
Senado aprueba regular uso de celulares en colegios: proyectan prohibición hasta sexto básico
El proyecto fue aprobado en general por 48 votos y ahora queda en manos de la Comisión de Educación. La senadora Provoste destacó que la iniciativa protege el derecho a aprender en un entorno seguro, promueve una relación equilibrada con la tecnología y considera medidas de apoyo pedagógico.
Problemas de salud físicos y mentales, conflictos para concentrarse, disminución de la memoria de trabajo, problemas de comprensión lectora, ansiedad y dificultades en los procesos de aprendizaje y de convivencia, fueron algunos de los conceptos más recurrentes que se dieron durante la discusión del proyecto que modifica la ley general de Educación con el objeto de prohibir y regular el uso de dispositivos digitales en establecimientos educacionales.
Tras un intenso debate en general, la Sala del Senado aprobó -con 48 votos a favor- legislar sobre la iniciativa que cumple su segundo trámite constitucional y que tuvo su origen en siete mociones refundidas. Ahora corresponde que sea estudiado en particular por la Comisión de Educación.
El presidente de dicha instancia, senador Gustavo Sanhueza, explicó los principales alcances del proyecto que, entre otras medidas de regulación, propone prohibir el uso de medios tecnológicos de telefonía móvil desde el nivel parvulario hasta sexto básico y establecer regulaciones para el uso adecuado para los alumnos de séptimo básico a cuarto medio.
El objetivo, es regular el uso de estos dispositivos, promover la utilización responsable de tales herramientas y precaviendo la interrupción del proceso de aprendizaje, a fin de contribuir eficazmente al cumplimiento de los objetivos generales de la educación parvularia, básica y media.
Durante el análisis del proyecto las y los senadores plantearon la necesidad de regular el uso de teléfonos celulares en los espacios educativos y pusieron énfasis en que el uso indiscriminado e ilimitado de estas tecnologías genera daños en el desarrollo cerebral de niñas, niños y adolescentes; problemas de salud mental, concentración, atención, aprendizaje, emocionales, de sueño, de impulsividad y falta de empatía, entre otros.
Hubo coincidencia en que existe suficiente evidencia científica respecto del los daños que produce la exposición excesiva a dispositivos tecnológicos, que en el caso de los menores pasan 7,6 horas diarias, de las cuales solo 16 minutos están destinados a trabajos escolares.
Asimismo, se recordó que el 55,7% de los adolescentes chilenos de 15 años no alcanza el nivel mínimo de comprensión lectora, lo que hace que los colegios enfrenten realidades complejas, con dispositivos que aumentan los trastornos ansiosos, problemas de salud mental infanto-juvenil, que es necesario enfrentar.
De ahí que señalaron que no se trata de estar en contra de la tecnología, sino que buscar un equilibrio entre la protección y la libertad y fomentar el uso de una manera sana y acorde a la etapa educativa de los menores. Recordaron que los niños, niñas y adolescentes están accediendo a temprana edad a estos dispositivos y también a redes sociales que no están diseñadas con fines pedagógicos sino que para tener a los menores la mayor cantidad de tiempo conectados.
Se indicó que un estudiante revisa su teléfono en promedio cada 12 minutos en la sala de clases lo que no solo afecta su aprendizaje, sino que al aula en general. En tal sentido, se relevó la importancia de “recuperar el aula como espacio de concentración y aprendizaje más profundo” y de tener un uso responsable de tecnología en el proceso formativo.
Provoste: “Debemos resguardar el derecho a aprender en un entorno protegido”
La senadora Yasna Provoste, que votó a favor del proyecto, sostuvo que el colegio debe ser un espacio para compartir, aprender y para crecer, por lo mismo, apoyamos la iniciativa que prohíbe el uso de celulares en estudiantes menores en las distintas escuelas.
“El debate sobre este tema no es nuevo ni exclusivo de nuestro país. La evidencia científica internacional muestra, con distintos matices, los riesgos que conlleva la exposición ilimitada a teléfonos móviles y plataformas digitales, principalmente expresada en redes sociales, sobre todo en niños, niñas y adolescentes. Estos riesgos se expresan en la convivencia escolar, en la salud mental, en las posibilidades de aprendizaje y en el desarrollo integral de nuestras y nuestros estudiantes. El desarrollo neurológico de las y los estudiantes debe ser también una de nuestras prioridades”, agregó la representante de Atacama.
Asimismo, Provoste comentó que el texto legal incorpora un principio fundamental en la Ley General de Educación: el uso responsable de la tecnología en el proceso formativo. Se trata de un reconocimiento a la realidad del siglo XXI, pero con una mirada equilibrada que promueve la equidad digital, el uso consciente y la complementariedad entre actividades con y sin tecnología.
“Sabemos que este proyecto no resuelve por sí solo todas las complejidades de la convivencia digital en la escuela. Por eso, quiero anticipar que en la Comisión de Educación presentaremos indicaciones para perfeccionar esta iniciativa, asegurando que la regulación vaya acompañada de medidas de apoyo pedagógico, formación docente y participación de las familias. Creemos que así el proyecto podrá cumplir mejor con su objetivo: resguardar el derecho a aprender en un entorno protegido y, al mismo tiempo, preparar a nuestros estudiantes para el mundo digital que ya es parte de sus vidas”, aclaró la parlamentaria.
Además, la senadora Yasna Provoste indicó que no se trata de demonizar la tecnología, sino de promover una relación equilibrada, sana y educativa con ella. Tenemos el convencimiento de que hasta sexto año básico estos dispositivos deben estar prohibidos, y que desde ese nivel en adelante deben estar restringidos siguiendo las normativas propias de cada establecimiento y de la autonomía de cada una de las comunidades educativas.
Finalmente, Provoste sostuvo que “es fundamental, cuidar a nuestros niños y niñas, dándole la oportunidad de vivir mejor, disfrutar plenamente su infancia y su adolescencia, porque los hechos de violencia que se viven en la sociedad se comienzan a desarrollar a temprana edad” y los dispositivos digitales están influyendo.