
Directora de obra sobre sismo de Valdivia: “El desastre es también una forma de reconocernos”
Su obra “Namazu: conferencia del desastre” se estrena el próximo 13 de agosto en el Teatro Regional Cervantes de Valdivia. Dirigida por María Teresa Primus, el proyecto indaga por primera vez en la ciencia, particularmente la sismología.
Nació un 18 de julio de 1992 en Santiago y, pese a que estudió teatro en la Universidad de Arte y Ciencias Sociales (ARCIS), la vida la ha llevado por diversos caminos: a temprana edad recorrió Perú, se mudó al sur sin conocer a nadie, visitó escuelas rurales y realizó trabajos artísticos y comunitarios enfocados en la educación artística, antes de volcarse de lleno en la dirección teatral.
En el último tiempo, María Teresa Primus, se ha convertido en una referente del teatro local, llegando a adjudicarse el Fondo Comunal de Proyectos Culturales de Valdivia (CONARTE) y el Fondo Nacional de Artes Escénicas del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.
Algunas de las obras que ha dirigido incluyen Diwlliñ en vuelo (Compañía Biodiversa) y Árboles Nevados (junto a Fernanda La Luz). Esta última narra el oscuro pasado de las torturadoras de la Agencia de Inteligencia Nacional (DINA). Sus creaciones no solamente indagan en las complejidades de la memoria, especialmente la dictadura cívico militar o la cosmovisión mapuche, sino que también ofrecen un arduo trabajo de investigación y reflexión crítica sobre la realidad social y política de Chile, creando una especie de puente entre el pasado y el presente.
“No busco rescatar la memoria de forma intencional en mis trabajos. Es más bien una consecuencia de estar constantemente haciéndome preguntas; de intentar mirar desde otros puntos de vistas que no siempre tienen respuestas, pero que me ayudan a buscar un camino. Supongo que siempre he sido bien curiosa e imaginativa”, sostiene María Teresa.
Para esta mujer lo que más ronda en su cabeza de cabellos negros y rizados, es buscar historias que desafíen la lógica y sus propios límites de comprensión. Hoy en su más reciente proyecto -“Namazu: conferencia del desastre” (1960-2025), indaga por primera vez en la ciencia, particularmente la sismología.
“Si bien siempre me apasionó el teatro, yo desde muy pequeña he estado ligada a las ciencias. De hecho, antes de estudiar actuación, me interesaba la biología marina. Con el tiempo y la experiencia, he podido encontrar un punto de encuentro entre ambas disciplinas”, añade.
El montaje pone en valor el cruce interdisciplinar entre las artes escénicas y la sismología, invitando al público a reflexionar sobre la relación de lo humano con la naturaleza desde un ejercicio de descolonización: confrontando cosmovisiones orientales y occidentales.
Con esta base, Teresa le propuso a su colega y amigo de muchos años, Simón Román (Santiago), trabajar juntos en una adaptación teatral que exploren las interconexiones telúricas entre Chile y Japón. El proyecto toma como punto de partida el mito japonés de Namazu: el pez gigante controlado por Kashima Daimyojin que, según la leyenda, provoca terremotos si logra escapar de su dominio. Esta narrativa mitológica se enlaza con el Terremoto de Valdivia de 1960: el más potente registrado en la historia.
“Creo que las ciudades nos determinan, nos marcan, y en ese sentido Valdivia ha sido una especie de obsesión en mi proceso de creación. Cuando me vine a vivir a esta ciudad en el año 2016 me di cuenta de sus heridas, de sus incendios y terremotos. Se perciben en su arquitectura, en las casas torcidas, en los desniveles del suelo”, reflexiona.
“En ese sentido, me conmueve profundamente la resiliencia de Valdivia y de sus habitantes, que una y otra vez renacen, sin importar el desastre. Esta obra, en parte, está inspirada en esa metáfora. Porque, aunque nuestra generación no vivió una tragedia como el terremoto de 1960 tenemos la capacidad de imaginar y empatizar con ese pasado. Y eso es lo hermoso del ser humano, ¿no?”.
Para María Teresa, la memoria de Chile siempre ha estado en disputa. ¿Quién es el que recuerda y cómo se recuerda? Es una de las preguntas que se hace durante esta entrevista. Desde el teatro, ella cree posible conectarse con una comunidad que muchas veces no es plenamente comprendida.
“Valdivia invita a una cierta pausa. A contemplar el lugar y el territorio y en ese sentido, es muy diferente a Santiago. Con el tiempo, he aprendido a atender las necesidades del entorno y a reconocer su lenguaje propio. Por eso dirijo obras que tengan esos componentes: la descentralización”.
En el año 2023, la directora trabajó con adultos mayores del Cesfam Externo de Valdivia que le compartieron sus recuerdos del gran terremoto. Cuando se sentó frente a un grupo de mujeres para conocer sus historias, estas empezaron a narrar cómo saltaban con alegría al compás de las ondas del sismo, o quienes eran los que navegaban entre calles inundadas. A María Teresa le volvieron a brillar los ojos: eran memorias contadas por adultos mayores, pero narradas con la voz y la emoción de cuando eran niñas. Fue en esas historias que encontró las primeras edificaciones de esta obra y que compartió con su colega y codirector, Simón Román.
“Fueron horas de conversación y muchas ideas volcadas al papel. Queríamos crear un proyecto que fomentara la intersección entre ciencia, arte y memoria”, precisa Primus.
Geología y sismología en el escenario
El mayor desafío para esta dupla artística fue llevar la ciencia al escenario.
“Nos preguntábamos: ¿cómo representamos la geología y la sismología desde lo escénico? Las dimensiones de la Tierra son vastas y difíciles de traducir, especialmente cuando se intenta encarnarlas en el cuerpo humano”, recuerda María Teresa.
Para abordar este reto, Primus y Román, participaron de una clase maestra de geología y sismología impartida por el Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres (CIGIDEN). ¿El objetivo? Preparar un montaje riguroso y coherente con esa convergencia entre conocimiento científico y lenguaje artístico. Para ello, consideraron que la mejor forma de desarrollar la obra —sin perder el rigor científico, ni vulnerar la dignidad ni el respeto hacia los testimonios— era a través de una historia contada en formato de conferencia, accesible para que todas y todos puedan comprender su trasfondo.
“En la obra no nos interesa mostrar el horror del terremoto. Nos importa mirar el pasado con respeto y sensibilidad, por eso apelamos a la nostalgia y a la memoria compartida, como la que existe, por ejemplo, entre distintas generaciones de mujeres geólogas que, aunque nunca se conocieron, se encuentran simbólicamente en el recuerdo de los desastres”, explica.
Para Primus, esta obra —que abrirá su primera temporada en el Teatro Cervantes durante el mes de agosto, en el marco de las actividades conmemorativas del 65° aniversario del Terremoto de Valdivia— está pensada tanto para personas mayores como para jóvenes. Y la invitación es a encontrarse sin miedo, con una novedosa puesta en escena.
“Soy parte de una generación marcada por la amenaza constante del colapso: desde inicios del siglo se anuncian cataclismos. Esa sensación atraviesa la obra, pero también la forma en que nos comunicamos en medio de una crisis. ¿Cómo empatizamos con quienes sí vivieron lo que nosotros solo imaginamos? El desastre no es solo ruina: es también una forma de reconocernos, de activar una memoria de supervivencia que llevamos dentro. En ese sentido, la comparación con Japón, en particular con este Namazu, nos interpela: dos culturas sísmicas, dos formas distintas de reaccionar, pero una misma pregunta de fondo: ¿cómo nos enfrentamos, colectivamente, a la distancia, al miedo y a la reconstrucción?”, cuenta.
“El montaje será visualmente muy atractivo, y me atrevo a decir que será algo inédito y muy novedoso para la ciudad. Es una obra inquieta, reflexiva, íntima… Solo puedo adelantar eso”, concluye la entrevista con una sonrisa suspicaz.
Este proyecto fue seleccionado por el Fondo Nacional de Artes Escénicas 2025, otorgado por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.
El proyecto está conformado por un equipo artístico interregional, con artistas tanto de la Región Metropolitana como de la Región de Los Ríos: Simón Román, dramaturgo y director; María Teresa Primus, directora; Octavio O’Shee, músico y compositor; Yuka Kato, asistente de puesta en escena; Valentina Kappes, diseñadora, Daniela Vargas, vestuarista; y un elenco integrado por Yasna Gómez, María José Parga, Val Riffo y Nicolás Alaluf.
Funciones:
– Teatro Cervantes | 13 de agosto | 10:30 y 19:30 horas
– Teatro Galia | 14 de agosto | 19:00 horas.
– Teatro de las Artes Panguipulli | 17 de agosto | 18:00 horas
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