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Las semejanzas entre el último crimen de venezolano en Arica y el homicidio del teniente Ojeda Investigación Ronald Ojeda y Rafael Villamizar (Izquierda y derecha, respectivamente)

Las semejanzas entre el último crimen de venezolano en Arica y el homicidio del teniente Ojeda

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Carlos Basso Prieto
Por : Carlos Basso Prieto Unidad de Investigación de El Mostrador.
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Rafael Villamizar, cuyo cuerpo fue encontrado en una maleta sepultada al interior de Cerro Chuño, viajó desde Molina hacia Arica en diciembre pasado, cuando fue asesinado. La PDI indaga ahora sus actividades en la Región del Maule, donde existe una fuerte presencia del Tren de Aragua.


Resumen
Síntesis generada con OpenAI
Investigadores detectan similitudes entre el asesinato del disidente venezolano Ronald Ojeda y el hallazgo del cuerpo de Rafael Villamizar en Arica: ambos fueron compactados con amarras, metidos en una maleta y enterrados bajo cemento. Villamizar, exintegrante del Tren de Aragua, murió por asfixia y su identidad fue dejada con sus documentos. Su crimen se atribuye a Los Gallegos, grupo asociado al TDA, aunque aún se desconoce el motivo del asesinato.
Desarrollado por El Mostrador

Una serie de similitudes entre el homicidio del disidente venezolano Ronald Ojeda (secuestrado y asesinado en Santiago a inicios de 2024) y el crimen de la persona cuyo cuerpo fue hallado el jueves pasado en Cerro Chuño de Arica, han movilizado a los investigadores del último caso.

La primera semejanza –como informó El Mostrador– es la forma en que ambos cuerpos fueron sepultados. En el caso del exteniente Ronald Ojeda, su cadáver fue encontrado al interior de una maleta, compactado con un sistema de amarras realizado con toallas atadas de tal forma que comprimieran el cuerpo a un tamaño mínimo. 

La maleta, además, estaba sepultada a 1.70 metros de profundidad, al interior de la llamada “Toma haitiana”, ubicada en Maipú, en la intersección de Pajaritos con el camino a Melipilla. La excavación, también, estaba cubierta con una losa de cemento que, como hoy se sabe –gracias a las investigaciones realizadas por la Fiscalía Sur y la PDI–, fue confeccionada a vista y paciencia de los habitantes del sector, una zona que estaba completamente dominada por el Tren de Aragua, organización criminal transnacional que fue contratada por el Gobierno venezolano para ejecutar al exoficial del Ejército de ese país, de acuerdo con los antecedentes recopilados por el Ministerio Público chileno.

En el caso de Rafael José Villamizar Lovera, que es la identidad que se atribuye a la víctima encontrada en la parte trasera de una modesta choza del cerro Chuño de Arica, las circunstancias son muy parecidas. 

Su cuerpo también fue encontrado al interior de una maleta negra, compactado con el mismo tipo de amarras y también sepultado debajo de una losa de cemento, aunque a menor profundidad, cerca de un metro. Por cierto, en el caso de Arica este es el cuarto cadáver encontrado de un modo semejante. 

Los tres anteriores corresponden a miembros de la banda de Los Gallegos (parte del Tren de Aragua). El primero de ellos, José Niño Graterol, estaba sepultado y amarrado exactamente del mismo modo, lo que también fue observable en el caso de las otras dos víctimas, los hermanos Brayan Estrada Rondón y Orlando Rondón Varela, los que fueron sepultados en un ruco del sector “La Isla”, en el mismo cerro.

Por cierto, y también como este medio lo explicó la semana pasada, el sistema de amarras utilizado en todos los crímenes anteriores es el mismo que fue observado el 24 de diciembre pasado en el homicidio cometido en el interior de la cárcel de Acha (Arica) en contra de un reo peruano, de 27 años, que fue asesinado por sus tres compañeros de celda, dos venezolanos y uno peruano, quienes lo mataron a golpes, luego de inmovilizarlo con amarras confeccionadas con pedazos de género simétricamente cortados.

La víctima del crimen fue identificada como Ronel Cárdenas Vila y los tres imputados, que fueron formalizados por homicidio calificado, fueron identificados como Maikel Apaez Durán, Julio Jerónimo Rojas y Miguel Angél Gómez Guerrero, más conocido como “Marcianeke”, de origen venezolano e integrante de Los Gallegos, según fuentes policiales. 

La causa de muerte

Cabe destacar que la causa de muerte en el caso de Ojeda, según certificó el Servicio Médico Legal (SML), fue asfixia posicional mecánica. De acuerdo con la investigación, luego de ser secuestrado en Independencia y llevado hasta la toma de Maipú, el exoficial fue golpeado y colgado desde los brazos por varias horas, en un sistema de tortura propio de los servicios secretos cubanos, que fueron los que adiestraron a la Dirección General de Contrainteligencia Militar de Venezuela (DGCIM), que se sospecha estuvo también implicada en el secuestro. 

Dicha posición culmina con un colapso de los pulmones, que dejan de funcionar al ser aplastados por el peso de la caja torácica, causando una muerte lenta y terrible. En el caso de Villamizar, si bien el SML de Arica aún no entrega el resultado definitivo, todo indica que no existen lesiones por armas de fuego o cortantes, ni mucho menos traumatismos craneales, que puedan explicar la muerte, por lo cual se piensa que también fue asfixiado, luego de lo cual fue introducido en la maleta.

Al respecto, una de las tesis es que la asfixia se haya producido de un modo semejante a la del exteniente Ojeda y otra es que le hayan cubierto las vías respiratorias con huincha adhesiva, como la que se encontró adherida a su cráneo. Sin embargo, aún no esta determinado si dichos elementos le fueron pegados antes o después de la muerte.

El pasado de la víctima

Rafael Villamizar, de 40 años, perteneció al Tren de Aragua cuando estuvo preso en Tocorón. Como informó El Mostrador, estuvo detenido al menos dos veces en Venezuela, por robo de vehículos de tráfico de drogas, y existen antecedentes en orden a que ya en 2011 formaba parte del grupo creado por Héctor “Niño” Guerrero en ese penal. 

Hacia 2018 emigró hacia Perú, donde estuvo legalmente por al menos cuatro años. De hecho, contaba con su respectivo carné de extranjería, emitido por la Superintendencia de Migraciones, el cual fue encontrado al interior de la maleta donde lo sepultaron junto con un permiso temporal de residencia, ambos a su nombre y con su fotografía, como si quienes lo asesinaron quisieran asegurarse de que el día en que lo encontraran nadie tuviera dudas respecto a su identidad.

Sin embargo, en Chile –donde se encontraba en forma irregular desde 2022– no poseía antecedentes judiciales ni policiales y residía en Molina, cerca de Curicó, desde donde viajó a inicios de diciembre del año pasado a Santiago, para de ahí dirigirse a Arica. Su data de muerte, confirmada por el SML, es de seis meses, lo que coincide con la fecha de su desaparición. 

Aunque no hay datos que indiquen que seguía vinculado con el TDA, su vida en Molina es objeto de escrutinio hoy, especialmente porque en los últimos tres años un grupo de narcotraficantes de esa comuna “contrató” al Tren de Aragua para que actuaran como sus sicarios en contra de una banda rival, como ha sucedido antes en Cerrillos, Concepción, Los Ángeles y Lebu.

En el caso de Molina, en octubre del año pasado, la Brigada de Homicidios de Curicó, junto con la Unidad de Alta Complejidad de la Fiscalía del Maule, detuvo a dos venezolanos, integrantes del TDA, que habían sido contratados en Santiago para cometer el asesinato de la esposa del líder de una de las bandas narcos. 

Cabe indicar, además, que no muy lejos de allí, en Talca, se asentó una de las células más importantes del Tren de Aragua en Chile, la que era dirigida por Cheison Guerrero Palma, medio hermano del líder máximo de la organización, Héctor Guerrero, más conocido como “El Niño”, por lo cual la principal teoría sobre la cual se trabaja en este momento es que Villamizar fue asesinado probablemente por Los Gallegos, por encargo del Tren de Aragua. Sin embargo, la pregunta de fondo, que aún no tiene respuesta, es la razón de ese homicidio y por qué se tomaron tantas molestias en este. 

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