Publicidad
Novela “Laudes” de Celso Iturra: soledad, crisis de identidad y desconexión social CULTURA|OPINIÓN Crédito: Instragram de Xelsoi

Novela “Laudes” de Celso Iturra: soledad, crisis de identidad y desconexión social

Publicidad
Gonzalo Schwenke Muñoz
Por : Gonzalo Schwenke Muñoz Profesor y crítico literario
Ver Más

La obra presenta debilidades estructurales que afectan el mensaje: Natanael es un ser unidimensional, dominado por el narrador omnisciente, incapaz de rebelarse en el Chile neoliberal que lo ha convertido en una figura plana cuya única motivación lo vuelve superficial.


Celso Iturra Avendaño (Pudahuel, 1994) más conocido como Xelsoi y creador de contenido en redes sociales, lanza su primera publicación en serio con la novela Laudes (Editorial Imaginistas, 2025).

El protagonista de esta novela es Natanael, un joven gay que vive con Paula, compañera de vivienda en Santiago. La vida del personaje central, gira en torno a una rutina monótona, pues su trabajo de freír papas en un restaurante de comida rápida parece ser el ancla principal. No hace críticas sobre su empleo; más bien parece haberse resignado a él, aceptando la aparente satisfacción que ha ido construyendo a su alrededor.

Su vida social es limitada. No se integra en ninguna comunidad, y apenas, interactúa con colegas y algunos mensajes esporádicos que encuentra a través de aplicaciones en internet. Esta desconexión es una elección silenciosa, porque Natanael se ha entregado por completo a esta forma de vida, donde la soledad es una constante, pero una que parece no querer o no saber cómo romper.

La narrativa de Iturra intenta ser recargada, recurso que aparece de manera fútil y no se desarrolla por completo: “El placer azota como un terremoto las paredes de Natanael -más bien sus tabiques, de la hechura mezquina que caracteriza la codicia inmobiliaria-”. Si bien el intento de usar este recurso es literariamente atractivo, la falta de consistencia debilita su impacto.

El protagonista atraviesa una crisis de identidad en la que se siente invisible y sin valor para el resto. Esta invisibilidad lo lleva a un ensimismamiento doloroso, donde su única interacción con el mundo gay es a través de la observación silenciosa. Escucha, mira y desea a otros hombres en silencio, sintiendo que él no pertenece a ese grupo de “hombres de verdad”:

“Gabriel también era un hombre de verdad. Aunque su ropa nunca combinaba, siempre se veía bien. Nunca se callaba y siempre estaba hablando de algo importante, como política o plata. Tomaba mucha cerveza, pero su abdomen se mantenía plano, sólido. Fingía una voz más grave de la que le salía y, cuando se estiraba, sus oblicuos aparecían debajo de su polera como una flecha en dirección a su entrepierna”.

De este modo, se evidencia cómo las imágenes de internet que el protagonista consume influyen directamente en su vida, al replicar los patrones de identidad masculina que la sociedad y el mercado imponen. Las características de hombría que se ofrecen son superficiales y estereotipadas, lo que promueve un modelo inalcanzable.

Esta introspección lo sumerge en una autopercepción negativa, que se ve agravada por un apetito sexual insatisfecho y desmedido: “Natanael, en cambio, no conseguía encontrar al hombre en sí mismo: sus manos le recordaban a las de un niño por lo suaves y gordas, jamás hablaba primero en una conversación y no sabía hacer ninguna gracia”. A pesar de masturbarse regularmente (ya sea con el condón de su compañera de casa o el calcetín usado), la mirada de sí mismo como un hombre deseable y la constante comparación con los demás lo mantienen atrapado entre la frustración y la soledad.

Sin embargo, esta búsqueda de encontrarse y sentirse cómodo resulta incauta. Natanael no se integra en colectivos de gustos similares, se limita a mirarse el ombligo. Esto ha moldeado su personalidad, volviéndolo tímido, abstraído y confuso. Su mundo se ha reducido a la pantalla del móvil, donde el deseo y la realidad se confunden, dejándolo más aislado que nunca. Debo agregar que el impacto en las pantallas móviles y la falta de habilidades sociales deriva en relaciones complejas y la desnaturalización del personaje, puesto que no tienen control emocional para resolver conflictos de manera oportuna, sin tener que sacar los trapos sucios al sol innecesariamente.

Celso Iturra aborda amplios temas como la soledad, la crisis de identidad y la desconexión social en el mundo digital, los encuentros casuales entre hombres o el interés por observar lo íntimo en el Santiago donde los departamentos parecen mediaguas de concreto.

Más allá de la verosimilitud de la cultura gay, Laudes (2025) presenta debilidades estructurales que afectan el mensaje: Natanael es un ser unidimensional, dominado por el narrador omnisciente, incapaz de rebelarse en el Chile neoliberal que lo ha convertido en una figura plana cuya única motivación lo vuelve superficial. Celso Iturra pierde la oportunidad de tener una voz reveladora y crítica, ya que eligió simplemente la banalidad de las crisis sentimentales por falta de sexo.

Laudes

Celso Iturra Avendaño (Pudahuel, 1994)

Editorial Imaginistas

2025

118 páginas.-

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad