
María O. Mönckeberg: “Lo que llaman ideología de género llevó a los pentecostales a la ultraderecha”
La premio nacional de periodismo relata en su nuevo libro “En el nombre de Cristo. El poder evangélico en Chile” que fue la agenda valórica, el rechazo a la homosexualidad, al matrimonio igualitario, al aborto y al feminismo lo que llevó a los evangélicos pentecostales a entrar en política.
Hoy en Al Pan Pan, con Mirna Schindler: conversamos con la Premio Nacional de Periodismo 2009 y autora de “En el nombre de Cristo. El poder evangélico en Chile”, María Olivia Mönckeberg, sobre la integración del mundo evangélico a la esfera política.
Previo al último cuarto del s. XX, describió Mönckeberg, el mundo evangélico tenía en mal haber la política nacional, por cuanto “era algo del mundo y era algo que ‘no pescaban’, que no era positivo, no era nada bueno”.
Sin embargo, esa tendencia comenzó a romper durante los años 80, lo que quedó cristalizado en dos hitos. El primero, la identificación de las iglesias pentecostales con la dictadura militar de Augusto Pinochet. “Porque (Pinochet) tal vez vio que tenía todo el problema frente a la Iglesia católica, al cardenal Raúl Silva Henríquez defendiendo a las víctimas de las violaciones a los derechos humanos”.
“Y de esos tiempos, parten con el primer Te Deum evangélico y les contribuyeron, les dieron mucho dinero para terminar la construcción, justamente, de esta iglesia que ha sido denominada la Catedral Pentecostal”, afirmó sobre la también conocida como Catedral de Jotabeche 40.
El segundo hito sería la postura evangélica en contra de lo que denominan “ideología de género”. Esta vertiente más reciente y significativa ha unido a muchos sectores evangélicos, especialmente a los pentecostales, que sienten la necesidad de defender sus convicciones justificadas en la Biblia, particularmente en el Génesis, con la idea de que “varón y hembra los creó” (citando Génesis 1:27 y Génesis 5:2).
“De hecho, yo he sabido de casos, y me lo planteaban, de las cuestiones que a uno le impresionan: en algunas iglesias pentecostales, fundamentalmente te hacen un exorcismo para echar al demonio del cuerpo de una persona gay, una mujer lesbiana“, relata la periodista, extendiendo la descripción a la postura evangélica respecto al matrimonio homosexual, la discusión sobre el aborto y su predecesora, la discusión por la pastilla del día después).
Este impulso valórico sería el que llevó a que la gran mayoría de los evangélicos, especialmente los pentecostales, se sientan identificados con posiciones de derecha y ultraderecha. Lo último sería particularmente presente en regiones como en el Biobío, que es donde se concentra la base fundamental del Partido Social Cristiano, y que en las elecciones presidenciales anteriores mostraron un respaldo sustantivo a la candidatura de José Antonio Kast.
En cualquier caso, las posturas de ultraderecha serían sui generis: “Dependiendo de quién sea que lo sostenga, se podría decir que en aspectos más sociales (salud o educación) sus posiciones podrían ser no necesariamente de derecha. Pero tampoco tú ves un impulso por jugárselas por el cambio, por reformas de fondo”.
“Si tú ves los planteamientos que te pueden hacer el Partido Social Cristiano, no está en su programa, ni en su planteamiento, cuestiones que te vayan a coincidir definitivamente con posiciones más progresistas o más de izquierda, sino que como que asumen, te daría la impresión más bien de que asumen su condición de vida”, reflexionó.