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Salsas y hamburguesas: el “match” perfecto que despierta los sabores Gastronomía

Salsas y hamburguesas: el “match” perfecto que despierta los sabores

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Loreto Santibáñez
Por : Loreto Santibáñez Editora de Agenda País, Revista Jengibre y Braga.
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Desde las clásicas con kétchup hasta creaciones que fusionan lo mexicano con lo americano, las salsas se han convertido en un elemento clave para potenciar el sabor y la identidad de las hamburguesas. En Chile, sabores innovadores conquistan a un consumidor cada vez más exigente.


Hay quienes aseguran que el corazón de una hamburguesa está en su carne, y no les falta razón. Pero en ese bocado jugoso y sabroso que ha conquistado paladares en todo el mundo, las salsas juegan un rol protagónico que a menudo se subestima.

En Chile, donde el 50% de los consumidores afirma comer hamburguesas al menos una vez al mes —y un 26% lo hace semanalmente, según Kobai—, la experiencia va más allá del pan y la proteína: se trata de crear un equilibrio perfecto de sabores, texturas y emociones. Y ahí, las salsas marcan la diferencia.

¿Qué busca el chileno en su hamburguesa?

Según el estudio de AIM Chile, el tamaño del producto es lo primero que mira el 47% de los consumidores. Pero cuando se trata del sabor, la salsa manda: un 52% elige el kétchup como su aderezo favorito, mientras otros exploran nuevos sabores. En cuanto a estilos, las smash burgers, con carne caramelizada en plancha caliente, ganan terreno frente a las veganas o ultraprocesadas.

“El secreto está en no sobrecargar la carne”, recomienda Darío Molina, fundador de La Fuente Carrera. “Sal y pimienta al momento de la cocción, buen pan (de papa, idealmente), y aderezos que complementen, no que opaquen”.

La hamburguesa ha dejado de ser solo comida rápida para convertirse en una experiencia gastronómica. Y en ese viaje de transformación, las salsas —ya sean industriales, caseras, ahumadas o con sabor a pepinillo— se posicionan como elementos claves para definir el carácter de cada bocado.

Más allá del kétchup: el auge de las salsas con identidad

“Una buena salsa no es solo un acompañamiento, es el pegamento que une todos los sabores y resalta lo mejor de cada ingrediente”, explica Gonzalo Peñafiel, fundador de Local Burger, donde la carne fresca, libre de congelación, convive con una salsa de la casa que ya se ha vuelto icónica: cebolla en cubos, vinagre, paprika, mayonesa, ajo, aceite de pepinillos y condimentos secretos. “Buscamos una explosión de sabor. Que la carne, el pan y la salsa bailen juntos”, afirma.

En esa misma línea, destaca que las hamburguesas más memorables son aquellas que se atreven a salir del clásico trío kétchup-mostaza-mayonesa. Hoy, las salsas buscan provocar, cautivar y fidelizar. “La elección de la salsa no puede ser al azar. Cada perfil tiene que equilibrar el dulzor del pan y la grasa de la carne”, agrega Peñafiel.

La industria detrás del sabor

En el mundo B2B, compañías como Hela Spice, de origen alemán, llevan más de un siglo perfeccionando ese “match perfecto”. Desde su planta en Chile, desarrollan salsas personalizadas para marcas que buscan diferenciarse. “Creamos desde cero, desde la idea del cliente hasta un producto estandarizado para toda su cadena”, detalla Paula Savé, Key Account Manager de la firma.

La innovación es su sello: salsas con notas ahumadas, agridulces, picantes, de mostaza miel o BBQ, diseñadas para adaptarse a identidades de marca y tendencias globales. A eso se suman ingredientes como cebolla frita crocante, que no solo aporta sabor, sino textura, completando una experiencia sensorial.

Heinz y la hamburguesa embotellada

La creatividad también alcanza a las grandes marcas. Heinz lanzó en Chile una edición limitada de Ketchup Pickle, un kétchup con sabor a pepinillo que promete “convertir cualquier plato en una hamburguesa”. Con tomates madurados al sol, sin colorantes ni conservantes, esta apuesta busca replicar el “sabor hamburguesa” incluso en platos que no lo son.

“Sabemos que para muchos, el kétchup es inseparable del sabor de una hamburguesa”, señala Francisco Aldunate, subgerente de marketing de Kraft Heinz para Sudamérica. Por eso, innovar en esta categoría es también una forma de responder a una demanda emocional del consumidor.

El fenómeno de la fusión

En Starburger, en Santiago, la hamburguesa se convierte en un vehículo de fusión cultural. Su carta mezcla lo mejor de la tradición americana con el sabor vibrante de la cocina mexicana. Las estrellas del menú, como la Bold Spicy (con jalapeños y salsa especial) o la Star Mexican (con guacamole casero y tortillas crujientes), ofrecen una experiencia que va más allá del hambre.

“Nuestro objetivo es romper con lo tradicional y desafiar el paladar”, señala Ignacio Orellana, CEO de la marca. Además de sus burgers, destacan platos como la Chorrillana Mexicana y los nachos con guacamole, pensados para compartir mientras se ven partidos o se disfruta de una activación en vivo.

Porque si algo está claro, es que en el universo de las burgers, no hay sabor sin salsa.

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