
Cartas desde el exilio en “El tiempo del silencio”: los que se fueron, los que se quedaron
“Estas cartas viene viajando desde el tiempo del silencio para conectar el presente y el pasado, para unir esos fragmentos de la memoria, para comprender que desde la emocionalidad podemos significar y resignificar el exilio”, escribe la autora.
Este libro se origina en una investigación, realizada para optar al grado de Licenciatura en Arte, que fue financiada por el Fondo Nacional de Fomento del Libro y la Lectura.
Su autora, analizó un total de 86 cartas enviadas entre los años 1974 y 1987, por parte de Hernán Martínez a su hijo, exiliado en México. A partir de estos documentos, la nieta, Leticia Martínez Vergara, propone una visión del exilio que considera no solo las voces de quienes partieron, sino también las de quienes permanecieron en el país.
De esta manera amplía la óptica de esta violación a los derechos humanos, considerando además de las personas exiliadas, a los miembros de la familia que permanecieron en el país, sufriendo la soledad, el aislamiento, además de la represión directa. En palabras de su autora:
“De esta manera se pueden ir dimensionando los alcances de la represión, cuyas consecuencias desestructuran a los individuos, la familia y la sociedad en su conjunto. Hablar de exilio es hablar de una fragmentación familiar que incluye tanto a los exiliados como a los insiliados”.

La obra se estructura en tres partes. La primera aborda los significados del exilio y del insilio, y cómo ambos conceptos se interrelacionan. La segunda ofrece un contexto histórico para la escritura epistolar durante el exilio. La tercera parte describe otros proyectos que contribuyen a la reconstrucción de la memoria en Chile, como el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos.
Durante la dictadura militar, las familias separadas por el exilio contaban con solo tres formas de comunicación: cartas, llamadas telefónicas y grabaciones en casetes. Todas estas vías estaban sometidas a la censura y la vigilancia, lo que dificultaba aún más superar la distancia y la separación impuesta.
Así, las cartas que conforman esta investigación conmueven e interpelan profundamente. Destaca, por ejemplo, la carta fechada el 3 de septiembre de 1974, en la que Hernán Martínez —abuelo paterno de la autora— retrata con crudeza los años de terror que siguieron al golpe cívico-militar en Chile:
“Por allá en 1934, André Malraux escribió un libro que se llamó El tiempo del desprecio. Fue un libro valiente en su época, pues era un ataque directo al nazismo en plena época de la Gestapo. Después, otro europeo, Erich Maria Remarque, escribió en 1944 Tiempo de vivir, tiempo de morir; era un libro de la angustia, la guerra, el hambre, la delación. Pero nadie, hasta ahora, ha escrito un libro que trate El tiempo del silencio, porque lo estamos viviendo. Pero entendámonos: no es el silencio que interrumpe el diálogo, no es el silencio de Neruda, ese del ‘me gustas cuando callas porque estás como ausente’. Tampoco el silencio de la muerte (que tampoco es silencio). Me refiero al silencio en bruto, al silencio del terror… callarse… y punto”.
“¿Y qué es el temor? Tener miedo a una persona o cosa, sospechar, recular… y entonces se nos viene encima todo un proceso de dolorosa angustia, y el hombre vuelve a recogerse indefenso como un feto y se envuelve en un vergonzoso silencio. Silencio que ni siquiera es resignación, porque está aterrorizado. Ni tiene forma de expresión mímica: puede ser burla, dolor, desprecio o cualquier cosa… pero es silencio. Un silencio de mierda que dan ganas de gritar, pero si todos están silenciosos, es porque todos están aterrorizados”.
La fuerza de las familias que debieron separarse, aceptar no verse durante años, y aun así mantener la esperanza del reencuentro y la dignidad de seguir adelante, se refleja en el tono genuino y lírico de estas cartas.
En una, fechada en febrero de 1980, se lee:
“…es posible que esta carta tampoco llegue a su destino; entonces, estamos tirando mierda al río. ¿Y si llega? ¿Quién me quita la alegría de conversar un rato con ustedes? Que los niños sepan que el TATA los echa de menos y que va a volver; que los grandes encuentren en la carta ese suave aroma del recuerdo, con noticias de todos, no escritas ahora, sino escuchadas dentro de ellos mismos a cada rato”.
El golpe cívico-militar que interrumpió el gobierno democrático de Salvador Allende y el posterior terrorismo de Estado, se expresan en estas cartas a través de símbolos, metáforas y evocaciones.
Un ejemplo elocuente es la alusión a los Cuatro Jinetes del Apocalipsis para representar a la Junta Militar, o la comparación de Augusto Pinochet con Tartufo, el personaje de Molière, símbolo de la hipocresía y el engaño.
En otras cartas, se describe con crudeza el deterioro de la sociedad chilena tras años de represión y violencia. Como señala Leticia Martínez Vergara:
“En este relato doloroso del país, Martínez da cuenta de los estragos que han dejado doce años de represión y violencia de Estado en la sociedad chilena. El miedo, el terror, los valores humanos, se han dañado y tergiversado; ser traidor ahora es un valor. Como en el tango de Enrique Santos Discépolo, Cambalache:
Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor.
Ignorante, sabio o chorro, pretencioso estafador.
Todo es igual, nada es mejor”.
La escritura epistolar durante la dictadura militar en Chile, es un aporte valiosísimo que contribuye a la memoria del exilio y al rescate del contexto histórico desde las vivencias de las familias. Los recuerdos, los sentimientos y reflexiones nos aportan a la comprensión de este período.
En palabras de la investigadora:
“Estas cartas viene viajando desde el tiempo del silencio para conectar el presente y el pasado, para unir esos fragmentos de la memoria, para comprender que desde la emocionalidad podemos significar y resignificar el exilio”.
Por su profundo valor testimonial y su rigor investigativo, esta publicación constituye un aporte fundamental para comprender las dimensiones íntimas, familiares y políticas del exilio chileno. Se recomienda su lectura tanto a investigadores como a lectoras y lectores interesados en la memoria histórica, los derechos humanos y las marcas que la violencia política deja en las vidas cotidianas.
Ficha técnica:
El tiempo del silencio
Las cartas de mi abuelo durante el exilio (insilio)
Leticia Martinez Vergara
Ediciones Universidad Academia de Humanismo Cristiano
219 páginas
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