
Brecha salarial: mujeres ganan menos y enfrentan desigualdad pese a mayor participación laboral
A pesar de los avances en participación laboral femenina, persisten brechas de ingresos significativas, especialmente en empleos de alta calificación, jornadas parciales y hogares con responsabilidades de cuidado. Expertos llaman a políticas que promuevan equidad salarial y conciliación.
La brecha de género en los ingresos laborales en Chile es una problemática persistente que afecta la equidad económica y social. Y aunque han existido políticas públicas para disminuir esta brecha, esto sigue siendo un problema para los millones de mujeres que trabajan en nuestro país.
Bajo este contexto, el informe Zoom de Género: Brechas de Ingresos 2025, elaborado por Fundación ChileMujeres junto al Observatorio del Contexto Económico de la Universidad Diego Portales (OCEC UDP) y la Cámara de Comercio de Santiago (CCS), reveló que en 2024 la brecha de género en los ingresos de la ocupación principal alcanzó un -24,4%, ampliándose respecto al -23,3% registrado el año anterior.
El informe, que se sustenta en los datos de la Encuesta Suplementaria de Ingresos (ESI) 2024 del INE, evidencia que las mujeres perciben, en promedio, ingresos notablemente menores que los hombres en todos los sectores laborales. Las desigualdades se acentúan especialmente entre los trabajadores de mayor calificación, quienes realizan jornadas parciales y aquellos que viven en hogares con niños, niñas o adolescentes.
Desgiualdad económica persiste según nivel, sector y responsabilidades familiares
La brecha de género en los ingresos se manifiesta en todos los niveles de calificación, pero se amplía significativamente entre los trabajadores de alta calificación, alcanzando un -33,5%. Por formalidad laboral, las desigualdades son de -31,3% en ocupaciones informales y de -21,1% en empleos formales, siendo especialmente pronunciada en los puestos de alta calificación dentro del sector formal. En cuanto al tipo de jornada, la brecha se intensifica en empleos a tiempo parcial, donde llega a -34,3%, mientras que en jornadas completas de 44 a 45 horas semanales se reduce a -14,8%.
En términos de rama económica, las mayores desigualdades salariales se concentran en los sectores de Salud (-40,6%), Comercio (-36,9%) e Industria Manufacturera (-35,4%). Curiosamente, en Construcción se registra una brecha positiva (+9,9%), explicada principalmente porque las pocas mujeres que se insertan en este rubro suelen ocupar empleos de alta calificación, mejor remunerados.
La presencia de niñas, niños y adolescentes en el hogar también incide en la desigualdad: donde hay menores, la brecha llega a -29,2%, mientras que en hogares sin niños se reduce a -19,9%. Asimismo, quienes son el principal sostén económico del hogar enfrentan una brecha de -26,6%, en comparación con -4,3% entre quienes no desempeñan este rol.
Por edad, las diferencias salariales a favor de los hombres se mantienen en casi todos los tramos etarios. La excepción se observa en el grupo de 15 a 24 años, donde las mujeres registran una brecha positiva a su favor, mostrando un fenómeno particular en los primeros años de inserción laboral.
Estas cifras reflejan cómo distintos factores, desde el sector económico hasta las responsabilidades familiares, influyen en la persistente brecha de género en los ingresos en Chile.
“Los resultados de la ESI 2024 son una señal clara de que la brecha salarial de género sigue siendo un desafío estructural en Chile. Que estas desigualdades se acentúen en los segmentos de mayor calificación y entre quienes asumen responsabilidades de cuidado evidencia que el mercado laboral sigue funcionando con reglas que penalizan a las mujeres. El país no puede darse el lujo de desperdiciar ese talento”, advirtió María José Díaz, gerente general de Fundación ChileMujeres.
Las brechas salariales que aún persisten
Asimismo, las cifras evidencian que, a pesar de avances en participación laboral femenina, persisten desigualdades significativas en términos de ingresos. La informalidad laboral y las responsabilidades de cuidado son factores que contribuyen a esta disparidad. Es fundamental implementar políticas públicas que promuevan la equidad salarial y apoyen la conciliación entre trabajo y vida familiar para reducir esta brecha.
Juan Bravo, director del OCEC UDP, explicó que “las brechas de género en los ingresos laborales aumentan a medida que aumenta el nivel de calificación de la ocupación por varias razones. Una de ellas es que, dado que las mujeres suelen ser quienes buscan compatibilizar de mejor manera las responsabilidades familiares con el trabajo remunerado, esto puede afectar sus posibilidades de desarrollo profesional o de ascenso. Otra razón es que dentro del segmento de alta calificación existen diferencias en la inserción laboral por género”.
Además, agregó que “es por esto que, los hombres tienen una inserción mayoritaria en empleos de directores, gerentes y administradores, mientras que las mujeres tienen una inserción mayoritaria en empleos de técnicos y profesionales de nivel medio”.
Asimismo, un informe de la Subsecretaría del Trabajo destaca que, al controlar por nivel educacional, las mujeres con educación técnica y de postgrado enfrentan una brecha salarial del 25,8% y 24,6%, respectivamente, en comparación con sus pares masculinos.
La desigualdad de género se refleja también en la participación laboral. En 2024, solo el 52,7% de las mujeres formaba parte de la fuerza laboral, frente al 71% de los hombres, lo que evidencia una brecha de 18,3 puntos porcentuales entre ambos.
Finalmente, la presidenta de la Cámara de Comercio de Santiago, María Teresa Vial, explicó que “nos preocupa especialmente la subsistencia de amplias brechas de ingresos en algunos segmentos, como en el de las mujeres que ejercen el rol de proveedora principal del hogar, en familias con
presencia de menores o en las ocupadas a jornada parcial, claros síntomas de falta de desarrollo de nuestro mercado del trabajo, y de la necesidad de avanzar con urgencia en su modernización y flexibilidad”.