Infancia vulnerada: cifras revelan que un 73,6% sufre maltrato y 26% violencia sexual en Chile

En el marco del pasado Día Internacional de los Niños Víctimas Inocentes de Agresión, las cifras en Chile revelan una realidad profundamente preocupante. Según estudios nacionales, un 73,6% de niños, niñas y adolescentes ha sufrido alguna forma de maltrato, mientras que un 26% ha sido víctima de violencia sexual.

Estos datos reflejan una crisis silenciosa que afecta a miles de menores en el país y que exige atención urgente. En una fecha pensada para visibilizar las distintas formas de violencia que enfrentan los más jóvenes, las cifras locales subrayan la necesidad de reforzar las políticas de protección y prevención, así como de garantizar espacios seguros para la infancia y la adolescencia.

Lo anterior bajo el contexto del Día Internacional de los Niños Víctimas Inocentes de Agresiones, jornada que cada 4 de junio busca conmemorar esta realidad que viven millones de niños alrededor del mundo. Esta fecha fue establecida por las Naciones Unidas en 1982 como respuesta a los cruentos ataques contra niños y niñas palestinos y libaneses durante el conflicto en Oriente Medio.

La Encuesta Nacional de Polivictimización 2023 entregó cifras alarmantes sobre la violencia que afecta a niños, niñas y adolescentes en Chile. Según el estudio, 1 de cada 10 adolescentes ha sido víctima de violencia física por parte de sus cuidadores.

El panorama es aún más complejo para las niñas, quienes presentan mayores tasas de maltrato psicológico y negligencia en comparación con sus pares varones.

En cuanto al abuso sexual, los últimos datos de la Defensoría de la Niñez (2024) revelan una marcada desigualdad de género: la tasa de victimización femenina alcanza los 250 casos por cada 100 mil habitantes, mientras que en los niños la cifra baja a 30 por cada 100 mil.

Andrés Flores, especialista técnico en niñez de World Vision Chile, explica que este problema “es transversal, estructural y cotidiano. Necesitamos abordarlo desde una perspectiva comunitaria y de derechos”.

Infancia en riesgo

La violencia hacia la niñez no se manifiesta únicamente en el maltrato físico o el abuso sexual. En Chile, uno de cada cinco niños vive en hogares con inseguridad alimentaria moderada o severa, según cifras recientes, lo que evidencia una forma menos visible pero igualmente grave de vulneración de derechos.

A este escenario se suma la malnutrición por exceso, que afecta al 50,9% de los estudiantes a nivel nacional. El problema alcanza su punto más crítico en 5° básico, donde tres de cada cinco escolares (61,5%) presentan esta condición, de acuerdo con el Mapa Nutricional de Junaeb.

Estas cifras revelan cómo la violencia también puede ejercerse desde la omisión: la falta de acceso a una alimentación adecuada y a condiciones de vida saludables sigue marcando la infancia de miles de niños y niñas en el país.

El impacto de la violencia y la vulneración de derechos en la niñez también deja huellas profundas en la salud mental. Según el Informe Nacional del Bienestar de la Niñez (2024), entre 2017 y 2022 se registró un aumento del 23% en síntomas depresivos en la infancia, afectando de manera particular a niñas y adolescentes con discapacidad.

A ello se suma un preocupante incremento en las atenciones por riesgo suicida: los controles de salud en adolescentes por esta causa aumentaron en un 117% en los últimos seis años, lo que evidencia una crisis silenciosa que requiere respuestas urgentes desde el sistema de salud, la educación y las políticas públicas.

“A pesar de la magnitud del problema, los esfuerzos preventivos presentan deficiencias. Si bien, existen programas para prevenir el abuso sexual, estos se enfocan en transmitir conocimientos sin garantizar que los niños desarrollen habilidades reales para enfrentar o reportar situaciones de abuso”, enfatiza Flores.

Un sistema de protección en deuda

Los desafíos en la protección de derechos de niños, niñas y adolescentes también se reflejan en el sistema penal juvenil y en la respuesta institucional frente a situaciones de abuso. Según datos del Ministerio de Desarrollo Social, solo el 21% de los adolescentes infractores de ley está privado de libertad; el resto cumple medidas en programas de medio libre, lo que evidencia importantes brechas en el sistema de protección.

A esto se suma una preocupante falta de acción ante casos de vulneración. Un estudio realizado en Antofagasta reveló que, aunque el 70% del personal escolar conocía al menos un caso de abuso, el 80% no realizó ninguna denuncia.

Estos datos reflejan vacíos críticos en la detección, respuesta y seguimiento de situaciones que afectan directamente a la infancia y adolescencia, especialmente en contextos de alta vulnerabilidad.

Desde World Vision Chile, consideran que “como sociedad, debemos asumir un rol activo. La prevención no es solo responsabilidad de los padres o de los especialistas, sino de todos. No podemos mirar hacia el lado ante la violencia contra un niño o una niña”.

La Ley 21.013 establece el maltrato relevante a menores de edad como un delito, contemplando sanciones que van desde multas hasta penas de prisión efectiva. Sin embargo, el principal desafío no radica solo en la existencia de la norma, sino en su capacidad real de traducirse en mecanismos eficaces de prevención, detección y respuesta.