
Hermosilla, ProCultura y convenios: las sospechas sobre la fragmentación de causas políticas
La fragmentación de causas puede ser útil en algunas ocasiones, pero impide una visión global, dificulta la comprensión de los casos e influye en la adopción de cautelares. Lo ideal –dicen– es que puedan volver a agruparse. Esa es la coyuntura por la que atraviesan varias aristas importantes.
La fragmentación de causas judiciales en múltiples aristas, repartidas en distintas regiones del país, ha sido leída como una señal controvertida. Algunos abogados apuntan que es un mecanismo natural cuando la causa crece exponencialmente y otros afirman que sería una estrategia dilatoria que busca sepultar las investigaciones. La suspicacia nace –todos concuerdan en ello– por fallos que terminaron en cuestionadas clases de ética, como ocurrió en el caso Penta.
Esto, debido a que las últimas indagatorias relevantes en el país han sido precisamente repartidas en distintas fiscalías y regiones, como las aristas derivadas de los audios de Luis Hermosilla con miembros del mundo político y judicial, y aquellas relacionadas con el caso ProCultura o la causa madre de todas las fragmentaciones, el caso Convenios.
Razones sobre esta atomización hay muchas. En el caso Convenios, por ejemplo, fue el propio Fiscal Nacional, Ángel Valencia, quien estableció una mesa de coordinación buscando avanzar de manera uniforme, entendiendo que a dos meses de haberse destapado el caso las aristas de este ya estaban repartidas en 10 regiones, en su mayoría abiertas de oficio por las fiscalías regionales.
“No habíamos tenido una investigación respecto de un fenómeno como este, con corporaciones y fundaciones a nivel nacional”, dijo el director de la Unidad Anticorrupción de la Fiscalía Nacional, Eugenio Campos, a un año de estallar el caso Convenios, a esa altura con más de 100 aristas a lo largo de todo el país y $89 mil millones indagados por las distintas fiscalías.
Fue el fiscal Valencia quien tomó la decisión de unificar criterios en las investigaciones, estableciendo que, si varias fundaciones operaban en la misma región, la causa pasaría a ser jurisdicción del Fiscal Regional correspondiente. Esta medida llevó a la realización de dos jornadas de coordinación, en agosto y diciembre de 2023, con el objetivo de estandarizar herramientas entre los fiscales involucrados en las investigaciones.
En otros casos, sin embargo, no hay explicaciones tan claras.
Sobre las conversaciones del abogado Luis Hermosilla, aún no se entiende por qué existen indagatorias en siete regiones, donde se investigan las comunicaciones que mantuvo con fiscales, jueces y políticos, entre ellos, la exjueza Ángela Vivanco, el exfiscal Manuel Guerra, el suspendido fiscal Carlos Palma y el suspendido juez Antonio Ulloa, solo por mencionar algunos de los casos.
Para el exfiscal Jefe de la Fiscalía de Alta Complejidad Oriente, Carlos Gajardo, dentro de todas las fragmentaciones en causas judiciales, las relacionadas con el caso Hermosilla serían más cuestionables. “Me parece que no tiene una explicación coherente, cuando se trata del mismo imputado, o sea, cuando Hermosilla es el eslabón común de todas las causas y que existan tantas aristas en manos de distintos fiscales”, asegura.
Para aquellos más suspicaces, las razones de este desperdigamiento procesal –particularmente en el caso del abogado de la familia Jalaff– tendría otras razones. “Hermosilla jamás habría salido de la cárcel si lo hubieran formalizado en una sola causa agrupada. ¡Jamás! Esta estrategia de disgregar fue funcional a estos objetivos”, dice un abogado que conoce la investigación.
Los traslados injustificados de causas entre fiscalías es otro tema recurrente.
En una indagatoria en contra de la ministra de la Corte de Apelaciones de Santiago, Verónica Sabaj, la fiscal Ximena Chong tuvo que salir de la causa, justo cuando avanzaba en descifrar los vínculos de la jueza con Hermosilla y, particularmente, con Andrés Chadwick.
También el fiscal de Alta Complejidad de O’Higgins, Javier Von Bischoffshausen, sufrió una “mexicana judicial” que lo dejó fuera de la indagatoria en contra del ministro de la Corte de Apelaciones de Santiago, Antonio Ulloa, tras siete meses buscando aclarar la cadena de favores que involucraba a 10 sujetos de interés, tal como lo informó Punto por Punto de El Mostrador.
Ambas indagatorias fueron entregadas a la Fiscal Regional de Valparaíso, Claudia Perivancich, una persecutora sin especialización en delitos de alta complejidad, sobrecargada en sus funciones, y que tenía en su currículum el sobreseimiento del caso Dominga, una minera vendida a la familia del empresario Carlos Alberto Délano durante el primer Gobierno del expresidente Piñera, por parte del family office vinculado al exmandatario.
Fragmentar o agrupar
La multiplicidad de fiscalías involucradas en casos de alta connotación pública ha generado preocupación respecto a la consistencia de las investigaciones. En julio de 2023, los exfiscales Carlos Gajardo y Felipe Freire solicitaron incluso un “persecutor exclusivo” para evitar duplicidades y asegurar recursos suficientes en las indagatorias vinculadas al caso Convenios.
“Lo que el Fiscal Nacional podría hacer, en atención a la gravedad y complejidad de estas indagaciones, es nombrar a un fiscal regional que las dirija todas, para así asegurar cierta coherencia investigativa entre ellas, sobre todo si hay elementos comunes que vinculen estos casos entre sí”, planteó Freire en ese momento.
En agosto de ese mismo año, Valencia aseguró que “para asegurar el éxito de la investigación, cada una de las fiscalías llevará la investigación de su territorio”; o sea, que las causas se indagarían por separado y en cada región. La estrategia –según explicó en ese momento– buscaba que los fiscales regionales, familiarizados con los contextos locales, liderasen las indagatorias, facilitando la identificación de patrones específicos por región.
En diciembre, sin embargo, la Fiscalía Nacional decide volver a reagrupar las investigaciones vinculadas al caso Convenios en tres fiscales regionales: el Fiscal Regional de Aysén, Carlos Palma; el Fiscal Regional de Tarapacá, Raúl Arancibia; y el Fiscal Regional de Antofagasta, Juan Castro Bekios. Las causas que llevaba Palma, sin embargo, luego que este apareciera mencionado en los chats del caso Hermosilla, fueron traspasadas seis meses después al Fiscal Regional de Coquimbo, Patricio Cooper. A este, a su vez, lo sacaron del caso después de un fallo de la Corte de Apelaciones de Antofagasta, por lo cual la causa quedó en manos de Castro Bekios.
Si bien en la actualidad existen avances en algunas causas, como sucedió hace pocos días con el cierre de cuatro aristas del caso Convenios –Democracia Viva, Fusopo, TomArte y Fibra–, agrupadas en una sola causa y en manos del Fiscal Regional Juan Castro Bekios, no ha ocurrido lo mismo con otros casos judiciales.
Por ejemplo, la arista ProCultura aún no tiene formalizados. Esta situación, comenta un abogado cercano al caso, evidencia ritmos dispares en la indagatoria. La dispersión en múltiples aristas –añade la misma fuente– dificulta el seguimiento del caso por parte de la ciudadanía y los medios de comunicación, quienes “no alcanzan a tener claridad en las conexiones, cuando todo vuelve a cambiar nuevamente”. El sábado, entrevistado en La Tercera, Castro Bekios dijo que faltaban diligencias, en una causa muy voluminosa, y que esperaba formalizar lo antes posible.
Para Pablo Toloza, querellante en ProCultura, la causa debería volver a agruparse. “Esa es la explicación que me dieron, como se trataba de casos en distintos lugares, era más fácil que las diligencias las practicara un fiscal de la misma región y posteriormente se unificarían”, explica.
Además, existirían factores bastante más prácticos para hacerlo. “Sería bastante ilógico, por ejemplo, formalizar a Alberto Larraín en distintas regiones, en Antofagasta, después en Santiago y luego en Ñuble. Lo mismo pasaría con los fiscales que deberían viajar a formalizar en cada región”, agrega Toloza.
Para el exfiscal Carlos Gajardo, agrupar las causas tendría sentido “si existen varios imputados en distintas regiones y así evitar el desplazamientos de los fiscales, lo que haría más complejo el proceso”.
En el caso de ProCultura, hay otro factor relevante ante una eventual agrupación de causas, plantea Pablo Toloza. “Si te están formalizando por un solo delito, no eres reincidente y tienes irreprochable conducta anterior, tu condena probablemente será baja. Pero si agrupas las causas, la pena aumenta y tienes posibilidad de que la medida cautelar sea de mayor intensidad”.