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Consejos para mantener una buena alimentación durante las fiestas de fin de año
Diciembre combina celebraciones calóricas y el deseo de llegar bien al verano. Expertos entregan estrategias para mantener el equilibrio, cuidar la alimentación y disfrutar las fiestas sin culpa, priorizando hábitos saludables y conscientes.
Diciembre llega con celebraciones, mesas abundantes y horarios desordenados. Navidad y Año Nuevo suelen ser sinónimo de encuentros familiares, brindis y preparaciones especiales, pero también de excesos que pueden afectar los hábitos de alimentación y el bienestar general. Sin embargo, los especialistas coinciden en que disfrutar y cuidarse no son conceptos opuestos.
“No es necesario elegir entre celebrar o mantener los objetivos de salud. Se puede hacer ambas cosas”, afirma Natalia de la Horra, nutricionista de Sportlife, especialista en medicina deportiva y hábitos saludables. La clave, explica, está en cambiar el enfoque: “No se trata de restringir, sino de planificar, equilibrar y tomar decisiones conscientes”.
Mantener la base para no perder el equilibrio
Uno de los errores más comunes durante las fiestas es abandonar por completo las rutinas. Según De la Horra, mantener una estructura mínima ayuda a no “perder la brújula” nutricional. “Desayunar como siempre, respetar los horarios de comida y asegurar proteínas en cada plato es fundamental, ya que generan saciedad y evitan el picoteo sin control”, señala.
La hidratación también cumple un rol clave. “Alrededor del 70% de los excesos ocurren por llegar con hambre o con sed a una comida”, advierte la especialista, recomendando beber agua antes y durante los eventos.
Además, sugiere tomar decisiones previas: definir qué alimentos realmente se quieren disfrutar y cuáles se pueden omitir. “Disfrutar es elegir, no comer por inercia”, recalca.
El desafío no es menor. En Chile, las cifras de salud son poco alentadoras: el país registra una tasa de obesidad del 30,7%, muy por sobre el promedio de la OCDE (19%). La prevalencia de diabetes alcanza el 14%, frente al 8,8% del promedio internacional.
“Durante estas fechas, el consumo de alimentos altos en grasas, azúcares y sal se incrementa considerablemente. Una persona puede subir entre 3 y 4 kilos en solo un mes si no equilibra su alimentación con hábitos saludables”, advierte Chris Pefaur, nutricionista del Laboratorio Nutrapharm. “El problema no es celebrar, sino hacerlo sin conciencia. Los excesos continuos pueden alterar el metabolismo y dificultar el control del peso”.
Estrategias simples para disfrutar sin excesos
Los especialistas coinciden en que pequeños ajustes pueden marcar una gran diferencia:
- Planificar las comidas: comer algo liviano antes de una celebración evita llegar con hambre extrema.
- Hidratarse constantemente: muchas veces la sed se confunde con hambre.
- Servirse porciones más pequeñas: se puede probar de todo, pero en cantidades moderadas.
- Priorizar frutas, verduras y proteínas: aportan fibra, saciedad y micronutrientes esenciales.
- Evitar el picoteo constante: suele sumar calorías sin notarlo.
- Moverse más: caminar, bailar o mantenerse activo ayuda a compensar los excesos.
De la Horra agrega una estrategia práctica: comenzar las comidas por proteínas y vegetales, usar platos pequeños para medir porciones y alternar el alcohol con agua. “El cuerpo no entiende de pausas prolongadas; está hecho para moverse”, enfatiza.
Disfrutar sin culpa: el verdadero desafío de diciembre
Para quienes buscan un apoyo extra, existen suplementos funcionales orientados a la salud digestiva y la saciedad. “En estas fechas, una opción es Enfibra®, un suplemento rico en fibra soluble con efecto prebiótico, que ayuda a regular el apetito, estabilizar los niveles de azúcar y promover una digestión más saludable”, explica Pefaur.
Más allá de recomendaciones puntuales, los expertos coinciden en un mensaje clave: la calma. “Si tu base nutricional es sólida, un par de comidas especiales no cambiarán tus hábitos. Disfruta, elige y equilibra. Ese es el verdadero hábito”, concluye De la Horra.
Las fiestas de fin de año no deberían vivirse desde la culpa, sino desde la conciencia. Escuchar las señales de hambre y saciedad, evitar comer por compromiso social y elegir lo que realmente se disfruta permite cerrar el año con bienestar físico y emocional.
Cuidarse en diciembre no significa renunciar a los sabores ni a la compañía, sino aprender a disfrutar con equilibrio. Con pequeñas decisiones conscientes, es posible celebrar, sentirse bien y comenzar el verano con una relación más sana con la comida y el propio cuerpo.