Opinión
Renca: comuna para una mejor salud
Renca, si bien enfrenta desafíos como el sedentarismo y la malnutrición, destaca por su liderazgo innovador. La comuna no se detiene en los problemas, sino que impulsa soluciones concretas como la estrategia Crecer en Renca, un ejemplo clave que demuestra que el bienestar integral se construye desde la escuela, la plaza y el barrio.
Esta política de largo plazo, enfocada en niños y adolescentes, establece un modelo eficaz de cómo la inversión social transforma positivamente la calidad de vida de la comunidad.
Esa capacidad de resiliencia y organización comunitaria, reconocida incluso por instituciones internacionales como la CEPAL, llevó a que Renca se convirtiera en la primera comuna chilena en integrar el programa global Cities for Better Health.
Esta iniciativa reúne a más de 50 ciudades del mundo comprometidas con enfrentar las enfermedades crónicas, como la diabetes, la obesidad o las cardiovasculares, desde un enfoque urbano, es decir, considerando cómo el diseño y la gestión de las ciudades influyen en la forma en que las personas viven, se alimentan, se desplazan y se recrean.
Las cifras son claras: más del 70% de los adultos en Chile viven con sobrepeso u obesidad, lo que se suma a inequidades territoriales que limitan el acceso a espacios seguros para hacer deporte, recrearse o tener una alimentación saludable. No basta solo con reforzar la atención médica; debemos actuar sobre el entorno urbano y los hábitos de vida que se fomentan en el día a día, y en esto Renca ha logrado posicionarse como un referente.
Pero transformar una realidad tan compleja y multifactorial requiere sumar esfuerzos. El municipio por sí solo no es capaz de cambiar todos los determinantes sociales de la salud, y el sector privado por sí mismo carece de legitimidad comunitaria y conocimiento de las particularidades territoriales. La academia y ciencia sin ser aplicada, corre el riesgo de quedar disponible sólo para unos pocos. Por eso, la colaboración es más que útil: es imprescindible.
La alianza entre Renca, Novo Nordisk Chile -laboratorio farmacéutico danés- y la Embajada de Dinamarca muestra cómo se multiplica el impacto cuando unimos lo mejor de cada parte. El municipio aporta conexión con los vecinos, legitimidad democrática y una visión clara de las necesidades territoriales. Novo Nordisk agrega la experiencia de un actor global en innovación en salud, su capacidad técnica y su red internacional de conocimiento.
El resultado son programas integrales: huertas escolares que ya benefician a más de 600 estudiantes y que promueven la educación alimentaria en edad temprana; clínicas deportivas con atletas nacionales que inspiran a niñas, niños y adolescentes a moverse y a soñar en grande; y capacitaciones para docentes que aseguran que estos cambios sean sostenibles en el tiempo.
Lo importante es que estas acciones no sustituyen el rol público, sino que lo refuercen, generando confianza y abriendo espacio a nuevas alianzas con universidades, organizaciones sociales y otros municipios. Un modelo que espera replicarse en múltiples áreas del país.
Nuestro objetivo es que Renca se convierta en un ejemplo vivo de innovación en salud urbana. Aquí queremos mostrar que se puede rediseñar la ciudad para que el movimiento sea parte natural de la vida diaria; que las plazas y calles inviten a caminar, que la alimentación sana sea accesible y que la salud se entienda como un derecho construido en comunidad.
El futuro lo imaginamos con escuelas que son motores de cambio, donde la enseñanza perfecciona lo académico e incorpora hábitos de vida saludable. Lo proyectamos en barrios donde el deporte, la cultura y la alimentación sana sean parte de la identidad local. Y lo vemos en una comuna que, desde su diversidad y su historia, inspira a otros lugares de Chile a seguir el mismo camino.
Si Renca consolida este modelo, podrá proyectar aprendizajes al país, impulsando los Objetivos de Desarrollo Sostenible y demostrando que la colaboración entre actores diversos puede ser motor de innovación nacional. El desafío recién comienza y requiere del compromiso de vecinos, universidades, ministerios, organizaciones sociales y empresas. Renca ya prueba que el futuro de la salud urbana puede escribirse desde lo local, con visión global y colaboración activa: fomentar la vida saludable en nuestras ciudades es tarea de todas y todos.
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