Opinión
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Alergias de en perros y gatos: cómo detectarlas y manejarlas
Las atopias en perros y gatos son una reacción exagerada del sistema inmunológico frente a sustancias que, en condiciones normales, no deberían causar problemas. Estas pueden presentarse en cualquier época del año, pero en primavera es común que aumenten los casos debido a la mayor presencia de polen de árboles, pastos y malezas, además del incremento de polvo ambiental y esporas de hongos.
A diferencia de las personas, donde predominan los síntomas respiratorios, en los animales lo más habitual son los problemas de piel. La dermatitis alérgica es la forma más frecuente de presentación y se manifiesta con picazón intensa, rascado continuo, lamido de los miembros anteriores, enrojecimiento en abdomen, axilas y orejas, caída localizada de pelo u otitis recurrentes. En gatos, muchas veces se observa un acicalamiento excesivo que deja zonas sin pelo, especialmente en abdomen o extremidades posteriores.
El diagnóstico requiere descartar otras causas con síntomas similares, como infecciones por diferentes causas, ectoparásitos como sarna o pulgas que comienzan a aumentar con la llegada del calor, por lo que la consulta veterinaria es imprescindible.
Una vez confirmada la alergia, es primordial eliminar la causa, por ejemplo, en la dermatitis alérgica a la pulga, la base es el control de este ectoparásito, se aconseja en esta alergia manejo ambiental y la desparasitación externa, además el tratamiento puede incluir medicamentos que controlen la picazón o prurito y la inflamación, baños medicados para aliviar la piel y, en casos seleccionados, inmunoterapia específica en casos de alergenos ambientales.
Las medidas preventivas son clave para reducir la exposición a los alérgenos, por lo que se recomienda eliminar alfombras y peluches debido a la acumulación de ácaros y se sugiere aspirado de la casa constante, sobre todo para mascotas que viven dentro de casa. Cepillar al menos una vez por semana el pelaje, o con mayor frecuencia en razas de pelo largo, con el objetivo de remover polen y polvo. Mantener camas, mantas y espacios de descanso limpios, idealmente lavándolos cada 7 a 10 días. Programar los paseos en horarios de menor concentración de polen, como temprano en la mañana o después de la puesta de sol, evitando el mediodía y la tarde en días con viento. Evitar el contacto con plantas o flores que puedan desencadenar reacciones y, de ser posible, limitar la entrada de polen al hogar ventilando en horarios más seguros.
Es fundamental no automedicar a las mascotas con fármacos de uso humano, ya que algunos son tóxicos para perros y gatos. Frente a signos persistentes de alergia, la evaluación profesional permitirá establecer un plan de manejo seguro y eficaz. Detectar a tiempo y aplicar las medidas adecuadas es la mejor manera de mantener bajo control esta condición y asegurar la calidad de vida de nuestros animales de compañía.
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