Los fuegos artificiales son un clásico de las celebraciones de fin de año y eventos masivos, pero su impacto no es solo visual. El ruido que generan puede alcanzar niveles peligrosos para la salud auditiva, con consecuencias que van desde molestias pasajeras hasta lesiones permanentes en el oído.
Las explosiones pirotécnicas pueden superar fácilmente los 120 decibeles, un umbral considerado riesgoso por los especialistas. Para dimensionar el impacto, el nivel de sonido seguro para la audición se sitúa en torno a los 60 decibeles, mientras que exposiciones repetidas por sobre los 85 decibeles ya representan un peligro.
En ese contexto, una sola detonación intensa puede provocar daño inmediato en el oído.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que ruidos que superan los 120 decibeles pueden causar trauma acústico. En adultos, la exposición prolongada a sonidos por sobre los 140 decibeles es especialmente dañina, mientras que en niños el umbral de riesgo es menor, lo que los vuelve un grupo particularmente vulnerable.
Niños y distancia: factores clave de protección
Gloria Sanguinetti, fonoaudióloga de GAES Chile, explica que “los fuegos artificiales tienen una intensidad tal que podrían perjudicar la audición. Los niños pequeños son los más afectados, ya que sus oídos son más frágiles e inestables y, además, suelen estar más expuestos a estos eventos”.
La especialista subraya que la distancia respecto del punto de detonación es determinante para todas las personas. Mientras más lejos se esté del origen del ruido, menor será el impacto auditivo. Además, los espacios abiertos reducen el riesgo en comparación con lugares cerrados, donde el sonido rebota y se amplifica.

Crédito: El Mostrador.
Una realidad global que exige prevención
El llamado a la precaución cobra mayor relevancia si se considera que, según la OMS, una de cada cinco personas en el mundo vive con algún grado de pérdida auditiva. Muchas veces, este deterioro se desarrolla de forma progresiva y silenciosa, sin síntomas evidentes en sus etapas iniciales.
Por ello, los especialistas insisten en la importancia de adoptar medidas preventivas durante celebraciones con fuegos artificiales, especialmente cuando asisten niños, personas mayores o quienes ya presentan algún compromiso auditivo.
Cómo celebrar sin dañar la audición
Entre las recomendaciones básicas se encuentran ajustar o bajar el volumen de los audífonos en personas que los utilizan, mantener una distancia segura del lugar de detonación y usar protectores auditivos, como tapones, que pueden atenuar el ruido hasta en 20 decibeles. También se aconseja realizar chequeos auditivos periódicos y dar descanso a los oídos después de exposiciones intensas.
Las celebraciones no tienen por qué convertirse en una amenaza para la salud. Con información y cuidados simples, es posible disfrutar del espectáculo de los fuegos artificiales sin comprometer la audición, protegiendo tanto a adultos como a niños.