Salud
Crédito: El Mostrador.
Radiografía emocional de Chile: más conciencia sobre salud mental, pero menos bienestar
Un nuevo estudio de CORPA revela que, aunque aumentan los diagnósticos de ansiedad, depresión y estrés, el bienestar psicológico en Chile sigue cayendo. Jóvenes y mujeres presentan los niveles más altos de malestar, marcando una alerta nacional en salud mental.
En el Mes de la Salud Mental, un reciente estudio de CORPA Estudio de Mercado vuelve a encender las alarmas sobre el estado emocional de los chilenos. Aunque el país muestra una mayor conciencia sobre los trastornos psicológicos, el bienestar subjetivo no mejora: la evaluación general cayó de 5,2 a 5,1 puntos en una escala de 1 a 7, confirmando una leve pero persistente tendencia a la baja.
Según los expertos, el aumento de diagnósticos no se traduce en alivio emocional. Paula Vásquez, psicóloga y analista de CORPA, explica que “existe una mayor conciencia sobre la variedad de diagnósticos en salud mental, pero ese avance en el conocimiento no necesariamente implica una mejora en la vivencia subjetiva ni en el alivio del malestar”.
El malestar transversal
La encuesta, realizada a más de mil personas en todo el país, muestra que la mitad de los chilenos asegura haber sufrido estrés en los últimos tres meses, mientras que la ansiedad y la depresión afectan al 25% de la población cada una.
A diferencia de lo que se suele pensar, el malestar psicológico no distingue nivel socioeconómico: tanto los grupos de mayores ingresos (ABC1C2) como los medios y bajos (C3DE) registran cifras similares. Este hallazgo sugiere que los factores de angustia son más amplios que la situación económica, abarcando dimensiones sociales, culturales y emocionales.
La generación más afectada
Los resultados más preocupantes se concentran en los jóvenes entre 18 y 30 años, quienes presentan las tasas más altas de ansiedad, crisis de pánico y trastornos alimentarios. Entre las mujeres jóvenes, más de la mitad reconoce haber sufrido episodios de ansiedad recientemente.
“La juventud chilena enfrenta una combinación compleja: falta de oportunidades, incertidumbre y una constante comparación social amplificada por las redes. Alta exposición y baja estabilidad están generando un patrón de desgaste emocional que no hemos logrado compensar como sociedad”, señala Pavel Castillo, economista conductual y gerente de Intelligence en CORPA.
Más diagnósticos, menos alivio
El estudio también muestra un incremento en la detección de trastornos: los diagnósticos de estrés subieron de 13% a 26%, los de depresión de 9% a 20% y los de ansiedad de 6% a 16%. Sin embargo, ese aumento no se refleja en una sensación de bienestar.
“El diagnóstico puede ofrecer un alivio inicial por el reconocimiento que implica, pero no siempre conlleva una comprensión profunda del síntoma ni una recuperación real”, advierte Vásquez.
Por otro lado, el informe revela que el 79% de los chilenos sufre problemas para dormir debido a preocupaciones económicas o laborales. Para los especialistas, el insomnio se ha convertido en un reflejo directo de la tensión colectiva.
“Dormir mal no es solo un problema de descanso. Afecta todos los ámbitos de la vida: la interacción social, la productividad, la salud y la satisfacción personal”, concluye Castillo.
Una deuda pendiente en salud pública
A pesar de los avances en diagnóstico, el acceso a atención psicológica y psiquiátrica sigue siendo insuficiente. “En Chile, la salud mental sigue siendo el último eslabón de la cadena sanitaria. Faltan recursos, cupos y especialistas; los tratamientos son costosos y el acceso, especialmente en grupos vulnerables, sigue siendo desigual” , advierte Mariángeles Cifuentes, directora de estudios de CORPA.
El panorama deja una conclusión inquietante: Chile es un país más consciente de su salud mental, pero menos en calma.