
Triunfa lobby petrolero: EE.UU., Rusia y Estados del Golfo frenan pacto mundial sobre el plástico
En Ginebra el mundo debate un tratado clave contra la contaminación por plásticos. A un paso del fracaso, potencias petroleras bloquean un acuerdo vinculante. Las ONG y científicos alertan: sin limitar la producción, el planeta y la salud seguirán pagando el precio.
La producción mundial de plástico tiene efectos perjudiciales para el medioambiente, el clima y la salud humana. Expertos afirman que se necesitan normas globales para reducir sus impactos. En Ginebra, representantes de 184 países llevan diez días discutiendo un acuerdo de la ONU contra los residuos plásticos. Hoy es el plazo fatal. Además de los gobiernos, participan organizaciones no gubernamentales. Sin embargo, todo indica que no se alcanzará el acuerdo previsto, debido a que algunos países bloquean las negociaciones. El lobby petrolero –opinan observadores– ha vencido.
Según la ministra francesa de Medio Ambiente, Agnès Pannier-Runacher, en declaraciones al diario Les Echos, los países que obstaculizan son los Estados del Golfo, Rusia y Estados Unidos. Estas naciones, productoras de petróleo y gas, suministran la materia prima para fabricar plástico. La ministra teme que el tratado se limite al tratamiento de residuos y al reciclaje, lo que –afirma– “no hace justicia al problema de la contaminación plástica”.
Francia y los miembros de la Unión Europea se encuentran entre los países que piden normas más estrictas para prevenir los residuos plásticos. Exigen un acuerdo que incluya la reducción y una producción más respetuosa con el medio ambiente. También proponen elaborar una lista de aditivos peligrosos que deberían eliminarse gradualmente.
“Solo la producción de plástico genera más del cinco por ciento de las emisiones mundiales de CO₂ cada año, más que el sector de la aviación”, señala Melanie Bergmann, del Instituto Alfred Wegener del Centro Helmholtz de Investigación Polar y Marina, en Bremerhaven. “Por eso deberíamos reducir la producción, y también para limitar los daños a la naturaleza y a nuestra salud”. Bergmann forma parte de la delegación alemana y de la Scientists’ Coalition for an Effective Plastics Treaty.
El periodista alemán Nicolas Heronymus, de la editorial Table Media, que sigue de cerca las negociaciones, explica que el proceso es difícil: “Por un lado, hay muchos países que quieren un acuerdo ambicioso; por otro, hay un grupo que se beneficia enormemente de la producción de plástico”. Según él, estos países apuestan por un tratado centrado en la gestión de residuos. “Pero para frenar realmente los impactos de la producción global de plástico, los científicos consideran necesario un acuerdo ambicioso que incluya límites de producción”, añade.
Impactos ambientales y en la salud
El mundo produce más de 460 millones de toneladas de plástico al año. Un estudio del Centro Helmholtz para la Investigación Medioambiental revela que hay muchas más partículas plásticas en el mar de lo que se creía. Solo en la capa superior del Atlántico Norte se estiman 27 millones de toneladas de microplásticos. “Nuestros ecosistemas ya están más allá de los límites globales de carga”, advierte Bergmann.
El plástico aparece incluso en los lugares más remotos y en el cuerpo humano se ha detectado en pulmones, sangre, cerebro, testículos y placenta. “Las consecuencias son poco conocidas”, señala la bióloga. El plástico puede contener hasta 16 mil sustancias químicas, de las cuales una cuarta parte se considera peligrosa. Estas sustancias se asocian a enfermedades cardiovasculares, obesidad, diabetes, menor cociente intelectual y reducción de la fertilidad.
Críticas de organizaciones medioambientales
Varias ONG cuestionan el borrador actual del tratado. Graham Forbes, jefe de la delegación de Greenpeace, denunció en un comunicado que el texto no aborda la producción ni los químicos nocivos, y que en la práctica fortalece la posición de la industria. “El acuerdo global debe reducir la producción de plástico o fracasará”, advirtió.
El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) critica que el borrador no contemple compromisos globales obligatorios sobre productos plásticos y omita el tema de los químicos.
Si no hay acuerdo en Ginebra, el problema podría agravarse. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la cantidad de basura plástica podría triplicarse para 2060.
“Si fracasan las negociaciones, no habrá por ahora normas globales amplias y necesarias, y los efectos negativos de la producción de plástico no se abordarán”, concluye el periodista Heronymus. Por el momento, no se puede confirmar si habrá otra ronda de negociaciones.
La investigación “Comercio mundial de plásticos: perspectivas de los flujos comerciales desde el inicio de ciclo de vida”, publicada por las Naciones Unidas, señala que muchos países desempeñan un doble papel en el ciclo de vida de los plásticos. “Algunos de los mayores exportadores de productos e insumos plásticos del mundo se encuentran, al mismo tiempo, entre los mayores importadores del mundo, lo que indica que el comercio de plásticos es multifacético y multidireccional”.
Lisa Erdle, directora de Ciencia e Innovación en 5 Gyres Science to Solution, sostiene que unos de los grandes problemas desde que comenzó a negociarse el tratado fue la presencia de una enorme delegación de lobbistas de la industria de los combustibles fósiles para frenar las negociaciones para el Tratado Global de Plásticos. “Ese número ha sido mayor que muchas delegaciones de los Estados miembros, incluso de la Unión Europea que tiene muchos países, y ha sido más grande que la Coalición de Científicos”.
Desde Ginebra, Cristián Laborda, consultor en Conservación Marina, comentó que este miércoles el presidente del comité de negociación internacional, Alfonso Pecoraro Scanio, presentó un nuevo texto para lograr el consenso de los países en Ginebra . “Lamentable el nuevo texto representa una disminución significativa de la ambición y prácticamente deja la puerta abierta a un acuerdo muy débil sin los puntos críticos en el texto , totalmente desbalanceado, sin medidas vinculantes y globales para poner término a la contaminación por plástico en tierra y en el océano”.
Chile, Panamá, Colombia, México, la Unión Europea y el grupo de las islas del Pacífico y Oceanía que corren peligro de desaparecer, han rechazado de manera categórica el estado de avance de las negociaciones, al igual que la sociedad civil, representada por ONGs como Pew, WWF, Greenpeace, CIEL y organizaciones chilenas.
Visión desde Chile
Ante el escenario adverso, desde el Ministerio del Medio Ambiente en Chile sostienen que existen tres posibilidades. La primera es que se logre un Acuerdo con baja ambición, ya que el presidente de la INC presentó un nuevo texto que no establece obligaciones vinculantes y propone acciones fragmentadas por país, sin un marco de acción global. Obviamente, este nuevo texto ha sido cuestionado por la comunidad científica, porque advierten que acciones aisladas no enfrentarán de forma efectiva la crisis global por plásticos, sino que solo constituirían medidas parciales.
El segundo escenario es que no haya acuerdo, debido a las diferencias de posición entre grupos de países. Ahí, Chile se mantiene en el bloque que promueve un tratado ambicioso, pero enfrenta resistencia de potencias como Estados Unidos, los países árabes y China.
Y la tercera posibilidad es que se convoque a una INC 5.3, lo que es muy poco probable. Esto implicaría realizar una nueva sesión de negociación durante 2026, lo que es complejo por la logística y el financiamiento para mover a los 192 países.