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Rita Segato y feministas: “Si no tuviéramos ninguna fuerza, no nos tendrían como enemigas” CULTURA Crédito: Cedida

Rita Segato y feministas: “Si no tuviéramos ninguna fuerza, no nos tendrían como enemigas”

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Monserrat Lorca Pavez
Por : Monserrat Lorca Pavez Periodista y licenciada en Comunicación Social de la Universidad de Chile. Coordinadora ejecutiva de la Cátedra Racismos y Migraciones Contemporáneas y periodista de la Vicerrectoría de Extensión y Comunicaciones de la misma casa de estudios.
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En su reciente visita a Chile, la reconocida antropóloga llegó hasta la Facultad de Artes de la Universidad de Chile para dictar la conferencia magistral “El arte de desnombrar como política”. En su breve paso por territorio nacional, brindó la siguiente entrevista en exclusiva.


La autora de “La guerra contra las mujeres” participó el pasado lunes 14 de julio en un espacio de reflexión en el Campus Juan Gómez Millas de la Casa de Bello. Enmarcada en las actividades organizadas por el Doctorado en Filosofía con mención en Estética y Teoría del Arte, el Magíster en Teoría e Historia del Arte y la Escuela de Postgrado de la Facultad de Artes, la teórica reflexionó en un espacio repleto de asistentes.

El desafío fue ahondar en torno a “El arte de desnombrar como política” junto a la artista nacional Voluspa Jarpa. En la instancia, recordó el ensayo publicado en su primera edición el año 2009, titulado Del grito inaudible a la lucha inevitable. “En ese momento, yo analizo la situación de Palestina y digo que curiosamente El grito de Palestina es un grito inaudible. Y empiezo a analizar esto”, recuerda.

“En este texto, digo que Palestina es, y ahora lo digo con mucha más fuerza, el fin de la ficción jurídica. Si siempre los derechos fueron en alguna medida ficcionales, pero conformaban un sistema de creencias, o sea, la gente creía que existía un derecho, hoy no es así. Por lo tanto, las relaciones entre las personas, el orden interpersonal y el orden de la vida social se volvió agramatical. De alguna forma, la comunicación entró en falencia y se quebró la capacidad de la transmisión de ideas, porque se impuso una gramaticalidad de la existencia que creo que es lo que muchas de nosotras y nosotros estamos sintiendo respecto a la desintegración del orden de la vida. No hay más ley”, sostiene.

–En entrevista con otros medios, usted se refiere a que el presente es siniestro, ¿cuáles son esas principales amenazas?

– La principal amenaza es lo que muestra Gaza al mundo, sobre que el poder de muerte es la ley. Si tenés el poder de muerte, tenés la ley. ¿Es posible vivir así?

Yo creo que el mundo se va al muere, o por lo menos la especie se va al muere. De esa forma, porque no es posible, nuestra especie es una especie que no es una especie de instinto, sino de normas, o sea, que para su sobrevivencia en el mundo ha necesitado todas las culturas, diferentes normas, pero han necesitado el enunciado de normativas, de reglas de convivencia.

No somos movidos a instinto, sino que somos movidos a normas de lo que se puede y lo que no se puede. Y hoy la historia nos está diciendo que eso ha caído en falencia y que el poder de muerte, el poder es la ley. Para mí, es gravísimo.

–¿Cree que el movimiento feminista se ve amenazado ante proyectos antidemocráticos, como hemos visto en América Latina?

– Se intenta. Pero eso debe ser una alegría para nosotras. Porque eso solo muestra lo que amenazamos, la fuerza que tenemos. Si no tuviéramos ninguna fuerza y no amenazáramos nada del orden jerárquico, del orden de poder y de la guerra, no nos tendrían como enemigas.

Esa es la afirmación de que el movimiento como lo llames, lo que significa la historia de las mujeres y lo que las mujeres necesitamos para un mundo que tenga una vida mejor, amenaza el orden del poder. Por eso nos persiguen.

–De cara a las elecciones presidenciales en Chile, ¿cómo ve el panorama?

– O Chile cae en el mismo pozo oscuro del cual salió, lo cual sería muy triste, no solo para Chile, sino para toda América Latina, o Chile va hacia va hacia una época más luminosa, más feliz, menos mortal, menos cruel, una vida en que el gobierno sea capaz de pensar en el bienestar de todas las personas.

Yo no hablo más de izquierda ni de derecha, el desnombrar significa también reconocer que lo que el vocabulario con el que siempre hemos hablado así del bien y del mal, de la izquierda y la derecha, todo eso ha caducado, ese vocabulario no toca. Yo no hablo, yo digo, soy una pensadora del campo crítico.

Pero reconozco que existen gobernantes que son más capaces de pensar en un bienestar general y no solamente la acumulación de la casta dominante y ahí viene la divisoria de aguas, o sea, si la gente no es capaz de darse cuenta cuáles son los candidatos que no son los que defienden la progresiva acumulación de la riqueza, sino que son los candidatos que piensan en un bien colectivo de la nación, si el pueblo, su país, mi país, cualquier país.

Los votantes no se dan cuenta de esa diferencia, pónganle el nombre que quieran ponerle, pero de esa diferencia, yo creo que el malestar, la crueldad, el sufrimiento, el hambre y la enfermedad van a cundir.

–¿Qué mensaje enviaría a las nuevas generaciones?

– Eso es muy difícil. Yo creo que hay que inventar una historia nueva, esfuerzo enorme de la imaginación porque todos los apoyos de términos, categorías, conceptos, consignas en que nos afirmamos en la historia hasta el presente de alguna forma yo siento y percibo que han caducado, no llegaron a su destino.

Y pienso en Gaza como parte de las aguas de la historia, un antes y un después. El esfuerzo de estar concentrado en imaginar caminos diferentes de la política, vocabularios diferentes, no hay que abandonar todo, hay que haber leído, hay que conocer, hay que saber conceptos de historia, en fin, teóricos. Pero el esfuerzo tiene que ser de imaginación y de percepción de hasta qué punto nos encontramos en una nueva era histórica.

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