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“Bueno para la plata” y “maltratador”: la historia de poder, amistad y quiebres de Sergio Yáber
Sergio Yáber forjó en Coquimbo una red que combinó poder político, negocios inmobiliarios y vínculos con notarios y empresarios, hasta hoy terminar involucrado en el caso Muñeca Bielorrusa. Sus relaciones, quiebres y favores configuran el entramado que lo mantiene bajo investigación.
Fue en el año 2000 cuando Sergio Yáber, proveniente de una notaría en Valparaíso, asumió como notario público de Coquimbo. Así, el nacido en La Serena volvía a su región, no solo para hacer patria local, sino también para comenzar a tejer redes en el mundo político, empresarial y social.
“Bueno para la plata”, ducho en negocios inmobiliarios, siempre presente en fiestas, sociable, entrador y hábil para generar contactos: así definen a Yáber Lozano en Coquimbo. El actual conservador de Bienes Raíces de Puente Alto -hoy suspendido- es uno de los protagonistas del bullado caso Muñeca Bielorrusa.
Yáber nació en nació el 01 de diciembre de 1971 en La Serena y cursó sus estudios escolares en el tradicional Colegio Inglés de la capital regional.
Su historia es la de un heredero de la tradición notarial. Su padre, Sergio Yaber Simón, fue un conocido abogado y empresario a quien los negocios no le sonrieron, terminando en la quiebra.
El giro del destino vino con la dictadura militar, momento en que Yaber Simón fue nombrado notario en Calama. Este nombramiento marcó el camino que, años más tarde, su hijo del mismo nombre seguiría, escalando posiciones hasta llegar a ser notario de Coquimbo.
Yáber está casado con Consuelo Escobar López, nacida en Venezuela, pero de padres chilenos. Con su esposa tiene una empresa de inversiones e inmobiliaria que arrienda y compra tanto inmuebles como terrenos.
Uno de los pasos relevantes como inversor inmobiliario fue la compra de un terreno de 18,5 hectáreas, ubicado en el sector de Punta Morrillos, al sur de Coquimbo. La sociedad en la que Yáber participaba, junto a otros cinco socios, subdividió la propiedad, generando 36 lotes, seis de los cuales permanecen actualmente bajo su dominio.
- También Yáber ostenta una segunda empresa con su amigo y colega, el cuestionado notario Francisco Leiva Carvajal.
Las fiestas, amistades e influencias
El perfil de Sergio Yáber Lozano se mueve entre el brillo social y la sombra del maltrato laboral, según personas cercanas a su entorno:
«Es una persona muy sociable con autoridades y empresarios. Era de la buena mesa, siempre se le veía en buenos restaurantes o fiestas privadas a todo dar. Pero también era un tipo déspota con sus trabajadores de la notaría en Coquimbo, maltratador y bueno para jactarse del dinero que tenía de sus propiedades en Chile, en Buenos Aires o Río de Janeiro«, señala una fuente cercana al entorno de Sergio Yáber.
Otra fuente que habló con Aquí Coquimbo, quien quiso mantener en reserva su nombre, señaló que compartió más de una vez en fiestas con Yáber. Lo describe así: «Era extraño, pero alma de la fiesta, bueno para los excesos, medio heterocurioso sexualmente se podría decir, pero dicharachero«.
El hombre que hoy es señalado por el caso Muñeca Bielorrusa tomó notoriedad en nuestra región tras el hallazgo de una transferencia de $1,6 millones desde su cuenta a la del senador Matías Walker.
Quizás el vínculo más operativo se encuentra con el exdiputado por Coquimbo, Francisco Eguiguren (RN). Tras su salida de la primera línea legislativa, Eguiguren encontró un «refugio» laboral en las oficinas del Conservador de Bienes Raíces de Puente Alto desde septiembre de 2023, donde Yáber involucró a Eguiguren como su “jefe de campaña” en la operación fallida de salvar al exministro de la Corte, Antonio Ulloa
Reinaldo Villalobos, notario, exconsejero regional UDI y amigo de Yáber, fue el nexo clave en la relación entre el hoy cuestionado conservador de Bienes Raíces y el senador Sergio Gahona. Villalobos jugó un rol crucial al presentárselo formalmente en Coquimbo.
El senador Sergio Gahona y Yáber hicieron «buenas migas». Una fuente cercana a la UDI manifiesta que «Yáber siempre lo invitaba a fiestas o cumpleaños. Coincidió que Gahona una vez andaba en Santiago y fue a una celebración años atrás, pero esa ha sido la única vez que asistió«, señala.
Por otro lado, Gahona años atrás también arrendaría un inmueble a la empresa inmobiliaria de Yáber y su esposa. “Le arrendó un departamento pequeño; recuerdo que fue cuando Sergio se separó, pero nada más que eso”.
Un empresario amigo que ya no le habla
La red de influencias de Yáber no se limitaba al ámbito político; se extendía también al círculo empresarial de La Serena. Es amigo de quien fuese dueño de la reconocida multitienda regional “La Elegante”, Pedro Olivares. (ver nota 1)
También era conocida su amistad con la influyente familia Daire, fundadora y directora de los tradicionales Almacenes Daire, un emblemático negocio de telas, menaje y cordonería con más de cincuenta años de historia en la ciudad. Una familia con profundas raíces en la migración siria.
La cercanía entre Yáber y los Daire fue significativa, marcada por reuniones sociales, fiestas y, fundamentalmente, negocios. Sin embargo, esta estrecha relación se rompió abruptamente debido a líos de negocios y judiciales.
«Pasaron de ser íntimos a no hablarse. Tuvieron problemas de negocios, líos de platas. La amistad se quebró«, comenta un cercano a la familia Daire, resumiendo el dramático quiebre.
Amistad con notarios y el nexo de Martel con Coquimbo
Los abogados María José Montesino y Gonzalo Henríquez, ambos son actuales notarios de Coquimbo y mantienen una amistad muy cercana con Yáber. En el caso de Montesino, el vínculo se complica por su relación familiar: está casada desde 2004 con Fernando Martel Costa, quien actualmente está siendo investigado administrativamente por la Corte de Apelaciones de San Miguel, precisamente por sus lazos con Sergio Yáber.
Fernando Martel Costa fue conservador de Bienes Raíces Interino de Vicuña y durante el 2018 se desempeñó también como abogado del Ministerio de Vivienda y Urbanismo de la región.
María José Montesino, además, mantiene un vínculo profesional directo con Yáber: asumió la notaría de Coquimbo tras su salida. Es, en los hechos, su sucesora.
El notario Gonzalo Henríquez es conocido por su amistad con el destituido ministro Antonio Ulloa. Ambos forjaron su cercanía en Copiapó, cuando Henríquez integraba el Tribunal Electoral y Ulloa se desempeñaba como ministro en esa ciudad.
Fuentes señalan que Henríquez habría sido el nexo clave en este triángulo, presuntamente presentando al exministro Ulloa a Yáber y agregando así un nuevo eslabón a la red de contactos en el Poder Judicial que hoy es objeto de investigación.
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