
El vino como complemento perfecto a las clases de cocina
Alianza entre espacio gastronómico y vino potencian los diferentes cursos de cocina y experiencias que se realizan en el lugar.
En una alianza que llega a enriquecer la oferta de los variados cursos de cocina que se realizan en Kitchen Club, Castillo de Molina se une a la mesa de los comensales para que la experiencia, ya sea aprendiendo a hacer pastas, cocina mexicana o comida peruana sea completa, entretenida y pueda finalizar siempre con un brindis.
A través de una alianza, la viña nacional integra sus vinos en todos los cursos y eventos que se realizan en este exclusivo espacio gastronómico. Cepas como Rosé, Cabernet Sauvingnon y Sauvingnon Blanc acompañan los diferentes cursos de cocina que se imparten en este club de Alonso de Córdova, que se podrán degustar y disfrutar al finalizar cada clase, cuando llega la hora de probar los platos preparados por los alumnos.
A su vez, Kitchen Club es un proyecto gastronómico fundado por el chef chileno Carlos Pascal, que comenzó como un pop-up en Madrid y en 2010 abrió su primer espacio fijo cerca de la Gran Vía. Combina escuela de cocina y centro de eventos, y actualmente cuenta con dos sedes en Madrid y una en Santiago de Chile, que en 2023 cumplió una década.

En Santiago, su sede en Vitacura es el centro gastronómico más grande de la ciudad, con más de 650 m², cuatro cocinas, terrazas y recientemente una ampliación que incluye nuevas salas de eventos y reuniones. Ofrece cerca de 120 talleres mensuales y ha formado a más de 20.000 alumnos al año, con cursos que van desde iniciación hasta especialidades como cocina peruana, tailandesa, coctelería y parrilla.
Además de su rol educativo, Kitchen Club es sede de más de 150 eventos anuales, incluyendo actividades corporativas, lanzamientos y festivales gastronómicos como Ñam y concursos como S. Pellegrino Young Chef. Ha recibido a chefs de renombre mundial como Mauro Colagreco y Virgilio Martínez, y a destacados cocineros chilenos como Benjamín Nast y Kurt Schmidt.
La alianza con Castillo de Molina refleja este el ideal de ser un compañero perfecto para cada ocasión gastronómica. La marca está representada en el lugar con barricas, una cava y copas, contribuyendo a crear una atmósfera única para disfrutar del vino. Además, se realizan activaciones conjuntas, como concursos frecuentes en redes sociales, lo que amplifica la interacción con el público.