Gastronomía
Créditos: Cedida.
Los sabores artesanales evolucionan con una propuesta que une helados de autor y chocolates
Con más de una década de trayectoria en la heladería de autor, la marca liderada por Diego y Nicolás Lisoni amplía su propuesta con una línea propia de chocolates y grageas artesanales, consolidando su evolución desde el oficio del atelier y reforzando su posición en la escena gastronómica chilena.
El consumo de helado en Chile vive un verdadero boom estival. Durante los meses de calor, la demanda ha crecido entre un 60 y 65% respecto a la temporada anterior, consolidando al país como el mayor consumidor de la región, con más de 11 kilos per cápita al año.
El fenómeno responde a olas de calor más intensas y prolongadas, a un mercado cada vez más sofisticado y a la progresiva pérdida de la antigua estacionalidad de este producto.
Bajo este contexto, El Taller inauguró uno de los hitos más importantes de su calendario: el lanzamiento de su Carta Navidad. La propuesta incorpora un adelanto de la carta de verano que verá la luz en enero y el debut de una nueva línea de chocolates, alfajores y grageas artesanales. Con presencia en Providencia, La Dehesa y el Mercado Urbano Tobalaba (MUT), se trata de un doble estreno que honra su identidad, su trayectoria y el trabajo realizado este año para seguir acercando a todos los Auténticos Sabores de Chile.
Créditos: El Mostrador.
Con más de una década de trayectoria, El Taller se ha consolidado como un referente de la heladería artesanal en Chile. En 2018 fue destacado entre las 40 Mejores Heladerías del Mundo y como la tercera mejor de Latinoamérica por The Daily Meal, y en 2023 se convirtió en la única heladería chilena invitada a la feria internacional SIGEP, en Italia. El proyecto es encabezado por su fundador y chef, Diego Lisoni,Primer Embajador chileno de Cattabriga para Sudamérica y miembro auditor de L’Académie Culinaire de France, junto a su socio Nicolás Lisoni.
Asimismo y por primera vez en su historia, El Taller amplía su universo más allá del helado con el lanzamiento de una línea propia de chocolates y grageas artesanales, un paso clave en su estrategia de consolidación comercial y territorial. Elaborados en pequeños lotes y templados a mano, estos chocolates nacen del trabajo minucioso del atelier y se presentan bajo una estética inspirada en aves chilenas, reforzando el vínculo con el origen que ha definido a la marca. Cada tableta de 80 gramos lleva el nombre y la ilustración de una especie nativa, como el Martín Pescador o el Chincol, convirtiendo el packaging en un objeto que combina oficio, identidad y arraigo.
Créditos: El Mostrador.
Nueva línea de chocolates artesanales irrumpe en el mercado chileno
Entre las novedades de este debut chocolatero destacan dos piezas que encarnan el sello artesanal de El Taller. Martín Pescador, un chocolate de leche 35% cacao, ofrece un perfil suave con notas de caramelo, leche y cacao tostado. Su precio es de $6.900, con una promoción de dos unidades por $11.900. A él se suma Chincol, un chocolate blanco con frambuesas deshidratadas, de carácter lácteo y elegante, que equilibra una acidez fresca y sutiles notas especiadas contrastadas con la fruta. También está disponible a $6.900, con la misma promoción por dos unidades.
La línea se complementa con alfajores y grageas artesanales, pensados para el consumo inmediato y la venta impulsiva. Este lanzamiento no solo amplía el universo creativo de la marca, sino que abre una nueva oportunidad en el canal Food Service, donde diversos partners gastronómicos ya han mostrado interés en incorporarlos a sus cartas.
“Crear chocolate fue un paso natural para nosotros. En El Taller siempre hemos trabajado con las manos, con dedicación y respeto por el origen. Esta nueva línea nace de ese mismo espíritu: cuidado, técnica y conexión con lo nuestro. Queremos que la gente sienta que está recibiendo un pequeño tesoro hecho acá, en Chile”, comenta Diego Lisoni, co-fundador y chef de El Taller.
Sabores de Navidad y verano se unen en una carta fresca y llena de tradición
La tradicional Carta de Navidad vuelve este año con una selección que combina sabores emblemáticos de fin de año con preparaciones pensadas para los días más calurosos. Entre los imperdibles figuran Pan de Pascua, elaborado con fruta confitada, avellanas de Linares y pan de pascua artesanal; Cola de Mono, con una receta equilibrada y notas especiadas; y los clásicos Frutilla Menta y Chocolate de Navidad. A ellos se suma Chirimoya Alegre, la sorpresa gourmet de la temporada, hecha con chirimoya a la leche y mermelada de naranjas confitadas. Completan la oferta Prestigio y Capri Blanco, inspirados en dulces tradicionales chilenos que regresan por petición del público, integrándose anticipadamente a la propuesta de verano.
La carta estival, además, se amplía con smoothies frutales, como frambuesa y limón de Pica, brownies y blondies con helado, y el clásico Café Helado preparado con Vainilla Blanca triple AAA, considerada de la mejor calidad del mundo. Una selección que combina técnica, versatilidad y frescura para la temporada.
“La Navidad es memoria. Y los sabores son puentes para esas memorias. Cada receta que trabajamos busca conectar con esa emoción de la manera más pura. Esta carta rescata sabores que conocemos desde siempre y los lleva a un formato que la gente reconoce como parte de El Taller: cercano, auténtico y conectado a lo nuestro”, asegura Lisoni.
Sabores de origen y trabajo local que impulsan una expansión con sello chileno
El Taller ha construido su identidad a partir de una relación estrecha con productores de distintas regiones del país, trabajando con materias primas de origen definido como avellanas de Linares, mandarinas del Limarí, trufas de Futrono, lúcumas de La Cruz y frambuesas de Curicó. Esta red de vínculos directos con el territorio no solo alimenta su motor creativo, sino que también se ha convertido en uno de los sellos más reconocibles de la marca.
Su apuesta por la trazabilidad, el oficio artesanal y las cadenas de valor locales ha impulsado una evolución constante sin perder autenticidad. Con certificación HACCP y el respaldo de CORFO en procesos de innovación, la marca avanza hacia una nueva etapa de expansión nacional e internacional, con el objetivo de llevar los sabores y saberes chilenos a más mesas y territorios.
“Chile tiene sabores y saberes únicos y alucinantes. Nuestro trabajo ha sido aprender a escucharlos, cuidarlos y representarlos con respeto. Hoy, con tres locales, un equipo fortalecido y estándares internacionales, estamos listos para llevar los Auténticos Sabores de Chile a nuevos lugares”, concluye Lisoni.
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