
¿Baquedano o Mistral?: el debate en medio de la guerra cultural que perdió la poeta
En el mundo de la cultura critican que se haya tomado un decisión por la vía administrativa, sin participación ciudadana. Un concurso invita a plantear propuestas, que serán debatidas en un coloquio en julio en el Centro Cultural La Moneda.
Todo un debate desató en el mundo de la cultura la decisión del Gobierno de devolver la estatua del general Manuel Baquedano a su lugar original en la Plaza Italia, junto con abrir una convocatoria pública para un monumento a Gabriela Mistral en la misma zona.
La Sociedad de Escritores de Chile (SECH), por ejemplo, sacó una declaración donde respalda un monumento dedicado “exclusivamente” a la Premio Nobel en el lugar, y rechazó el retorno de Baquedano.
“Hacemos un llamado a las autoridades a no perseverar en esta iniciativa, especialmente hoy donde tanta falta hace que nuestra poesía vuelva a erigirse en las calles como un monumento en sí misma”, indicó en un comunicado.
Para otros, como Lake Sagaris, doctora en Planificación Urbana y Desarrollo Comunitario de CEDEUS y presidenta de la Junta de Vecinos 13 Mario Baeza del Barrio Bellavista (Providencia), “esta insistencia en estatuas unipersonales huele a naftalina, dado todo lo que hemos avanzado y cambiado como sociedad”.
“Después del estallido vino lo que en política llaman reflujo y, recordemos, el propio presidente de la República actual firmó entonces un acuerdo con representantes de los sectores que fueron cuestionados en ese momento, pasando incluso por encima de su propio partido, por lo que a mí no me resulta extraño que su gobierno proponga hoy reinstalar al general Baquedano en la plaza que lleva su nombre”, argumenta por su parte el historiador urbano Vólker Gutiérrez.
“Lamentablemente, para el general homenajeado, esa zona de la ciudad se ha transformado en un hito de carácter nacional y uno esperaría que allí estuviera representado algo o alguien más aglutinador”, remata.

Crédito: MOP
Además, la decisión causó la cancelación del concurso “Por el plinto y la plaza”, una iniciativa pública que invitaba a la ciudadanía a participar en la discusión.
“Siempre concebimos el concurso como un llamado abierto a la ciudadanía a pensar la pregunta: ¿qué hacer con el plinto y la plaza?, desde la vereda del arte público. La decisión comunicada por la autoridad no solo clausura el mundo de posibilidades que el concurso abría a la ciudadanía, sino que desarticula los parámetros físicos en los que el plinto y sus avatares pueden existir”, señalaron sus organizadores, Fernando Balcells, fundador del histórico Colectivo de Acciones de Arte (CADA), y el filósofo y escritor Matías Correa.
Entre quienes apoyaban el certamen se encontraban destacados nombres del arte y la cultura nacional, incluidos cinco Premios Nacionales de Arte y Literatura: Gonzalo Díaz Cuevas, Eugenio Dittborn, Paz Errázuriz, Cecilia Vicuña y Elvira Hernández.
El jurado estaría compuesto por reconocidos artistas, arquitectos, escritores y académicos, entre ellos Luis Alarcón, Voluspa Jarpa, José Joaquín Brunner y Claudia Zaldívar.
“En principio, los acuerdos políticos son valorables y esta no es una excepción. Lo que tiene de extraño es que no se haya presentado al público como un acuerdo razonado sino como piezas sueltas de un rompecabezas que no tienen un diseño en el que puedan encajar”, señala Balcells a El Mostrador.
“Este silencio, que es producto de una falta de relato del acuerdo, no solo deja en la oscuridad el futuro del Plinto sino también el de la plaza. Los espacios sobre los que debían plantearse las propuestas quedan desfigurados o simplemente desaparecen. El concurso fue suspendido -no eliminado definitivamente- hasta que se aclaren las condiciones en que quedarán el plinto y el sitio de la plaza”.

01 JUNIO 2025/ VALPARAISO
durante la ultima cuenta publica del presidente Gabriel Boric en el congreso nacional de Valparaiso.
FOTO: PABLO OVALLE ISASMENDO / UNO NOTICIAS
Gabriela en la Plaza
La instalación del monumento de Mistral había sido anunciada por el Presidente Gabriel Boric en su Cuenta Pública, y se realiza en el marco de los 80 años desde que recibió el Premio Nobel de Literatura.
“El 2025 celebramos los 80 años de la obtención del Nobel de nuestra poeta insigne Gabriela Mistral, y lo hemos hecho incentivando la lectura de su obra en todo Chile y en todo el mundo, apoyando además el proyecto para que la región de Coquimbo lleve su nombre, y proyectando una gran escultura en su honor en el eje Alameda-Providencia”, expresó el mandatario.
Según la información oficial entregada esta semana por el Ministerio de Obras Públicas, el proceso de selección de propuestas se realizará a través de Mercado Público, que es el mecanismo masivo, transparente y abierto para las compras del Estado. Para participar, los y las proponentes deben estar inscritos o inscribirse en el registro especial de proveedores de esta plataforma,.
La iniciativa ha sido trabajada en coordinación con los ministerios de Interior, Obras Públicas y de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, y en diálogo con la Municipalidad de Providencia y el Gobierno Regional Metropolitano.
Actualmente, solo un 4,7% de los monumentos públicos en las capitales regionales del país están dedicados a mujeres.

Retiro del monumento de Baquedano en 2021. Crédito: CMN.
Sin embargo, fue luego de la Cuenta Pública que el gobierno además anunció el retorno de la estatua a Baquedano a su lugar original. Una estatua instalada en 1928, durante la dictadura del general Carlos Ibañez del Campo, de un general que luchó en la Guerra del Pacífico, pero también contra los mapuche en la así llamada “Pacificación de la Araucanía”.
La estatua había sido retirada por daños en 2021, tras las multitudinarias movilizaciones del Estallido en la zona, y sólo quedó la base: el plinto. Y en febrero de este año incluso se había barajado su instalación definitiva frente a La Moneda.
“No hay que ser muy agudo para entender que la coincidencia entre el anuncio de monumento a Gabriela Mistral y el aviso de retorno de Baquedano responde a una negociación muy chilena entre lo absurdo y lo obligatorio. Dos figuras que no se tocan y que están condenadas a coexistir en un espacio en el que no hay un lenguaje común en el que puedan entenderse”, comenta Balcells.
“Reinstalar al General Baquedano refleja esta vocación de imponer, más que generar recuerdos públicos importantes a través de consensos. Por lo mismo, sería un grave error y uno que, sin duda, gatillará nuevas divisiones y molestias, lo que es una torpeza, por decirlo menos. Mejor aprender de estos conflictos y construir nuevos consensos. Esto es mucho más efectivo: reconocer los aprendizajes de hoy, celebrar consensos en lo público, y no insistir en repetir los errores del pasado”, afirma Sagaris.
La estatua de Baquedano no fue el único símbolo evacuado de la zona. El año anterior, en 2020, en plena pandemia, fueron retiradas por orden del entonces intendente Felipe Guevara varias estatuas indígenas, obra del Colectivo Orígenes, que había llegado en el marco de las movilizaciones. Se habían convertido en un símbolo de los manifestantes, al igual que el “Jardín de la Resistencia” (que fue eliminado durante el gobierno del Presidente Boric). Hoy las figuras se encuentran en el Museo del Estallido Social, que por su parte está temporalmente cerrado por problemas de espacio.
Ante la pregunta de si las figuras indígenas también deberían volver, Balcells señala que “si debe o no haber una estatua a los pueblos originarios y donde debe estar, es parte de la discusión abierta por el plinto”.
Para el escultor mapuche Antonio Paillafil, parte del Colectivo Orígenes, ellas también deberían regresar, porque es parte de una “deuda histórica”. A su juicio en la plaza deberían estar representadas “todas las culturas que hubieron en Chile, las que están y las que no están, como un reconocimiento”.

Crédito: Cedida
Cancelación de concurso
El anuncio del retorno de Baquedano causó además el 4 de junio la suspensión del concurso “Por el plinto y la plaza”.
En un comunicado público, sus organizadores señalaron que “la plaza está en proceso de dejar de ser la plaza y las características, las dimensiones y las distancias entre las esculturas, por ahora, están definidas solo por el amontonamiento”.
“En estas decisiones se aprecia un curso institucional que, tal vez sin proponérselo, lleva a borrar dimensiones enteras de nuestra historia en aras de un acuerdo sin espesor cultural. Estamos asistiendo a uno de esos momentos de actualización del presente en que se desechan las expresiones menores de la ciudadanía junto con los brotes de divergencia”, criticó la declaración.
Objetivo del concurso
Balcells explica que el concurso era parte de la convocatoria a la gente interesada en el arte, en los espacios públicos y en la historia ligada a este lugar específico que es “esa antigua Plaza Italia. Espacio que ya no tiene lugar, ni tiene forma de plaza, ni tiene nombre”.
“Esta situación de sobrante, de ruina y de abandono en la que quedó el plinto, no solo lo convierte en símbolo de un acontecimiento en suspenso -la búsqueda de una unidad constituyente entre los chilenos- sino que lo transforman en los hechos en una muestra de lo que es vivir el abandono. El plinto no ‘representa’ el abandono, ni lo simboliza, él existe en el abandono. El antiguo pedestal, sin nada que elevar a los cielos, se ofrece él mismo a la tierra. No es un ejemplo, es una cosa en apariencia inútil, en la que se encuentran y se repiten los abandonos, las soledades, las disfuncionalidades y las vidas marginales. El plinto no es un cuadro de algo sino una singularidad a la que el arte puede darle la facultad de hacer preguntas -más interesantes que las que le hacen a él-. ¿Para qué sirve usted? ¿Qué representa?”, se pregunta.
El concurso buscaba responder a la pregunta de “qué hacer con esta mole de piedras y estucos, con esta esfinge que a su vez nos interroga. El concurso y el conjunto de otras acciones llevadas a cabo buscan simplemente, darle la palabra al plinto para que devuelva las preguntas que se le hacen modificadas por su particular historia”.

Crédito: Cedida
No a la vía administrativa
Correa agrega que otro objetivo del certamen era evitar que el destino del plinto y la plaza se resolviera por vía administrativa.
“No me parece trivial desestimar la participación ciudadana de una cuestión tan importante. Se trata no sólo de la suerte del monumento nacional que mayor atención atención ha concentrado en Chile durante el siglo XXI, sino también de una obra de arte público singularmente excepcional: un plinto vacío que el Estado de Chile exhibe como monumento nacional desde hace unos cinco años”, señala..
“Como imagen, antes que las figuras de la poeta y el general, el plinto vacío es tanto más elocuente en lo que respecta a lo que somos como país. Evitar que ese monumento raro terminara siendo barrido fuera del espacio público a causa de la incomodidad que generaba a las autoridades. Ese era uno de los objetivos del concurso”.
Asimismo, para Correa enfrentar las figuras de Mistral y Baquedano no es más que invitar al pueblo a elegir entre una figura y otra.
“Glorificar el antagonismo entre dos bandos no me parece un decisión feliz, digo, capaz de contribuir a la convivencia civil y la paz social. Todo lo contrario. Dicho antagonismo consolida una ficción política que solamente brinda réditos al bonimio oficialismo-opisición. Dentro de esa foto, quienes no nos dedicamos al negocio de la política —el grueso de los ciudadanaos— quedamos fuera de cuadro”.

Crédito: Agencia UNO
Debilitar la convivencia
Para Lake Sagaris está claro que “insistir en Baquedano es, simplemente, debilitar en vez de fortalecernos. Valorar como una fuerza de nuestra sociedad las diferencias es el signo de cualquier país moderno, y viable, en estos tiempos de crisis”, afirma.
¿Acaso existe alguna imagen capaz de representar en primera persona plural a la comunidad imaginaria que es Chile?
“Al parecer, no por ahora. Pensar en soluciones posibles me parece siempre estimulante. Evitar el problema —y pensar siempre es un problema: demora la acción, obliga a desechar convicciones infundadas, desmontar conflictos rentables, etcétera— es siempre error. Lo mismo que inventarse cuentos para ahuyentar miedos, desaparecer lo que nos incomoda, dejar caer el tupido velo sobre lo que nos expone. Pero somos chilenos y, desgraciadamente, todos aquí sabemos muy bien cuándo y cómo hacernos los lesos“, aventura Correa.
Para Balcells, lo que se haga “debe romper con las oposiciones que no tienen salida y que revelan en esa falta de aire, que están mal planteadas“.
“Santiago necesita la Plaza en la que confluyen todas las coordenadas y todas las marchas. De nuevo, no se necesita una monumentalidad para educar al pueblo sino una en la que la gente se sienta reconocida y desafiada a poner atención a su futuro común”, asegura.

Jurado ciudadano
Finalmente, el historiador Gutiérrez extraña una participación ciudadana para resolver el entuerto.
“Que sea la gente, con un proceso informado, la que decida esta y otras disputas: sociales, culturales, políticas, etc.”.
“El conflicto y la disputa por la ciudad es parte de su propia historia; siempre habrá pareceres distintos y encontrados respecto a todo lo que se hace en una ciudad. Por tanto, son los ciudadanos los llamados a resolver. Y eso implica profundizar la imperfecta democracia que tenemos”.
Sagaris cree que una buena opción sería un “jurado ciudadano”, un sistema que se utilizó en Irlanda, sociedad muy conservadora, para resolver el tema de familias y matrimonios gay. El proceso involucró audiencias abiertas a todas las personas y agrupaciones que quisieran presentar su opinión, con sus fundamentos, y en igualdad, seguido por deliberaciones y una decisión definitiva del Jurado.
Explica que se ha utilizado muchas veces, en Estados Unidos y otros países, con gran impacto en toda la sociedad, especialmente para temas de esta envergadura.
Para formar el Jurado se escoge utilizando criterio de muestreo apropiado para el tema y la sociedad: significa identificar las sensibilidades más relevantes en el tema, hombres y mujeres, creativos y matemáticos, artesanos e ingenieros, jóvenes y mayores, pueblos originarios, migrantes, personas nacidas en el país. De distintos oficios y profesiones y diferentes historias urbanas y rurales.
El Jurado conduce las audiencias, con las mentes abiertas para escuchar argumentos de toda la gente que quiere opinar. Luego, delibera como jurado, y emite una opinión vinculante: o sea, una recomendación al cuerpo institucional -Gobierno, Congreso, según quien decide el tema-, que será aplicada, sí o sí.
“Es radicalmente diferente a un sistema de elecciones que, como vimos con el tema constitucional, derivó en situaciones demasiado dominadas no por el interés público y el bien común, sino actitudes sectarias de diverso índole, que no pudieron generar los consensos requeridos. Las elecciones siguen siendo muy importantes para la institucionalidad democrática de cualquier país, pero requieren de una cultura democrática que se construye con una gama de herramientas, mucho más amplias de las que aplicamos en Chile actualmente. Aquí la participación ciudadana y cívica sigue siendo un tema de subordinación y control/consulta, y pocas veces colaboración amplia y apoyo a iniciativas ciudadanas colectivas y autogestionadas”, reflexiona.

Coloquio
A pesar de la cancelación del concurso, los participantes podrán enviar hasta el próximo martes sus propuestas, sin importar el grado de avance, al mail concurso@porelplintoylaplaza.cl.
Entre las opciones, el concurso proponía varias alternativas. Una era que el plinto permanezca vacío en la plaza donde se encuentra, ya sea restaurado o no, con un nuevo diseño de su entorno inmediato o no.
Otra, que tanto el plinto y/o la plaza desaparezcan del actual emplazamiento, dando lugar a distintas propuestas de intervención del espacio público o no, o que el conjunto escultórico original sea repuesto en la plaza, bien en compañía de otras obras o bien no.
También que en el plinto y/o en la plaza se instale una obra distinta al conjunto escultórico original, ya sea de manera transitoria o permanente.
Los trabajos seleccionados serán expuestos en el coloquio “Por el plinto y la plaza”, que tendrá lugar durante los días 11 y 12 de julio en el Centro Cultural La Moneda, y sus autores serán invitados a participar de los diálogos, exposiciones y mesas de conversación.
Como se ve, hay debate para rato. ¿Tomará nota el gobierno?
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