados con el cotidiano de la vida y el funcionamiento de la ciudad. Por lo tanto, yo me la imagino como una ciudad que logra resolver en plenitud esta tensión, este vínculo entre la conservación del humedal y la vida urbana. Eso implica un desarrollo importante en infraestructura verde- azul y en soluciones basadas en la naturaleza que aporten a la calidad de vida. Creo que ya se está consolidando una cartera de proyectos que yo esperaría que en los próximos 10 años se empiece ya a ejecutar. Calidad de vida y vivienda es otro tema relevante.

“Como hemos hablado a propósito de tus estudios, la plusvalía también impacta en las viviendas que están colindantes a los humedales y que, en el caso de Valdivia, están en todos lados y distribuidos de manera bastante equitativa en el territorio. Permite, entonces, proyectar. Me imagino una ciudad donde todos los niños y niñas tengan cerca un parque, un humedal consolidado cuidado con el cual vincularse y recibir sus beneficios ambientales y económicos. Una sociedad, por ende, más saludable, más unida. Me interesa que Valdivia avance sin dejar a nadie atrás”.

El turismo es otro pilar: son parte de nuestra apuesta de desarrollo económico basado en la naturaleza, a propósito de la oferta turística que podemos presentar al mundo.

La lluvia: desafío y oportunidad

Como hilo conductor de ese futuro está la conservación de los humedales y lo que Carla Amtmann define como “la proyección de infraestructura e inversiones público-privadas distintas, acorde a una ciudad más resiliente”. Ahí entran algunos temas primordiales
como el de las redes de abastecimiento de alcantarillado y agua potable.

Lo explica: “Una ciudad humedal, una ciudad esponja, debe tener eso resuelto con una perspectiva de sostenibilidad. Valdivia es muy lluviosa. Siempre tenemos dificultades a propósito de la mezcla entre las aguas lluvias y las aguas grises. Y hay soluciones basadas en la naturaleza en donde los humedales, naturales y artificiales, pueden ser súper estratégicos. Los ministerios de Obras Públicas y Vivienda están a disposición y metiéndose en pensar de manera distinta. Queremos ser una ciudad pionera en ese aspecto”.

-¿En qué consiste el trabajo que están haciendo en el borde de los humedales?
-Tenemos tantas zonas donde están juntos el barrio y el humedal que a veces hay áreas inseguras, porque son oscuras y porque se generan incivilidades. Ya tenemos una primera etapa como piloto, en donde se genera un espacio de paseo peatonal con iluminación acorde a las necesidades del ecosistema. Una red de borde humedal en todo Valdivia, considerando algunos modelos internacionales, me entusiasma y creo que es posible que lo logremos. Una suerte de corredor ecológico en toda la ciudad.

-¿Cómo impulsar un desarrollo económico armónico con la naturaleza, los humedales en este caso?
-La primera clave es entregar certeza a todos los actores. Yo asumí como alcaldesa un municipio con un plan regulador de la década del 80, donde hablábamos de hualves y pantanos, no de humedales. Estamos en pleno proceso de actualización. Mi meta es que tengamos un nuevo plan regulador vigente en 2027, donde se incorpore la variable de los humedales como espacios importantes de nuestro funcionamiento urbano. También es relevante que, en el contexto de la innovación e incentivos al mundo privado y público para el desarrollo de bordes humedales sostenibles, haya certeza para todos los actores.

No me refiero solo a los grandes empresarios. También a particulares que vienen, que se compran un pequeño predio o una parcela, y que no saben qué es humedad, que se inunda en el invierno, que creen que se puede rellenar, y después lo pasan mal porque las normativas no les permiten hacer lo que alguien les dijo que sí se podía.

Despejar la burocracia es otro tema a resolver. “A veces las cosas se demoran mucho más de lo que deberían y eso genera un desincentivo. No son los humedales la causa, sino una burocracia e institucionalidad muy lenta y centralista. Un ejemplo: queremos hacer la recuperación de un skatepark que está en un santuario. Nos hemos demorado un año y medio en trámites. Hay que hacer un tratamiento de las aguas lluvias distinto y una ingeniería con lógica sostenible distinta. Y eso son cosas que las instituciones hemos ido aprendiendo y que hay que meterlas en la variable de los diseños de proyectos. Pero cuando ya lo tienes todo bien, no puede ser que eso se demore tanto. Las ciudades resilientes son mejores para la inversión económica y eso estamos construyendo en Valdivia: una ciudad que sea potente en términos económicos y sostenible en términos ambientales”, señala.

-¿Cómo, a través del plan regulador, se generan incentivos para que los humedales se integren a la ciudad?
-Antes de entrar en eso, creo que una cuestión clave es exigirles cada vez más a los gobiernos comunales, las municipalidades, la tarea de planificar el territorio. Es algo que pocos municipios hacen como tarea prioritaria y pocos vecinos y vecinas también se lo cargan como responsabilidad al alcalde o alcaldesa de turno. Tal vez se debe a que es una pega políticamente menos rentable, porque es de mediano a largo plazo: lo que planificas hoy se lo dejas a un alcalde o alcaldesa del futuro. En esa materia el plan regulador es clave. Estoy expectante de que se apruebe la reforma que, entre otras cosas, va a facilitar y agilizar las modificaciones y las tramitaciones de planes reguladores. Ahí también hay una debilidad importantísima. Entre que se elabora y se aprueba un nuevo plan regulador pueden pasar diez años y ya queda desactualizado.

Modificar un plan regulador o cambiarlo completo es casi igual de lento. Los planes reguladores tienen que ser instrumentos vivos, flexibles, disponibles a los cambios de corto plazo también. Y esas son normativas que son relevantes tener a la vista y que se puedan cambiar.

Estamos poniendo incentivos vinculados a la densificación, por ejemplo. En palabras simples, puedes construir más pisos en la medida en que comprometas en tu proyecto una forma de vincularte con el humedal que lo integra y que lo hace de manera sostenible. O puedes tener más pisos si es que haces un modelo de proyecto inmobiliario que incorpora la energía y el manejo sostenibles. Son formas de incentivar. Calificaría de innovador el nuevo plan regulador que estamos empujando en Valdivia, el que se suma al concepto de los incentivos. Hay ejemplos súper concretos. Uno de ellos es que la vinculación con el borde de los humedales es una tensión permanente.

-¿Cuál es el límite? ¿Cuál es ese borde entre tu construcción y el humedal? ¿Cómo se trabaja ese borde? ¿Con qué materialidad?
-En ese sentido, nosotros estamos poniendo incentivos vinculados a la densificación en armonía con el borde. Puedes construir más pisos en la medida en que comprometas en tu proyecto una forma sustentable de vincularte con el humedal que lo integra y que lo hace de manera sostenible. O puedes tener más pisos si haces un modelo de proyecto inmobiliario que incorpora la energía y el manejo sostenibles.

Y cierra con “son formas de incentivar y de realizar planificación urbana para la sustentabilidad y la resiliencia”.

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