Mascotas
Créditos: El Mostrador.
Ruidos y pirotecnia que pueden superar los umbrales seguros y desatar estrés en mascotas
Año Nuevo trae luces al cielo, pero también estrés y riesgo para perros y gatos, cuya audición y sensibilidad visual amplifican el impacto de la pirotecnia. Expertos llaman a la prevención y al cuidado responsable para evitar crisis, fugas y accidentes durante las celebraciones.
Las celebraciones de Año Nuevo volverán a iluminar el cielo en distintas ciudades de Chile, muchas de ellas acompañadas de espectáculos pirotécnicos. Pero mientras para miles de personas los fuegos artificiales son sinónimo de fiesta, para perros y gatos representan una experiencia abrumadora. Su alta sensibilidad auditiva y visual convierte el ruido y los destellos en un estímulo de alto impacto sensorial, capaz de desencadenar episodios de miedo, ansiedad y conductas de huida que ponen en riesgo su seguridad.
Diversas organizaciones de bienestar animal y estudios científicos han documentado cómo el ruido, las luces y el comportamiento impredecible de la pirotecnia pueden afectar de forma severa a perros, gatos y otras especies.
A diferencia de las personas, perros y gatos cuentan con una audición significativamente más sensible: captan sonidos a mayor distancia y en un rango de frecuencias mucho más amplio, lo que hace que la pirotecnia no solo se escuche más fuerte, sino también más perturbadora para ellos. Un espectáculo de fuegos artificiales, que para humanos puede resultar tolerable, para las mascotas se traduce en un estímulo invasivo e impredecible.
Estrés, dolor y extravíos
Especialistas en bienestar animal advierten que las explosiones de la pirotecnia pueden superar con facilidad los 100 decibeles, cifra que sobrepasa el umbral considerado seguro para la audición humana (85 dB) y que, en animales, puede interpretarse como dolor físico o daño inminente, activando respuestas de estrés extremo. Para ellos, no es solo ruido: es una experiencia sensorial potencialmente dañina, que combina intensidad, sorpresa y falta de patrón, impidiendo cualquier adaptación previa.
Nicolás Escobar, director de Carrera de Medicina Veterinaria de la Universidad de Las Américas (UDLA) en Viña del Mar, subraya la importancia de anticiparse. “Los animales tienen un sistema auditivo mucho más sensible que el humano, por lo que los sonidos explosivos pueden resultar muy molestos y generar experiencias de estrés agudo. Por ello, la prevención es clave para evitar consecuencias mayores durante estas fechas”, advierte.
De acuerdo con el especialista, la exposición a pirotecnia no solo impacta emocionalmente a las mascotas, sino que también puede gatillar respuestas fisiológicas y conductuales. Entre las señales más frecuentes se encuentran el jadeo constante, temblores, vocalizaciones excesivas, desorientación, intentos desesperados por esconderse o escapar e, incluso, episodios graves como convulsiones, crisis cardiacas o accidentes por huida hacia la vía pública.
Medidas clave para proteger a las mascotas
- Preparar un refugio seguro con anticipación: Los tutores deben habilitar previamente un espacio dentro del hogar que funcione como zona de contención. Lo ideal es que sea una habitación interior, sin ventanas expuestas directamente al exterior y con bajo ingreso de ruido. Incorporar elementos familiares, como su cama, mantas, juguetes y agua, contribuye a generar una sensación de control y calma. Es crucial que el refugio esté disponible antes de que comience el espectáculo pirotécnico, no de manera reactiva.
- Controlar estímulos sonoros y visuales: Cerrar puertas, ventanas y cortinas ayuda a amortiguar el impacto. Escobar recomienda complementar con estímulos que “enmascaren” el ruido, como música suave, ruido blanco o la televisión a volumen moderado, lo que reduce la probabilidad de sobresaltos.
- Mantener rutinas y fomentar el gasto de energía previo: Los paseos más largos o sesiones de juego antes del inicio de los fuegos artificiales favorecen una respuesta menos intensa al estrés. Conservar horarios habituales de alimentación y descanso también aporta estabilidad emocional.
- Acompañar desde la calma: La presencia tranquila del cuidador es un factor protector. Hablar en tono sereno y permitir que la mascota se acerque si lo necesita —sin forzar el contacto— contribuye a regular la ansiedad del momento.
- Asegurar la identificación y el registro actualizado: El uso de collar con placa, microchip y registro vigente son medidas esenciales, considerando que en estas fechas aumentan significativamente los extravíos. La identificación visible acelera el reencuentro en caso de fuga.
- Evitar prácticas de riesgo: No dejar a las mascotas solas en patios, balcones o terrazas, ni amarrarlas. También es fundamental no administrar medicamentos sin indicación veterinaria, ya que ciertos fármacos pueden agravar un cuadro de estrés o generar efectos adversos.
- Consultar con anticipación en casos sensibles: Si el animal tiene antecedentes de crisis severas, ansiedad extrema o enfermedades cardiacas o neurológicas, se recomienda una evaluación veterinaria previa. Un abordaje oportuno permite diseñar estrategias personalizadas y seguras.
Si encuentras un animal asustado en la calle
Ante el aumento de animales extraviados o en pánico durante Año Nuevo, la recomendación es actuar con calma: evitar movimientos bruscos o persecuciones, intentar resguardarlo en un espacio cerrado si es seguro hacerlo, revisar si porta placa o consultar por microchip en una clínica veterinaria y contactar a servicios municipales u organizaciones de protección animal o redes comunitarias responsables.