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Bienestar docente por la niñez Opinión

Bienestar docente por la niñez

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Raúl Perry
Por : Raúl Perry Jefe de Programas Fundación San Carlos de Maipo.
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Si queremos docentes en paz, necesitamos que aprendan a enseñar cómo manejar las emociones y las relaciones con otros en paz. 


En 2019 la Fundación Elige Educar proyectó que para este 2025 faltarían 32.166 profesores con formación idónea para enseñar las disciplinas que imparten. Este año, Horizontal determinó que casi 30 mil profesores de menos de 40 años están fuera del sistema educativo. No parece que vayamos en la dirección correcta. 

Si bien las soluciones, tanto en 2019 como ahora, han apuntado hacia elementos laborales como la remuneración y el desarrollo de carrera, este último tiempo ha aparecido con mayor fuerza la preocupación por el “bienestar docente”. Tal como señala la OCDE, si la calidad de la educación de un establecimiento está directamente vinculada a la calidad de su equipo docente, su bienestar se vuelve de suma importancia para el sistema educativo. Y la evidencia también se acumula en mostrarnos relaciones entre la profesión docente, el burnout (agotamiento físico, emocional y mental) y el estrés. Sería una simplificación burda el decir que los profesores dejan la carrera porque les paguen poco. Algo de eso hay, pero también cobra especial relevancia cuan dañina está resultando la profesión ejercida como tal para la salud mental y física de los educadores.

Si algo podemos aportar, desde la Fundación San Carlos de Maipo, es que la solución de esta crisis no pasa por fortalecer la capacidad de los profesores “para aguantar”. El mundo actual ha puesto desafíos gigantes a los profesores, por lo que también tendremos que dotarlos de herramientas igual de poderosas para conectar con los estudiantes y generar condiciones de aprendizaje para una nueva sociedad que, no solo demanda lectores y sumadores, sino que requiere personas capaces de socializar, colaborar, construir y crear. Para ello, la formación socioemocional (aquella que enseña a reconocer y a gestionar las emociones y las relaciones con otros) no solo se transforma en una herramienta para sostener el aprendizaje, sino que también es el método con el que los docentes pueden generar un ambiente de trabajo en el que puedan trabajar. Si queremos docentes en paz, necesitamos que aprendan a enseñar cómo manejar las emociones y las relaciones con otros en paz. 

Este fin de año es un momento utilizado por las comunidades escolares para formarse. La invitación de la Fundación San Carlos de Maipo es a integrar la pedagogía de lo socioemocional a esta formación, porque este país les debe mucho a sus profesores, y porque es muy diferente (por muy parecido que suene), ejercer la profesión docente de una manera que les llene, o que los sature.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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