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Chile, hub digital regional: energía firme para cumplir la promesa Opinión

Chile, hub digital regional: energía firme para cumplir la promesa

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Carlos Cortés Simon
Por : Carlos Cortés Simon Presidente Ejecutivo Asociación de Empresas de Gas Natural
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Si Chile aspira a consolidarse como un hub digital regional, debe actuar con pragmatismo.


La revolución digital no es gratis: los data centers y el auge de la inteligencia artificial están disparando la demanda de energía en todo el mundo. La presión sobre los sistemas eléctricos crece y la forma en que gestionemos esta nueva carga será decisiva para la seguridad de suministro que exige nuestra evolución energética.

El caso de Estados Unidos es ilustrativo. El Departamento de Energía proyecta que los data centers podrían consumir cerca del 12% de la electricidad del país hacia 2028. Frente a redes insuficientes, proyectos como Stargate —impulsado por OpenAI, SoftBank, Oracle y MGX— ya aseguran su propio suministro firme mediante contratos de gas natural y generación dedicada. Anthropic, que acaba de anunciar inversiones por US$ 50.000 millones en infraestructura digital, también propone acelerar permisos para proyectos de energía firme, incluido el gas natural.

La Agencia Internacional de Energía coincide: la creciente demanda asociada a la IA se cubrirá con una combinación de renovables y tecnologías de respaldo flexible. Y el Global Gas Report 2025 de la International Gas Union destaca cómo el auge de los data centers y las olas de calor tensionan los sistemas eléctricos, consolidando el rol del gas en los momentos críticos.

Chile tiene aquí una oportunidad estratégica. Somos el segundo país con mayor capacidad instalada de data centers en Latinoamérica y el Plan Nacional del sector proyecta que la industria triplicará su tamaño en cinco años, movilizando hasta US$ 2.500 millones en inversiones hacia 2030. Ese potencial se apoya en una matriz donde cerca del 60% de la generación eléctrica es renovable, con proyección al 80% para 2030.

Pero la alta participación renovable, por sí sola, no garantiza continuidad de suministro 24/7. Mientras no contemos con suficiente almacenamiento ni redes de transmisión y distribución robustas, necesitamos tecnologías firmes que permitan sostener el desarrollo digital sin comprometer los objetivos climáticos. En este punto, el gas natural es un habilitador clave: aporta respaldo flexible y seguro, con emisiones significativamente menores que otras alternativas fósiles, como reconoce el propio Plan de Descarbonización del Ministerio de Energía.

Si Chile aspira a consolidarse como un hub digital regional, debe actuar con pragmatismo. El mercado global ya está avanzando: países que ofrecen energía firme y reglas claras captarán las inversiones, y quienes no, simplemente quedarán fuera, al no poder resolver sus cuellos de botella en materia energética.

La evolución de la matriz no es una dicotomía entre electrones y moléculas. Es una arquitectura donde cada tecnología cumple un rol. Para aprovechar esta oportunidad —y proteger nuestra seguridad de suministro— necesitamos reglas e incentivos que valoren explícitamente la firmeza y la resiliencia del sistema.

Solo así podremos cumplir la promesa de un Chile digital, competitivo y preparado para el futuro.

 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.

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